¿Cuántas veces hemos oído aquello de que hay una relación entre el tamaño de los pies y el del órgano sexual masculino? ¿Esto será cierto? Pongan atención a la siguiente información y vean si les conviene seguir presumiendo o no que “calzan grande”.

¿Pues qué creen? A pesar de que muchos consideran que esto es un mito, en el 2002 un grupo de urólogos ingleses midieron el pene de 104 hombres, a los cuales también se les tomó un registro de la talla de sus zapatos. Los resultados mostraron que en efecto, había una correlación estadística significativa entre ambas mediciones.

¡Quiubo! (seguramente algunas Sopicuatas ya están echándole un ojo al tamaño de los pies de sus compañeros de oficina).

Anteriormente, un estudio realizado en 1993 también observó que el tamaño de los zapatos y la longitud del pene guardaban una relación que si bien no era del todo precisa, en la mayoría de los casos era correcta.

Si al muchacho que te gusta le dicen “el patotas”, ¡ya la hiciste!

Otros estudios han ido corroborando esto. Unos investigadores turcos encontraron en el 2011 que los valores en los índices de altura, peso y masa corporal, inciden directamente en el tamaño de nuestros pipianes. Hace unos años, un grupo de urólogos griegos declararon que la relación de dimensiones es ciertamente lógica, pues si un hombre es alto, tiene las manos grandes, y las piernas y pies también grandes, por lo que el pene no tendría por qué ser la excepción. Se pueden presentar variaciones, lógico, pero éstas son insignificantes.

A pesar de que varias investigaciones y pruebas apuntan a que un pie grande equivale a tener un animalón de dimensiones considerables, aún se está lejos de tomarse como una verdad absoluta. La dificultad radica en que aún no se encuentra un método preciso y fiable para la medición de un pene, ya que éste suele encogerse o alargarse de acuerdo a factores como los cambios de temperatura, la actividad física, qué tanto se le estimule o el estado mental del portador. Esto varía tanto, que de acuerdo al estudio turco mencionado anteriormente, un pene flácido cambia su longitud hasta un 30% al simplemente estirarlo.

Hay médicos que prefieren hacer la medición cuando Sancho está “firmes”. Otros lo hacen inmediatamente después de que el paciente se baja los pantalones, para así impedir que el frío haga de las suyas. Otros lo estiran. En fin, como vemos hay tantos estilos de medición, que mientras no se pongan de acuerdo y se unifique el criterio, difícilmente podrá hablarse de estudios certeros. Aunque todo apunta  a que sí…

Si estás patudo, felicidades. Si no, te recomendamos que te compres unas botas picudas, pa’ que no te anden haciendo menos.

botas_picudas_muchachos

 

*** Vía Slate 

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