Por Aranxa Sánchez

Con este inicio del Buen fin y las fiestas decembrinas, también hay un problema asociado del cual pocas veces se habla: la generación de desechos, basura, residuos. Si bien a lo largo de todo el año se generan éstos, es particularmente con el aumento de actividad económica que se dispara su generación. Este aumento regularmente se observa a finales de cada año; es decir, es estacional.

¿Cuál es la magnitud de los residuos?

Como ya he mencionado con anterioridad, cualquier sistema económico extrae recursos y expulsa residuos. Actualmente, el mundo genera 2,010 millones de toneladas de desechos sólidos municipales anualmente; de los que al menos el 33% no se maneja de manera ambientalmente segura. En todo el mundo, los desechos generados por persona y día tienen un promedio de 0.74 kg, pero varían ampliamente, de 0.11-4.54 kg. 

Como también se ha mencionado, existen responsabilidades compartidas pero diferenciadas; en este caso, los países de altos ingresos generan alrededor del 34% de residuos, aunque sólo tengan el 16 % de la población mundial. Para muestra de ello, en el siguiente mapa del Banco Mundial, podemos observar una relación internacional por país de generación de residuos sólidos (kg) por personas a nivel municipal anualmente.

residuos mapa mundo

¿Por qué nos debe preocupar la gestión de residuos?

La gestión inadecuada de los desechos está produciendo la contaminación de los océanos del mundo (como la famosa isla de basura “The Great Pacific Garbage” registrada en Google maps), obstruyendo los drenajes y causando inundaciones (como muchísimas veces hemos visto en la CDMX), transmitiendo enfermedades, aumentando las afecciones respiratorias por causa de la quema, perjudicando a los animales que consumen desperdicios y afectando el desarrollo económico.

Los desechos no recogidos y mal eliminados tienen un impacto significativo en la salud y el medio ambiente, pues los gases de efecto invernadero (GEI) provenientes de los desechos son un factor fundamental que contribuye al cambio climático. El costo de abordar los impactos del cambio climático es muy superior al costo de desarrollar y poner en funcionamiento sistemas sencillos y adecuados de gestión de los desechos. 

¿Qué se hace con los residuos?

Depende en qué punto del planeta nos ubiquemos, varían las políticas respecto a la gestión de residuos (solid waste management). De tal manera, indica el Banco Mundial, que los países de ingreso medio (como México) y los de ingreso alto proveen servicios casi universales de recolección de residuos; asimismo, más de la tercera parte de los desechos de los países de ingreso alto se recuperan a través del reciclado y el compostaje. 

Sin embargo, en los países de ingreso bajo se recoge alrededor del 48 % de los desechos en las ciudades, pero sólo el 26 %, en las zonas rurales, y se recicla tan sólo el 4 % a nivel nacional.

¿Qué tipos de residuos existen?

Si bien cualquier actividad humana genera residuos, éstos pueden ser catalogados en múltiples formas (conforme a la ONU, a las ISO, la OCDE, entre otras). Las categorías más usuales son las siguientes, por su:

  • Biodegradabilidad: orgánicos e inorgánicos. 
  • Composición: papel, cartón, vidrio, plástico, etc.
  • Origen: residenciales, agrícolas, comerciales, industriales, hospitalarios, de construcción.  

¿Por qué hay desperdicio de alimentos?

Tanto a nivel internacional (29 de septiembre es el día internacional sobre su concientización) como nacional ha llamado la atención el desperdicio de alimentos. En esta problemática los principales responsables son:

  • Comercios: la necesidad de que los productos alimenticios cumplan las normas estéticas en términos de color, forma y tamaño, y la variabilidad de la demanda).
  • Hogares: mala planificación de las compras y las comidas, un exceso de compra (influido por porciones y tamaños de envases demasiado grandes), confusión sobre las etiquetas y un almacenamiento inadecuado) son los principales responsables.

¿Por qué existen desperdicios en la construcción?

Por otra parte, son de interés los residuos de construcción; es decir, los escombros generados durante la construcción, renovación y demolición de edificios, carreteras y puentes. El más conocido en México, por su grado de generación y falta de políticas públicas adecuadas, es el cascajo; por ejemplo, en la CDMX se producen alrededor de 14 mil toneladas diarias, razón la cual crearon el programa Basura cero.

La EPA promueve un enfoque de Gestión Sostenible de Materiales (SMM) que identifica ciertos materiales que se pueden utilizar en nuevos proyectos de construcción, evitando así la necesidad de extraer en minas y procesar materiales vírgenes.

residuos

Foto: Pixabay

Así como en el caso del desperdicio de alimentos hay principales responsables, en el caso de la construcción son los despachos de arquitectura e ingeniería, además de la clientela, representada por las empresas constructoras e inmobiliarias. ¿Qué pasaría si escucháramos a los materiales de construcción como decía el arquitecto Louis Khan? Podríamos aprender como sociedad a valorar y, por lo tanto, exigir construcciones que utilizaran toda la vida útil del material, a reutilizarlo y reciclarlo.

En esto caso, profesiones como la arquitectura, la ingeniería y toda aquella relacionada a la construcción tendrían que cambiar su modelo de negocios (business as usual), como propone el polémico artículo de Jaques Herzog en respuesta a David Chiepperfield, que explica las dificultades de realizar proyectos personales que sean disruptivos a problemáticas sistémicas. 

En este sentido, pensar en lo que explica Juhani Pallasmaa sobre qué implica el habitar y cómo la arquitectura dirige, escala y enmarca acciones, percepciones e ideas; es decir, articula nuestras relaciones con otras personas e instituciones humanas. Las construcciones arquitectónicas materializan y dan concreción al orden social, ideológico y mental. 

De tal manera que se tendría una arquitectura que fuera acorde a un planeta que funciona como una nave espacial: con recursos limitados, como afirmaba el economista Kenneth E. Boulding. En conclusión, todas las profesiones tienen algo que aportar respecto al cambio climático, todas son responsables en parte: por ello es transversal. El financiamiento y regulación necesarias, para cambiar tanto al desperdicio de alimentos como a los desperdicios de construcción, serán explicadas en este mismo espacio en las siguientes semanas.

*****

Aranxa Sánchez es economista por la UNAM.

Twitter: @AranxaSanz

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

Comentarios

Comenta con tu cuenta de Facebook