En Sopitas.com les estuvimos informando acerca del estado de salud de Mandela, el día 05 de diciembre de 2013 falleció a los 95 años al final de una larga batalla contra una enfermedad que lo llevó al hospital por varios meses hasta el 01 de septiembre que fue dado de alta, murió aproximadamente a las 8:50 hora local, tuvo una muerte tranquila en su casa. Aquí una pequeña reseña de quién fue:
Los problemas de salud de Mandela se derivaron de la larga estadía que tuvo en la cárcel (27 años) y de su avanzada edad (tenía 95 años).
“Donde estemos en el mundo recordemos los valores por los que Madiba luchó”, dijo el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma.
En diciembre del 2012 fue hospitalizado hasta cuatro ocasiones debido a sus problemas respiratorios y a sus cálculos biliares.
Sonwabo Mbananga, portavoz del Ministerio de Defensa expresó en su momento:
«El presidente Mandela está de muy buen humor, está bien y no hay peligro inmediato»
En marzo de este año se le realizó una operación quirúrgica con éxito, luego Mandela fue hospitalizado en Pretoria por estar en estado grave (tuvo una recaída de infección pulmonar).
En ese entonces Jacob Zuma, presidente de Sudáfrica, aseguró que el exmandatario recibiría el mejor tratamiento médico.
El domingo 9 de junio Mandela fue hospitalizado nuevamente, esta vez el horizonte no fue tan alentador, lo reportaban grave pero estable. Éste era su segundo ingreso en menos de dos meses.
Entonces Marc Merahaj, portavoz de la Presidencia de Sudáfrica dijo:
«Madiba es un luchador y, a sus años, mientras siga luchando estará bien»
Pero Madiba ya había luchado muchísimos años, es lo único que había sabido hacer toda su vida, parecía que ya era hora de que descansara, así el cuerpo se lo pedía, es por eso que el 23 de junio su estado se reportó como crítico.
Esto hizo que la gente en Sudáfrica empezará a considerar que el tiempo del constructor de su patria había llegado, los rezos que pasaron de pedir su recuperación pronto cambiaron a pedir que el expresidente tuviera un final digno. Parecía que se daban cuenta del egoísmo que era desear retener a como dé lugar a Mandela, era mejor pedir que descansara y pasara a ocupar su lugar a lado de las leyendas.
Por lo menos así lo hizo el arzobispo Thabo Makgoba (de Ciudad del Cabo) el cual oró por:
«una noche tranquila y un fin perfecto y en paz»
Añadió:
«Y mantén (Dios) a todos nosotros con tu misericordioso amor para que así estemos llenos de gratitud por todo lo bueno que él (Mandela) ha hecho por nosotros y por nuestra nación, y podamos honrar su legado a través de nuestras vidas»
Finalmente, él sucumbió
Mientras estuvo en el Hospital el pueblo sudafricano se mantuvo con el alma en suspenso, el destructor del apartheid, el reconciliador, el constructor de su nación estaba determinándose entre la vida y la muerte. La gente estuvo fuera del recinto médico. Llevaron flores, globos, carteles con mensajes en los que expresaban el amor que sentían por Madiba y todo lo dejaron fuera del cerco en el que estaba el hospital. Además pasaban la noche en vigilia, velando el sueño de Madiba, orando y cantando con velas en las manos.
La gente al llegar preguntaba:
« ¿Dónde está Mandela?»
Y en los mensajes se leía:
« ¡Te necesitamos!»
«Te amamos tata, recupérate pronto»
( tata es la palabra en xhosa para decir padre)
Pero ¿quién era Mandela?
Nelson Mandela, el liberador, el Nobel de la paz 1993, el hombre que llegó al poder para erradicar la discriminación racial y luego lo dejó sin más. Éste es un acercamiento a su historia.
Nació el 18 de junio de 1918 en la tribu de los thembu, en Umtata, Transkei, región oriental de El Cabo de Sudáfrica. Pertenecía a una familia de la nobleza africana, su padre fue Henry Gadla Mphakanyiswa, y era el jefe de un poblado de nombre Mvezo.
Mandela recibió dos nombres, el de su tribu y el cristiano, en su tribu se le conoció como Rolihlahla Madiba Mandela Dalibhunga.
Rolihlahla: “el que provoca conflictos o problemas”. En 1934, a la edad de 16 años, Mandela pasó por un rito de paso a la edad adulta, el ritual incluye pintar el cuerpo con arcilla blanca y el uso de ropa especial hecha de fibras naturales, y la eliminación del prepucio que se realiza con un assegai (lanza), sin anestesia. El nuevo nombre dado a Mandela después de ese ritual era “Dalibhunga” o “fundador de la Bhunga”, que dado su liderazgo político posterior, resultaría un nombre profético.
Sus seguidores lo llamaban “Madiba” :”reconciliador” y su nombre cristiano Nelson, fue asignado por un profesor de la primaria.
Durante su vida admiró la lucha de Gandhi contra la opresión y el racismo en Sudáfrica (el mismo Gandhi sufrió ambas mientras estuvo ahí). Recordemos que el espíritu de Gandhi siempre fue denunciar y luchar contra las injusticias (es más, amplió su residencia en Sudáfrica sólo para seguir con su lucha político-social). Esto causaría un gran impacto en el joven Mandela.
Fue enviado a Fort Hare College, para estudiar Derecho, donde conoció a otros futuros líderes del movimiento liberador de su país, entre ellos a Oliver Tambo, su aliado y amigo, personaje central en la lucha por la liberación sudafricana.
Es en Johannesburgo donde empezó su transformación en líder político, se gradúa como abogado y poco a poco adquiere prestigio en sus crecientes actividades políticas.
Así, Nelson Mandela se convierte en un militante pleno de ideología moderada y destaca como dirigente y brillante negociador; en los años 40 bajo la influencia de Walter Sisulu participa y destaca en la Liga Juvenil del Congreso Nacional Africano, ya entonces institución capital en el proceso de lucha y liberación sudafricana.
Formó el único despacho de abogados negros en su país Tambo y Mandela, lugar que intentan cerrar por calificarlo como un centro subversivo. Con el avance del apartheid (una doctrina de odio y desprecio hacia hacia el “otro”, literalmente significa “separación” en afrikáans, lengua derivada del holandés que era la de los colonizadores de Sudáfrica), se fueron cerrando todos los espacios para la lucha desde lo legal por lo que Mandela decidió adoptar la lucha armada y clandestina y formar el brazo armado del CNA, la temible MK o lanza de la Nación. En 1948 entró en el Comité Ejecutivo del Congreso Nacional Africano. Para 1952, Mandela fue electo presidente del CNA, cuatro años después fue arrestado por el cargo de alta traición, ese año se casó con Winnie Mandela.
La celda en la que estuvo encerrado Mandela no medía más de 6 metros cuadrados. Compartió la sección política de la cárcel con sus co-acusados en el juicio de Rivonia: Govan Mbeki, Walter Sisulu, Ahmed Kathrada, Raymond Mhlaba, Elias Motsoaledi y Andrew Mlangeni. Todos los días, los prisioneros tenían que hacer trabajos forzados con picos y palas en una cantera de cal, dañando permanentemente los ojos de Mandela, tardó tres años en obtener permiso para usar gafas de sol.
El líder sudafricano logró atraer la atención internacional hacia la situación en que vivían los negros en su país, motivo por el cual el gobierno prohibió hasta decir su nombre. En 1964, el 12 de junio, en el Juicio de Rivona, el líder llamado Nelson Mandela se enfrentó con los jueces. En las calles de Johannesburgo una multitud esperaba la sentencia. Ante el Tribunal, defendiendo a sus compañeros y a él mismo, se dirigió a los jueces con estas palabras que ya son parte importante de la Historia:
“Toda mi vida he luchado por la causa del pueblo africano. He combatido la dominación negra y la dominación blanca. He adoptado, por el ideal, el ideal de una sociedad democrática y libre donde todo el mundo viva conjuntamente en el país con igualdad de oportunidades. Yo espero vivir para conquistar ese ideal, pero es un ideal, para el cual estoy preparado, si es necesario, para morir”.
Fue condenado a cadena perpetua. Tenía 44 años. Pasó 27 años y 190 días en la cárcel.
El mundo entero estaba en contra del apartheid y por la libertad de Mandela.
Después de que cambiara el régimen sudafricano y el nuevo presidente pusiera en libertad a Mandela (lo hizo ya que pensaba que el régimen del apartheid era insostenible, todavía más después de la caída del muro de Berlín –1989–) se legalizaron los partidos que habían sido tan encarnizadamente perseguidos.
Luego de su libertad, Mandela dio una gira por varios países africanos, europeos, americanos, asiáticos y de Oceanía (es decir, fue por los cinco continentes) en los que fue muy bien recibido debido a que ya todo el mundo conocía su lucha.
En 1990 Mandela habló formalmente con los afrikaner (criollos holandeses nativos de Sudáfrica de los cuales, muchos, eran los propulsores del apartheid), habló tan bien y expuso de una manera tan excelsa su postura que los afrikaner levantaron el estado de emergencia en Sudáfrica. Desde ese momento se dedicó al alto al fuego entre ambas comunidades (los afrikaner y las etnias africanas) (por lo cual fue muy criticado por algunos de los suyos). Mandela llamó a un congreso y propulsó una fuerza política multi-racial.
Desde muy pronto se dio cuenta que su lucha por la integración de blancos y negros en la nación sudafricana sería tarea difícil, pero no se dio por vencido (a pesar de las masacres que hubo después de terminado el apartheid).
En 1994 es elegido Presidente de Sudáfrica.
Mandela se propuso llevar las mayor cantidad de mejoras a su país. Llevar agua y electricidad a las comunidades campesinas, hacer una sistema de educación universal y crear viviendas fueron algunas de sus primeras tareas. Es por eso que es el padre de la Sudáfrica contemporánea.
(Aquí las tres principales ciudades de Sudáfrica)
(Johanesburgo)
(Pretoria)
(Ciudad del Cabo)
Para financiar sus proyectos Mandela se dedicó a ir de país en país recaudando dinero de personajes ricos. Mandela mismo donaba la tercera parte de sus ingresos a la Fundación Nelson Mandela para la Infancia.
Mandela era un defensor de la libertad de prensa, pero también criticó mucho a los medios de su país ya que la mayoría estaban dirigidos a los blancos de clase media que se la pasaban haciendo duros comentarios en contra de su gobierno y hacían alarma de cualquier cosa.
Por esto y más, la tarea principal que buscó Mandela en su gobierno fue la reconciliación de su país.
Para lograrlo, Mandela metió en su gabinete a grandes representantes de los intereses de la comunidad blanca en Sudáfrica, además de que insistía en que ellos tenían su lugar en la «Nación del arcoiris». Además se reunió con altos cargos del apartheid (ese mismo régimen que le quitó casi treinta años de su vida para fundirlo en prisión) y les habló de reconciliación. Dijo:
«La gente valiente no teme perdonar por el bien de la paz»
Además, alentó a los sudafricanos negros para que apoyaran al, por ellos, odiado equipo de Rugby, los Springboks, sobre todo porque Sudáfrica fue la sede de la Copa de Rugby del Mundo de 1995 (en México y en Estados Unidos tal vez casi no se vea Rugby pero éste es un deporte muy importante en muchos países del mundo como Inglaterra, Nueva Zelanda, Irlanda, Argentina o Japón, entre otros). Al final los Springboks ganaron una épica final contra Nueva Zelanda. El presidente Mandela entregó con sus propias manos el trofeo a un afrikaner, el capitán del equipo, Francois Pienaar. Este gesto fue visto como un gran paso en la reconciliación en Sudáfrica.
También, Mandela supervisó la conformación de una Comisión de Verdad y Reconciliación para investigar los crímenes cometidos durante el apartheid. Para no crear mártires, la Comisión concedió amnistías a cambio de que se diera testimonio de los crímenes cometidos.
Fueron dos años de audiencias en los que se denunciaron violaciones, torturas, atentados, asesinatos, etcétera. Mandela dijo que la Comisión ayudaba a alejarnos del pasado para poder vivir en el presente y pensar en un futuro.
El trabajo que se llevó en la diferentes comisiones varió muchísimo. Algunas ponían a los acusados en frente de las víctimas o sus familiares y tenían que oír sus crímenes desde la voz viva de los que sufrieron por ellos. Al final tenían que aceptar lo que habían hecho para poder recibir la amnistía. En otros lado el trabajo fue intervenido por religiosos que concedían además un perdón. Sea de una forma o de otra, fueron dos años en los que un país observó sus heridas para poder trabajaras y sanearlas. Sólo así se pudo seguir.
El líder sudafricano, además, propulsó programas sociales que nivelaran los estatutos de las diferentes clases en el país. Políticas de jubilación, servicios de salud, y derechos laborales (También, fue en su mandato que el congreso, en mayo de 1996 Sudáfrica se convirtió en el primer país en el mundo en proteger los derechos LGBT en su constitución de manera explícita, al declarar que no se permite la discriminación por raza, género, orientación sexual u otros motivos).
(el cartel dice: Los hombres de calidad no temen la igualdad)
Mandela se retiró del ámbito político en 1997 (a diferencia de muchos líderes mundiales, no persistió en el cargo o intentó reelegirse) dejándole una nueva constitución a su nación. No obstante, prosiguió con su labor como activista y por su preocupación social. Una de ellas fue intensificar las acciones de la Fundación Nelson Mandela para que se hicieran actividades en contra de la propagación del SIDA (enfermedad que atacaba a gran parte de la población y por la que fue criticado por sus detractores de no ponerle la suficiente atención).
Además se opuso a que la OTAN (una de las mayores alianzas militares a nivel mundial que reúne a varias potencias) invadiera Kosovo, a la guerra contra Iraq, y fue un gran detractor de los Estados Unidos, país que, según él, había hecho tanto daño al mundo, como las bombardeos atómicos a Japón.
Una de sus última apariciones fue en el Mundial de Sudáfrica 2010, evento que esperaba muchísimo, pues sabía lo que significaría para su país, ponerlo en el mapa mundial y una derrama económica.
Mandela tuvo muchos reconocimientos. En 1993 le dieron el Nobel de la paz, y en el 2009 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el cumpleaños de Mandela (18 de julio) como el “Día de Mandela” el cual marca su contribución en la lucha contra el apartheid. Ése día se hizo un llamamiento a que la gente donara 67 minutos de su día para hacer algo por los demás, esto en conmemoración a los 67 años en los que Mandela estuvo siendo parte del movimiento (fue la primera vez que la ONU le dio un día a una persona en específico).
Hombre con una gran conciencia social, luchador infatigable, político formidable, procurador de su nación y de toda su gente. Mandela no sólo fue una gran figura, sino un gran maestro, nos enseñó muchas cosas, una de ellas fue pensar en otras maneras de enfrentar las injusticias ( a diferencia del ojo por ojo griego, o el poner la otra mejilla cristiano, la Comisión de Verdad y Reconciliación fue otra manera de relacionarnos con la tragedia, la injusticia y el dolor, pues no sólo se ponía la otra mejilla, sino que se habló, se denunció y se enfrentó el dolor de toda una nación).
Sudáfrica está lejos de ser el país perfecto, tiene mucho camino por recorrer, todavía hay muchos problemas, pero, sin duda, la figura de Mandela ha sido una gran ayuda para ellos y para el mundo entero.
Como dijimos en un principio, a Mandela se le llamó durante toda su vida por otros nombres y creo que uno de los más importantes fue Madiba “el reconciliador”. Parece que en este caso se cumplió la sentencia de que en el nombre se lleva el destino, claro que Madiba no esperó a que el destino lo llamara, el fue a encontrarlo, lo reclamó, se hizo grande, pero permaneció siempre con esa sonrisa tranquila que siempre lo caracterizó.