El exgobernador interino de Veracruz, Flavino Ríos, no duró ni una semana en el bote y ya comenzó a mostrar esa alergia que desarrollan varios políticos que prueban la hiel del encierro. Por ello, así como Elba Esther Gordillo y Andrés Granier (por citar sólo dos ejemplos), el hombre que ayudó en la fuga de Javier Duarte fue trasladado a un hospital, donde recibirá la atención que merece.
Bueno, en realidad el buen Flavino se comenzó a sentir mal y de ahí el médico del penal de Pacho Viejo (que es donde estaba recluido) decidió hacerle los exámenes correspondientes. Así, tras evaluar los resultados, el galeno determinó que Ríos presentaba un cuadro hipertenso arterial y, dado que en su historial consta que está acostumbrado al lujo y los buenos tratos hace tres años sufrió un preinfarto, se decidió su transferencia.
La Secretaría de Salud Pública de Veracruz informó del traslado del exgobernador a un hospital de la ciudad de Xalapa, hecho que se dio la madrugada de este domingo con el consentimiento escrito del propio Ríos.
Fue apenas la semana pasada cuando Flavino, en pleno goce de salud, fue detenido y vinculado a proceso, luego que un juez determinó que existían elementos para acusarlo de tráfico de influencias, abuso de autoridad y haber apoyado a la fuga del exgobernador Javier Duarte. Por estos cargos, las autoridades del gobierno de Veracruz decidieron colocar a Ríos a un año de prisión preventiva.
Además de los cargos ya señalados, en el transcurso de la semana se le asentó un nuevo cargo al exgobernador interino: por el desvío de 247 millones 126 mil 87 pesos. Por este delito se presentó la denuncia correspondiente ante la Fiscalía Especializada en Delitos Relacionados con Hechos de Corrupción y Cometidos por Servidores Públicos y ya se abrieron dos carpetas de investigación.
De acuerdo a las investigaciones, los desvíos de recursos habrían ocurrido mientras Flavino se desempeñó como secretario del gobierno de Veracruz, esto durante el periodo del 20 de julio de 2015 al 12 de octubre de 2016.