El confinamiento solitario mata. Efraín Romero de la Rosa era un migrante mexicano que se suicidó en su celda después de haber pasado 21 días preso en solitario dentro de un centro de detención operado las autoridades migratorias de Estados Unidos. Efraín había sido diagnosticado, desde años atrás, con esquizofrenia y bipolaridad.
En julio de 2018, Efraín se ahorcó al interior de su celda cuando cumplía 21 días de confinamiento en solitario continuo.
José Olivares, periodista en The Intercept, publicó este jueves un reportaje tan revelador como aterrador. Una historia que demuestra lo que sucede al interior de las prisiones migratorias de Estados Unidos y cómo son tratadas las personas detenidas… y ni se diga lo que viven si tienen enfermedades mentales. “Desde que lo ingresaron y cómo lo trataban, el personal demostró negligencia para tratar con un hombre con esquizofrenia”, explica la pieza.
Efraín, de 40 años, era un hombre común y corriente. “Era muy tranquilo”, cuenta su hermano.
Lo único que quería era regresar a México. Efraín había cruzado la frontera en el año 2000 pero ahora buscaba regresar a Puebla para ver a sus padres… hasta que se encontró con las autoridades migratorias y pidió ser deportado.
Sin embargo, terminó detenido en el Stewart Detention Center en lo que sus trámites se hacían realidad.
Ahí —donde los testimonios dicen que utilizaban el confinamiento en solitario para cualquier cosa— es donde su vida tomó un giro de 180 grados y su enfermedad mental comenzó a causar estragos. En un momento, dijo que “había muerto tres veces” al ser detenido. Después pasaría las horas levantándose y sentándose, escribiendo en las paredes y hablando en mensajes crípticos. ¿Su castigo? 30 días en solitario.
Ni siquiera pudo cumplir su condena.
21 días después fue encontrado muerto en su celda. En esa misma prisión, 4 personas han muerto y Efraín es el segundo en morir en estas condiciones. Hace unos meses, Jeancarlo Jimenez, otro migrante con ezquizofrenia, se quitó la vida tras 19 días de encierro. ¿Tortura? Podría ser. Lo que es una realidad es que el confinamiento solitario cuesta vidas y agrava profundamente los problemas mentales.
Y todo es autorizado por las autoridades migratorias de Estados Unidos
¿Quieres leer la historia completa? Échale un ojo a “How Solitary Confinement Kills: Torture and Stunning Neglect Ends in Suicide”, la historia de José Olivares en The Intercept.