¡Estos tiempos tan violentos! Si hace unas semanas les presentamos el alza en el uso de la tortura que se ha dado en nuestro país, nunca imaginamos que las prácticas martirizadoras llegaran a estos niveles.
Ayer les dimos a conocer la conmovedora noticia de los mandos policiacos que fueron encontrados “bien jarras” en las afueras de un billar, luego de haber sido reportados como desaparecidos… pero ¿qué creen?, que cuatro de los cinco polis han declarado que no estaban de fiesta, sino que fueron secuestrados, torturados y obligados a ponerse hasta las manitas.
De acuerdo con la versión de los policías municipales oriundos de Durango, ellos andaban muy quitados de la pena afuera de una tienda, prontos a comprarse unos lentes, sin embargo, fue ahí cuando les cayeron elementos de la Dirección Estatal de Investigaciones, quienes los entregaron a sus torturadores.
Contaron que “en un domicilio” fueron golpeados y quemados, -incluso uno de ellos tuvo que ser hospitalizado debido a la gravedad de sus lesiones-… pero lo peor del asunto fue que sus secuestradores viéndoles las caras de abstemios que portaban, no encontraron peor tortura para los guardianes del orden, que obligarlos a consumir bebidas embriagantes, para luego amenazarlos y botarlos afuera del billar “Pool Marfil”, donde fueron encontrados y tachados de borrachines. Puede parecer burla, pero qué tal las huellas de golpes que presentaron:
Ante estas declaraciones el vocero de Seguridad Pública de Durango Fernando Ríos, aseguró que en su momento los policías no comentaron nada al respecto:” Desconocemos el motivo de las declaraciones, son muy respetadas las declaraciones de ellos, pero se tendrá que hacer una investigación una vez que se haga una denuncia formal ante la fiscalía del estado”.
Habrá que esperar los resultados de las averiguaciones, mientras tanto, ¿a quién creerle?… con eso de que los niños y los borrachos dicen la verdad.