¿Exagerado? Quién sabe, pero seguro muchos países quisieran tener las condiciones de Nueva Zelanda para, a la voz, mandar a todos a encerrarse y, así, cortar de tajo la propagación del COVID-19.
Luego de detectar un caso de COVID-19 (sí, nomás uno), las autoridades de Nueva Zelanda tomaron la “drástica” decisión de establecer un confinamiento nacional. Nomás por unos días, en lo que se rastrean más posibles casos y, de esta manera, evitar que se propague el virus a dimensiones que ahora sufren otros países.
“A partir de las 11:59 pm de esta noche, toda Nueva Zelanda pasará al nivel de alerta 4 para detener la propagación del COVID-19 en nuestras comunidades. Inicialmente, será por un período de 7 días para las regiones de Auckland y Coromandel, y al menos 3 días para el resto del país”, informó el gobierno por medio de diferentes canales de comunicación.
¿Qué pasa cuando Nueva Zelanda entra a nivel de alerta 4?
Con el nivel 4 de alerta (el más alto en todo el plan anti COVID-19 de Nueva Zelanda) se pide a la población permanecer en sus hogares. Confinamiento total. Sólo se permite a la gente salir de sus hogares para comprar alimentos, ir a servicios de salud, hacerse la prueba COVID-19… y, ya, poniéndose espléndidos, realizar un poco de ejercicio, pero sólo en el área local al domicilio.
Además, se pide a la población que tenga contacto únicamente con las personas que pertenecen a su “burbuja”, es decir, sólo con aquella que vive bajo su mismo techo. “No se preocupe, durante este tiempo podrá acceder a todos los elementos esenciales que necesita, incluidos medicamentos y alimentos”.
Por otra parte, con la alerta en nivel 4, el programa de vacunación de Nueva Zelanda se pone en pausa… no durante todo el tiempo, nomás en lo que se afinan detalles para que las autoridades sigan vacunando de manera segura.
“Las personas con citas que se vean afectadas serán contactadas directamente con información sobre cómo volver a reservar. Todos los que tengan una reserva en el sistema seguirán siendo vacunados”, señala el portal del gobierno de Nueva Zelanda.
De acuerdo con la BBC, el caso detectado que pone a todo Nueva Zelanda en alerta es el primero en los últimos seis meses (de transmisión comunitaria)… y, bueno, las alarmas se encendieron porque, con sólo el 20% de la población vacunada (con cuadro completo), se teme que este caso sea de la variante Delta del COVID-19, la cual se dice que tiene un nivel de contagio más alto.
“Quiero asegurarle a Nueva Zelanda que nos hemos preparado para esta eventualidad. Trabajar duro y temprano nos ha funcionado antes”, señaló la primera ministra, Jacinda Ardern. El paciente es un hombre de 58 años, que se cree que es contagioso desde el jueves pasado. Hay al menos 23 sitios potenciales de transmisión.