Ya se volvió a armar en redes sociales. En los últimos meses, las discusiones nacionales se llenaron de expertos en estadística electoral, aeronáutica —excepto Riobóo, él sí no tiene ni la menor idea y hasta sismología. El tema de esta ocasión es el fracking.

¡Que arranque la golpiza tuitera!—

Por si andaban distraídos, la cosa arrancó cuando AMLO dijo, en San Luis Potosí, que durante su gobierno no se usará el ‘fracking’. Grupos ambientalistas festejaban la decisión y algunos otros aplaudían la mesura para utilizar recursos. Obvio, las respuestas del otro lado no se hicieron esperar.

Vicente Fox dijo que negarse a utilizar esta técnica es “un error cuantiosísimo”, mientras que afirmaba que México se perdería la oportunidad de aprovechar grandes recursos energéticos. Otros decían que tendríamos costos más bajos en gas y luz. Las personas que apoyan la creación de nuevos empleos y gente interesada con el máximo aprovechamiento del patrimonio natural apoya que se utilice.

La opinión pública se dividió y ya nos enredamos en la misma historia reciente. ¿Los mexicanos y mexicanas queremos que se use el fracking? ¿Es una oportunidad económica perdida? ¿Es asegurar el futuro de nuestro planeta? 

Antes de agarrarnos a cates y teclear en mayúsculas con odio, enterémonos primero de qué se trata.

Entonces, ¿qué cuernos es el fracking?

Fracking es la palabra coloquial para referirse a la fracturación hidráulica. Es una técnica desarrollada para extraer grandes depósitos de gas natural y petróleo de formaciones geológicas.

Se utiliza, principalmente, porque los recursos almacenados en las rocas están a grandes profundidades y los sistemas tradicionales de perforación terminan por ser obsoletos.

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El proceso es fácil de explicar: excavas hasta una profundidad adecuada y diriges —a altísimas presiones— una mezcla de agua y químicos hacia las rocas para que liberen los recursos. En la idea te lo imaginarías como un proceso en vertical, pero comúnmente se hace horizontalmente para permitir la salida del gas natural y del petróleo.

El término se llama así por las fracturas que se hacen en las rocas por el agua a presión.

¿Y qué tiene de malo?

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Protestas en contra del fracking en Reino Unido // Foto: Getty Images

Las principales preocupaciones del fracking son acerca de su daño al medio ambiente.

Primero, como utiliza grandes cantidades de agua en lugares donde no siempre está a la mano, hay que transportarla hasta la zona en la que se está trabajando. Sale caro, no es fácil y la situación del agua en el mundo no está como para andarla usando en otras cosas.

¿Ven que el agua que se “lanza” hacia la roca está mezclada con químicos? Pues muchos de esos químicos son cancerígenos. Aunque la fórmula exacta de la mezcla está considerada “un secreto de la industria”, sí sabemos que tienen cerca de 750 compuestos distintos.

Si le tiras agua contaminada al suelo para que penetre las formaciones rocosas profundas, es muy probable que también termine contaminando los mantos acuíferos cercanos. A eso, agrégale los gases que se escapan y también tendremos otros tipos de contaminación.

¿Una más preocupante para México? Si rompes las formaciones rocosas, o las cuarteas, es muy probable que los riesgos sísmicos se aumenten. Estas fracturas en el subsuelo terminan por activar fallas en las zonas aledañas.

También, el fracking es criticado por dar una nueva opción de seguir viviendo de combustibles fósiles, en lugar de forzar la innovación hacia la mejoría de energías verdes.

¿Y qué tiene de bueno?

El fracking permite alcanzar recursos energéticos que antes eran imposibles.

En Estados Unidos, que allá lo utilizan con ganas, se ha aumentado drásticamente su producción petrolera y de gas natural. Cada vez su gasolina es más barata. De acuerdo a la BBC, Estados Unidos y Canadá han obtenido seguridad de petróleo y gas natural por los próximos 100 años y generan electricidad produciendo menos de la mitad de emisiones de CO2. 

A eso, súmenle que la industria del fracking ha creado 1.7 millones de trabajos y —si todo sigue igual— esperan haber creado 3.5 millones para el 2035.

Oye, ¿y sí hay fracking en México?

En julio del año pasado, una investigación de Sin Embargo arrojó que había 3 mil 780 pozos de fracking en México. Para finales de año, RT en Español publicaba que había más de 5 mil pozos activos en nuestro país. 

De momento, el presidente electo informó que  no se usará esta técnica en México, pero la discusión sigue activa.

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