La Tierra se sacudió de nuevo, ahora en el sureste asiático. Un gran terremoto de magnitud 7.0 causó severos destrozos en el norte de Filipinas. El sismo se sintió en la mañana del miércoles —la madrugada para nosotros desde México—, pero provocó pánico, varios sustos y unas imágenes bastante impresionantes de los daños.
La versión oficial habla de al menos 5 personas fallecidas y más de 60 lesionados.
Este sismo se sintió en la provincia de Abra, en el norte de Filipinas. Si ustedes, como nosotros, no están muy familiarizados con este país, resulta que esa zona es montañosa, por lo que el terremoto causó severos deslaves.
De acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) este sismo tuvo una magnitud de 7.0 y se sintió específicamente en la isla de Luzon —la isla más poblada de Filipinas. Eso provocó que la sacudida se resintiera en las montañas, en las comunidades cercanas y en la capital, Manila, que también está en la misma isla.
El presidente Ferdinand Marcos, que apenas lleva un mes en el cargo, contó que el sismo también se sintió en la casa oficial.
Uno se los detalles más canijos de este sismo es que sucediera en la región montañosa. El periodista Harley Palangchao le contó a la Associated Press (AP) que venía viajando en una camioneta cuando se empezaron a caer gigantescas piedras. Deslaves estaban golpeando coches y casas. “Fue una experiencia horrible”, explicó.
Los daños por este sismo en Filipinas se siguen contando y los trabajos para atender a los heridos continúan en la madrugada. Mientras tanto, las escenas de los daños comienzan a darle la vuelta al mundo.