Lo que debo de saber
Formas de atravesar un territorio, nos ofrece una mirada profunda a la vida de una familia de mujeres tzotziles.
Entre la naturaleza tupida que rodea los Altos de Chiapas, debajo de los árboles gigantes y detrás de una niebla profunda, hay una comunidad de mujeres tzotziles que se dedica a pastorear, teñir y tejer. Su vida está ligada por la lana y su historia se recoge en un bellísimo documental llamado Formas de atravesar un territorio.
Dirigida por Jabiera Ruvalcaba, esta película es una oda a la tranquilidad entre las montañas, a los conocimientos que se transmiten de generación en generación y a esa relación íntima que existe entre las comunidades del sur del país y la naturaleza.
La historia ocurre en un espacio tan idílico como complejo, entre las faldas del Tsontevits, o “cerro del musgo”. Ahí, entre senderos verdes, los tzotziles reciben las enseñanzas de la tierra. Escuchan el agua, coleccionan plantas y convierten el pelaje de las ovejas en hilos y los hilos en obras de arte.
En ese sentido, el documental, que en estos días se exhibe en la Cineteca Nacional, es una manera de explorar la bella diversidad de México. Nos enseña que, más allá de las ciudades, hay un mundo que se cuenta en tsonte, que ocurre entre leyendas sagradas y una pregunta universal que se hace la directora: “¿Le pertenecemos a un lugar o un lugar nos pertenece?”
Un documental sobre la paciencia y el encuentro
La película sigue los pasos de doña Sebastiana y sus nueve hijas. Un grupo de pastoras que se dedica al trabajo minucioso de la lana; labor complicada que les ha sido heredada desde generaciones pasadas y que es su forma de vivir.
Su cotidianidad es apacible. A veces se las ve haciéndose trenzas las unas a las otras o tiñendo lana. Sin embargo, muchas de ellas, sobre todo las más jóvenes, dividen su identidad entre las tradiciones arraigadas de su pueblo y esa huella urbana que se expande y que amenaza a las costumbres ancestrales.

A través de imágenes, que se tejen con sutileza, descubrimos retazos de su rutina. Las vemos caminar entre atajos verdes, con sus sombreros de flores, mientras hablan sobre borregos, sobre recoger varas en el camino y sobre el carácter asustadizo de estos animales, que se espantan a la menor provocación.
Formas de atravesar un territorio es en esencia una mirada honda a esa vida sencilla, en la que no se necesita más que un hilo para comprender cómo los otros viven y cómo esas vivencias trastocan la forma tan específica en la que nos vemos a nosotros mismos.
¿Cómo nació este documental?
La idea surgió cuando Jabiera Ruvalcaba era pequeña. Crecer en Chiapas significó para ella el contacto directo con múltiples pueblos originarios y formas de vida. Le gustaba en particular esa existencia silenciosa y poética de las mujeres que caminan y trabajan entre los parajes más bonitos del estado.
Esta curiosidad se convirtió en una semilla creativa, que le permitió viajar y aterrizar su idea. En el 2018 conoció a doña Sebastiana y a su familia, pasó mucho tiempo con ellas, las frecuentó, las entendió, y ahí, entre una visita, nació el documental como un vínculo entre dos mundos.

Tras cuatro años de producción e investigación, el rodaje comenzó en el año 2022. El resultado fue una película inspiradora, que ha recorrido el mundo y que le ha enseñado a todas las audiencias que el pastoreo es universal, humano y empático.
En una cartelera plagada de títulos comerciales, vale la pena apoyar proyectos como este: obras de arte poco convencionales, que nos muestran un retrato de ese México profundo, diverso y absolutamente hermoso.


