Con los taxis voladores se buscan vehículos con la capacidad de maniobrar por los aires sin necesidad de una pista de despegue/aterrizaje.
La estampa es común y conocida para cualquier chilango. Camino al trabajo y el metro interrumpió su servicio. Luego, al tratar de tomar el metrobús resulta que una manifestación tiene el carril bloqueado. Las plataformas de movilidad no tienen choferes disponibles o la tarifa anda por las nubes. Quizá hay taxis disponibles en la calle, pero tratar de avanzar en medio de una ciudad colapsada por el tránsito hace que sea imposible intentar llegar a tiempo. No queda mucho más que la resignación para ese momento.
Aunque no sea algo de diario—quizá en la época decembrina, que ya está a la vuelta de la esquina, bien parece que sí—la realidad para los habitantes de casi cualquier ciudad implica problemas fuertes de movilidad. Al final del día, son demasiadas las personas que conviven en territorios compactos y es difícil que existen opciones suficientes de transporte público para la óptima distribución. Particularmente, cuando hay focos financieros o industriales donde se concentra la fuerza laboral en el día a día. Por ejemplo, Santa Fe en la CDMX. Pero parece que una solución ideal está a la vuelta de la esquina: los taxis voladores, aunque suene difícil de creer.
La tecnología detrás de los taxis voladores
Desde hace años la industria de la movilidad ha buscado la automatización de vehículos terrestres de cara a un futuro pragmático, en el que ya no sean necesarios choferes humanos. Poco a poco, los taxis impulsados por inteligencia artificial parecen ser todo el futuro del servicio de transporte en las ciudades; sin embargo, las comodidades que ofrecen los robotaxis al final del día no se comparan con las posibilidades de la incorporación de taxis voladores a la baraja de movilidad para las personas.
Los taxis voladores que están cerca de ser una realidad suelen llamarse aeronaves eVTOL, o lo que es lo mismo “vehículo aéreo eléctrico de despegue y aterrizaje vertical” por sus siglas en inglés. La idea es que se puedan perfeccionar vehículos con la capacidad de maniobrar por los aires de una ciudad sin la necesidad de una pista de despegue/aterrizaje. De igual modo, se trata de vehículos que actualmente se intenta que sean completamente eléctricos, de cara a que los posibles taxis voladores tengan un impacto mínimo en el medio ambiente.
Hoy en día los eVTOL están siendo desarrollado por los titanes de la aeronáutica a nivel mundial. Desde Boeing y Airbus hasta Embraer e incluso la NASA andan en busca de poder crear los vehículos capaces de fungir como taxis voladores. En el fondo, ya somos más de 8,000 millones de habitantes en la Tierra y son fundamentales las soluciones de movilidad antes de que las ciudades terminen de colapsar. Abrir poco a poco rutas aéreas de corto alcance puede ser una forma de atender el problema.
Una nueva legislación en el horizonte
¿Y qué tan factible es que existan taxis voladores en el futuro cercano? La consultora Mckinsey ha calculado que para 2030 ya haya un mercado completo y, sobre todo, funcional de eVTOLs. Estiman que las flotillas de este tipo—ya sea de aeronaves para viajes cortos o los taxis voladores—realicen hasta 20,000 viajes al día con un promedio de vuelo diario de 18 minutos. Sin embargo, es probable que desde el próximo año comiencen a verse pruebas beta de este tipo de vehículos en algunas partes del mundo.
Al final del día, actualmente ya hay un mercado considerable de eVTOLs en el mundo. Hacia el cierre de 2021, el tamaño de la industria era de 8,500 millones de dólares anuales, pero se proyecta que hacia 2030 alcance los 31,000 millones de dólares. Y todo esto puede acelerarse aún más en próximas fechas, lo que puede significar la irrupción, de una vez por todas, de los taxis voladores en las ciudades de Estados Unidos y, posteriormente, al resto del mundo.
Los reguladores aéreos en Estados Unidos decidieron formalmente agregar a los taxis voladores a sus listas de vehículos, con características combinadas de aviones y helicópteros. Esto implica que la industria de eVTOLs ya puede continuar con su desarrollo a sabiendas que podrán ser utilizados con fines públicos en cuanto estén listos los prototipos de las aeronaves. De igual modo, los primeros “vertipuertos” comienzan a funcionar en fases beta en Europa.
Se prepara el camino para los taxis voladores. Ojalá traigan consigo los avances y la modernidad que, en teoría, prometen.