Quizá han leído por ahí que hay personas que fuman escorpiones y terminan echándose un buen viaje.
¡¿Qué?! No pongan esa cara, es cierto.
Resulta que el veneno de estos arácnidos contiene algunos péptidos similares a los de la morfina, que pueden funcionar como analgésico y/o el tratamiento de enfermedades como el cáncer. Aunque claro, no faltó el inquieto que se fumó un escorpión y descubrió que podía ponerse bien motorolo.
Bueno, pues desde los años 60 en Pakistán la gente comenzó a fumar escorpiones. El proceso es simple, buscan uno de estos animalitos, lo matan y dejan que el cadáver se seque con los rayos del Sol. Después lo muelen y se preparan un cigarillo con los restos. No ha faltado el intrépido que lo ha mezclado con tabaco convencional pa’ que amarre mejor.
Últimamente esto ha pasado de ser una costumbre exótica para convertirse en una moda, y cada vez son más los pakistaníes que se están aficionando a ella, la bronca es que el veneno que produce la cola de los escorpiones es peligroso y causa altos grados de adicción.
Dicen los que le han entrado a esta onda que el efecto que produce fumar escorpión es mucho más intenso que el del opio, pues entras en un estado de euforia inexplicable y tienes alucinaciones que pueden durarte hasta un día.
Pues ahí está la información. Si bien en México esta costumbre no es nada popular, más vale estar informados para no regarla por querer hacernos los experimentales. Porque uno como sea, pero ¿y los escorpiones? ¿ellos qué culpa tienen?