Lo que necesitas saber:
De ser objeto de burlas y críticas, la restauración que hizo Cecilia Giménez al 'Ecce Homo' se convirtió en una fuente de ingresos para su comunidad. La gente a final de cuentas quería verla en persona...
Quizás la protagonista de uno de los primeros fenómenos virales: Cecilia Giménez, la mujer que se aventó a restaurar el Ecce Homo de Borja falleció este 29 de diciembre a la edad de 94 años.
Y bueno, de primero ser objeto de burlas y críticas, con el tiempo la mujer se ganó el aprecio de mucha gente… claro, no por sus habilidades para la restauración de arte, sino por su postura ante algo que hubiera hecho decaer a más de uno: ser objeto de “hate” masivo en redes sociales.

Más de una década ha pasado ya desde la restauración más famosa del mundo y quizá de la historia. Se trata de la intervención que tenía toda la intención de dejar como nuevo un Ecce Homo, pero el resultado pasó a la historia por las peores razones posibles… bueno, al menos en ese momento.
Agosto de 2012 es una fecha que Cecilia Giménez alucinó por mucho tiempo, y que pasó a recuerdar de una forma especial. Ella tenía 81 años en ese entonces y a pesar de no contar con el conocimiento y la técnica necesarios, se animó a intentar la restauración.

El resultado es bien conocido por todo el mundo, pero lo que empezó como un verdadero desastre, poco a poco empezó a dejar de ser un trauma para su creadora y para la comunidad de Borja, sede de la iglesia donde se encuentra la peculiar imagen.
Y es que naturalmente cuando la restauración llegó a internet, éste se encargó de lo suyo. Decir que Ecce Homo se convirtió en uno de los memes más populares de la historia sería quedarse cortos. Las burlas llegaban por millones en todo lo largo y ancho de la red hacia Doña Cecilia y hacia la comunidad de Borja.
No es para menos. Basta recordar que el párroco de esa iglesia buscó que la imagen fuera tapada para evitar la visita masiva de personas que llegaban a verla por lo surrealista del resultado.
Borja y la increíble transformación que sufrió gracias al Ecce Homo
Pero esa peticion le fue negada (según recuerda una semblanza de la BBC), junto con la decisión de no intentar una nueva restauración de la imagen para rescatarla. Esas decisiones terminaron por ser las más acertadas.
Borja pasó de ser la burla del mundo, a convertirse en una ciudad sumamente visitada por turistas y curiosos que querían un recuerdo del Ecce Homo más famoso del planeta.
El Ecce Homo de Borja pasó de ser un objeto despreciado por generar las burlas, a una fuente única de ingresos por la mercancía y el turismo que sigue generando a 10 años de su creación. Apenas unos meses después de ver la luz, se empezó a cobrar la entrada para ver la imagen y el resto es historia… una historia llena de dinero para la iglesia y la comunidad.

Toda clase de productos alusivos comenzaron a venderse en los alrededores de la iglesia y la restauración no tardó en pasar de ser un error que muchos pedían borrar de la historia, a una sensación en España y el mundo.
Incluso inspiró una ópera (sí, ¡una ópera!); el director Andrew Flack también sacó su rebanada del pastel que era ya el Ecce Homo. En 2015 llevó a los escenarios una obra inspirada en la imagen.
“En materia de turismo, somos un producto mundial. Recibimos visitantes de 110 países de todo el mundo. La cadena de turistas ahora se ha estabilizado (reciben entre 10 mil y 11 mil visitantes al año) Pero trabajamos para que esa cadena nunca se rompa”
Declaró Eduardo Arilla Pablo, actual alcalde de Borja
¿Cómo recuerda Cecilia Giménez la “obra” a sus 91 años?
En lo que respecta a su creadora, sucedió algo similar, Cuando creó al imagen, ésta fue motivo de críticas, burlas y hasta la amenaza de enfrentar consecuencias legales por el terrible resultado de la restauración.
Eso la llevó a sufrir depresión, pero afortunadamente no duró mucho pues rápido levantó la frente y enfrentó lo que había hecho. Apenas un año después de crear su “obra maestra” de forma involuntaria, Cecilia Giménez inauguró una exposición donde mostraba cuadros realizados por ella misma.
No podía faltar la misma imagen de Jesucristo bien hecha, bueno, al menos no como quedó la restauración. A partir de ahí decidió que no dejaría que aquel resultado acabara con su vida ni con su talento para la pintura.

Según recuerda El País, gran parte de que la mujer de ya para entonces 82 años se animara a abrir su galería y diera la cara ante medios de comunicación por el Ecce Homo, fue precisamente que la atención de su restauración pasó de las burlas a la admiración. No admiración por el trabajo hecho, sino por lo mediática que se volvió la imagen y ella como artista.
Para ese año, 2013, ya contaba incluso con una página de fans en Facebook con cerca de 24 mil usuarios. En 2022, medios internacionales reportaron que Cecilia vivía en una residencia para ancianos en un estado de salud muy delicado, pero recuerdando con cariño su creación.
“Si pudiera, volvería a intentar restaurar el Ecce Homo (…) Lo hice con amor“.

