Texto y fotos: Abraham Huitrón

Meses atrás había comprado su libro, pero hasta ese instante sabía sobre ella a grandes rasgos, que era la bajista de Sonic Youth; que su ahora exesposo es Thurston Moore también integrante de la banda; y ya. En realidad sólo lo básico pero en cuanto leí el libro, todo cambió. Creo que me enamoré.

Dejé a un lado a la “chica de la banda” y descubrí a la mujer. Girl in a Band de Kim Gordon, del que ya hablamos anteriormente, me hizo descubrir a una chica de Los Angeles cuya gran pasión siempre había sido el arte y que, por azares del destino y su amor por Thurston, la llevaron a formar parte de una de las mejores bandas alternativas de los últimos años, luchando contra un duro divorcio y con una escena bastante machista en el camino. Una grandiosa mujer cuya historia me conmovió profundamente. Y hoy, estaba en la colonia Roma de mi natal Ciudad de México.

Era una casa antigua pero muy bien remodelada, de esas que abundan en la Roma. Afuera todo estaba muy tranquilo, nada hacía pensar que alguien de la magnitud de Kim iba a estar ahí, salvo unas vallas, un grupo de 10 personas que ya estaban formados para la firma de autógrafos, y dos guardias de seguridad.

Llegué puntual a la cita en la bella librería Casa Bosques. Adentro estábamos unas 20 personas distribuidas en dos líneas de bancas y varios más de pie, con cámaras, celulares y libretas en mano. “Por favor, dejen este espacio libre que por ahí va a pasar Kim”, le dijeron a unas chicas a mis espaldas, pero cuando llegó, fiel a su costumbre, la ahora artista visual ni siquiera pasó por ahí. Primera señal de que siempre hace las cosas a su manera.

Kim se fue directo a las escaleras y subió al siguiente piso. “Le están tomando unas fotos, un fotógrafo que conoce al dueño de esta librería”, escuché decir a alguien, mientras al frente nos explicaron que estaba prohibido hacerle preguntas sobre su divorcio con Thurston Moore. Es más, que de preferencia evitáramos mencionar su nombre para no pasar momentos incómodos, porque la idea es que fuera una plática entre amigos, engalanada por la presencia de la artista.

Entonces todos tomaron su lugar. Gordon del lado izquierdo, en medio su editora, y del lado derecho el moderador. Empezamos hablando, siempre en inglés, de Noise Name Paintings and Sculptures of Rock Bands That Are Broken Up, el libro protagonista de la firma de autógrafos que sucedió horas después. Se trata de un proyecto que recopila la exposición de pinturas  Noise Name, la cual presentó en el Museo Benaki de la ciudad de Atenas, Grecia en el 2015.

Después la plática se fue hacia otros temas pero a veces el ambiente se volvía incómodo, no era una plática fluida. A pesar de ser una conferencia, la gente no hacía preguntas y pasábamos segundos incómodos esperando que algún valiente dijera algo; empezando por los organizadores que en todo momento trataban de sacar la situación a flote. Desafortunadamente esto es algo que pasa más seguido de lo que se imaginan y es consecuencia de que como hay banda que está en la conferencia pero después hará entrevista uno a uno, no quieren “gastar” sus preguntas para que todos los demás las escuchen; así que mejor se quedan callados y no les importa en lo más mínimo. “Es México, goey, capta”.

Kim Gordon es una mujer imponente. Me llama la atención su esbelta figura que resalta por el ajustado vestido verde que lleva puesto. Es seria y directa pero trata de extenderse en sus repuestas y dejarnos satisfechos. Trae buena disposición pero parece que siempre trae el ceño fruncido. Hay una expresión para referirse así a ciertos hombres. “Tipos duros”, les dicen. Bueno, Kim tiene toda la apariencia de ser una “tipa dura”. Todos estamos intimidados (o enamorados) por su presencia.

Les pregunté sobre la importancia del arte en nuestros días, cuando vivimos épocas tan caóticas y cuando el arte se ha convertido más bien, en un mercado. También le cuestiono sobre qué parte de hacer música y arte visual disfruta más, estas son sus respuestas, juntos con varias frases que nos dejó en la conferencia.

“El arte importa porque a partir de ello podemos expresarnos. Cierto, ahora es más acerca de un mercado, hay un documental de Adam Curtis donde explica toda esta situación, y es bastante interesante. Pero tenemos que seguir haciendo cosas para que deje de ser sólo un mercado, y es que históricamente  a partir de momento caóticos, como el que vivimos actualmente, puede salir inspiración para crear grandes cosas a nivel artístico”.

“No creo que vuelva a hacer música de nuevo, me gusta hacer música pero de una forma espontánea, como un performance mezclando varias disciplinas, pero nada planeado, todo improvisado. En realidad yo no veo a ambos procesos por separado, yo disfruto hacer arte ya sea en forma de canciones y en pinturas, lo disfruto igual”.

“Mi arte sólo pasa, me inspiro en cosas y lo hago. En realidad es la forma de liberar lo que pienso y siento”.

“No creo convertirme en el futuro en solista. No”.  

“Trump no es el hombre para este trabajo. Le dan mucha atención y a veces es imposible no voltear a ver, pero lo que tenemos que hacer es seguir con nuestras cosas, un solo hombre no nos va a detener. Estoy orgullosa de que California fuera uno de los estados que se opusieron”. 

“Me gusta la vibra de México; en lugar de decir caótico me gusta decir que es la vibra. Hay mucha naturaleza, muchos árboles. Los pequeños barrios y la arquitectura son muy interesantes. Se siente una energía de que muchas cosas están pasando. Hice un par de shows con Sonic Youth antes y fueron grandiosos, una gran audiencia. Visité varias galerías pequeñas y vi grandes cosas. Hay buen arte aquí, aunque ignoro la historia del arte en México, salvo ya saben, Diego Rivera y eso que es lo más conocido. Me gustaría regresar pronto”.

“Quiero comentarles algo. Hay varios documentales sobre el racismo en los Estados Unidos. Yo vivo en Nueva York y Los Angeles, ahí casi no se vive, pero en otras partes del país suceden mucho más cosas. Les recomiendo que van un documental que se llama 13th, y que habla sobre este gran problema que tenemos”. 

“Nunca me he visto como un icono ni de la música, ni del feminismo, sólo hago lo que creo que es correcto, lo que me gusta, y ya”. 

“Ahora las mujeres tienen más oportunidades en la música, hay más chicas en grupos, pero grupos independientes. En el mainstream se siguen repitiendo los clichés de la mujeres, pero es el underground en donde realmente pueden expresar lo que quieren decir y en la forma en la que lo quieren hacer”.

 

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