“No sé por qué los Super Furry Animals nunca fueron tan populares, si tienen discos bastante buenos”, se preguntaba un sujeto que, a lado de mí, esperaba en “primera fila” el momento en que los paisanos de Gareth Bale subieran al escenario para retumbar las bocinas con su rock-folk psicodélico.
Los SFA son como esos animalitos que lucen adorables pero que, al acercárteles, te atacan sin piedad. En el caso de los de Gales, su violencia sonora no es razón para alejarse, por el contrario: hay que acercarse para ver qué más tienen que ofrecer tan “tiernas” criaturas. “Tú relájate, vive como siempre… mientras nosotros te aplastamos”, maliciosamente canta Gruff Rhys (con máscara de Power Ranger, para confundir más al respetable) en la inicial “Slow Life”, con la que invitaron al público a subirse al ácido carrusel que montaron por poquito más de una escasa hora.
“Move you
Buy and sell you
Terrorise you
Mass destruct you
Flaunt you
Disconnect you
Cluster fuck you
We will crush you
Rocks are slow life…”
Aunque el tour que los trajo a nuestro país es para celebrar el 20 aniversario del Fuzzy Logic, ningún tema de este sensacional álbum sonó… sin embargo, ¿quién podría quejarse? Si parece que adelantaron la celebración de una de sus obras maestras, el Rings Around The World. Desde la homónima y surfera, pasando por el gran momento que fue “Run, Christian, Run!”, la deliciosa extrañeza de “Yuxtaposed With U” y su “Bohemian Rhapsody” (o su “Paranoid Android”, si quieren): “Receptacle for the Respectable”, con todo y triturada de papitas incluida… de alguna forma tenían que suplir la increíble participación que Sir Paul McCartney tuvo en la grabación de esa canción.
Pues ni tan desconocidos: con las primeras notas de “Hello Sunshine” los gritos no se hicieron esperar (hasta casi desapercibida fue la larga pausa que hicieron después de cantar el primer verso, para arreglar algunos detalles técnicos); misma euforia provocó la demoledora “Golden Retriever”, en un momento del show en el que las bestias ya tenían bien apañados a los presentes.
“She’s a golden retriever
Retrieves your oldest coin
Leads you blindly down every dark alley
Then she’ll bleed you dry”
Sin mucha interacción con el público (“¡mamones!”, por ahí dijo alguien cerca), Rhys pide aplausos y gritos con letreros, ¿para qué intentar hablar mal español? La atención con sus fans ya había llegado desde hace años, cuando en su Radiator incluyeron un tema en el que su interés por México es evidente: “Chupacabras”… lástima que no la tocaron. Precisamente de ese álbum es una de las canciones con las que los “Animales Súper Peludos” finalizaron: “Mountain People”, con versos desesperanzadores que se perdieron entre beats y distorsiones.
“They don’t care about
You and me
Obviously
No not us
We’re the mountain people”
“¿Se van a ir así en seco… ni un besito?” Terminando “The Man Don’t Give a Fuck” se fueron y, efectivamente, parecía que les importó un carajo dar (pedir) las gracias por su gran concierto.
¿Por qué los Super Furry Animals nunca fueron tan populares? Quizás porque en sus veinte años de carrera “nomás” se dedicaron a hacer excelentes discos y a dar memorables presentaciones, como la de ayer… pero también denles un crédito extra. Había que esperar un momento: regresarían enfundados en sus peludos trajes y, ahora sí, a complacer al público con una pose para la foto del recuerdo.
Texto: Álvaro Cortés
Fotos: Rodrigo Jardón