Apenas la semana pasada, comentábamos en este espacio el cambio de nombre del Staples Center para ser conocida ahora como la Crypto.com Arena. Un anuncio curioso que va más allá del hogar de los Lakers de Los Ángeles y que representa un paso más hacia la normalización del impacto que tienen las criptomonedas hoy en día en el mundo entero. De hecho, no deja de llamar la atención que a penas unos días más tarde Bitso reveló un partnership parecido con los Tigres de la Autónoma de Nuevo León de la Liga MX. El acuerdo será por tres años e incluye la habilitación de servicios de criptodivisas en el estadio. Incluso, trasciende que la plataforma podría involucrarse en la construcción de un nuevo recinto para los regios; esto último no es oficial aún, pero tampoco suena descabellado.
Estas noticias son reflejo de mucho de lo que ha sucedido con el mundo cripto a lo largo de este año. En 2021 hemos visto una cantidad estrepitosa de movimientos en estos vehículos de especulación financiera—o de inversión, a según como se prefiera verlo. Los precios de las criptomonedas más reconocidas han dado bandazos bruscos, mes con mes; sin embargo, en general, se ha observado una tendencia de súper ciclos que las mantienen en crecimientos considerables. Bitcoin, por ejemplo, comenzó 2021 valiendo alrededor de 14,000 dólares por unidad, en su pico más alto llegó a los 60,000, pero incluso ahora sigue por encima de los 50,000.
En este contexto fue que, en junio pasado, El Salvador pasó una ley para adoptar al Bitcoin como moneda de curso legal en su territorio, que ya entró en vigor en septiembre. Ahora, el presidente Nayib Bukele dobló su misma apuesta anunciando la construcción de la primera Bitcoin City del mundo. ¿Qué implica esto?
¿De qué va la Bitcoin City?
En un show que parecía la presentación de un nuevo modelo de sneakers de lujo más que un anuncio de política pública enorme, Bukele anunció —en inglés— que se comenzará a construir en 2022 una Bitcoin City en El Salvador. Completamente libre de impuestos (salvo aquellos al valor agregado) para incentivar la llegada de capitales que probablemente buscan ser blanqueados, este clúster que se pretende disruptivo se encontrará en la región de La Unión, a las faldas del volcán Conchagua, y en teoría será impulsado por energía geotérmica. Además de todo lo anterior, será propulsada por bonos Bitcoin desde un inicio.
“Por alguna razón estamos reunidos aquí, en la playa Mizata, en El Salvador, divirtiéndonos y mirando hacia el futuro”, Presidente @nayibbukele. #Bitcoin #BitcoinWeek pic.twitter.com/L4TimE8Gyg
— Casa Presidencial ?? (@PresidenciaSV) November 21, 2021
Para llevar este proyecto a la realidad, el mismo Bukele calcula que se necesitará de una inversión de 300,000 bitcoins; o sea, más de 17,000 millones de dólares (al precio actual de la criptodivisa). La Bitcoin City se está pensando como una más de las ciudades inteligentes del siglo XXI. Se pretende que conjugue áreas residenciales y comerciales, así como servicios, restaurantes y hasta un aeropuerto. Y, cómo no, una plaza central en forma de Bitcoin. Además, se busca que el idioma oficial sea el inglés, en un país en el que más de la mitad no habla la lengua. Pero tal vez ésa es la idea de Bukele: ofrecer un lugar en El Salvador que no represente en lo más mínimo al país en el que se encuentra.
¿Quién gana y quién pierde con este proyecto?
A veces parece difícil tomarse en serio a las criptomonedas. Ya es incuestionable su poder financiero en el mundo y las formas en las que se empiezan a hacer notar en esferas culturales (como el caso de la Crypto.com Arena). Pero un proyecto del tamaño de Bitcoin City, en un país como El Salvador—lejos de los nodos de innovación y desarrollo de la industria—, no deja de parecer un meme que se ha llevado demasiado lejos. Aunque, vaya, quizá Bukele es el más visionario de los visionarios y en unos años el mundo aprenderá a reconocer su ingenio. Por el momento, sin embargo, todo indica que es un proyecto faraónico que en una de ésas ni llega a concretarse en la realidad.
Con la entrada en vigor de Bitcoin como moneda de curso legal, aparecieron protestas en El Salvador para pedir que se rectificara la decisión. Asimismo, el primer día de operación de la app del gobierno para usar la criptodivisa colapsó por el número de usuarios y ni siquiera aparecía en las appstores de Huawei y Apple. La gente no ha encontrado la forma de transformar fácil y rápidamente sus satoshis en dinero corriente. En un país en el que 70% de su población no cuenta si quiera con una cuenta bancaria.
Pero en la más reciente caída de precios del Bitcoin, El Salvador anunció que habían bought the dip, como se dice en inversiones, para adquirir 100 bitcoins más (unos 5 millones de dólares, que no son ni una fracción de lo que se calcula para el proyecto) para el gobierno —y para financiar la Bitcoin City. Así las prioridades.