Terminó la caravana… ¿y también la dignidad? Con demandas del PRI y ¡César Duarte! ante la Fepade, Javier Corral llegó a la CDMX encabezando el movimiento cuyo objetivo era denunciar las presiones que el gobierno federal ejerce sobre las administraciones estatales… y todo culminó en una alegre y televisada firma de acuerdo, en la que (aparentemente) la partida fue ganada por Corral, ¿con nosotros como perdedores?: el “caso Alejandro Gutiérrez” está ya en manos del gobierno federal.

Todo se remonta a semanas atrás, cuando las investigaciones contra la administración del exgober de Chihuahua, César Duarte, tronaron con la detención del exsecretario general del PRI, Alejandro Gutiérrez, acusado de operar la triangulación Hacienda-gobierno de Chihuahua-PRI, para que recursos federales fueran a parar en campañas electorales del tricolor. En el asunto se involucró al exlíder nacional priista, Manlio Fabio Beltrones, quien hasta amparo contra orden de aprehensión tuvo que promover y -supuestamente- llevó a que desde el gobierno federal se presionara a la administración de Corral para ya no moverle más… ¿cómo? Pues con dinero. “Por el desarrollo de la investigación no nos depositaron. (…) El gobierno de Peña no quiere detener a César Duarte pero nos retienen los recursos”, acusó el Corral a comienzos de 2018, en acto en el que dio a conocer el recorrido que haría a lo largo del país para denunciar los acuerdo políticos que él estaba rompiendo con la detención de Gutiérrez y la exigencia de extraditar a Duarte.

Así, mientras Corral en su marcha denunciaba que, a modo de reprimenda, el gobierno de EPN no le entregó a su administración 700 millones de pesos para concluir el ejercicio fiscal del 2017, por el lado del presidente saltaron cuanto personaje tricolor se les ocurra. Incluso el mismísimo José Antonio Meade, quien desde su precampaña presidencial no tuvo empacho en acusar al gobernador chihuahuense de “mentiroso” y “torturador”. “Vemos en este País, por primera vez en muchos años, a un gobernador que tortura. Tenemos por primera vez en la nación a un gobernador que engaña, a uno que en Chihuahua se le multiplicó por cuatro la inseguridad y que cada vez que tiene problemas inventa y confronta”, dijo el aspirante tricolor a Los Pinos.

Iniciada el pasado 20 de enero, la “Caravana por la Dignidad” de Corral pasó por varias ciudades del país. En todas sus paradas, se le reconoció al panista su decisión de -por fin- confrontar al poder, luchar contra la corrupción y exigir respeto por los gobiernos estatales. Histórico que un mandatario tenga “el valor para reclamar a la federación lo que le corresponde. Jamás lo han hecho los gobernadores, por lo menos en los últimos tiempos”, señaló el coordinador de la Caravana, Gabino Gómez, a su paso por Guadalajara, el pasado viernes, 48 horas antes de que la marcha culminara en la Ciudad de México, en mitin convocado en redes sociales.

Con denuncias recién entabladas en su contra por parte del PRI y César Duarte ante la Fepade, llegó Javier Corral a la CDMX… y para sorpresa de muchos, el “milagro” se dio: la noche del sábado, mientras el América goleaba a los Lobos de la BUAP, un corte informativo detuvo la programación de los demás canales de televisión. En pantalla se veía al secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete, junto al mandatario de Chihuahua, anunciando que todo el asunto de las acusaciones entre el gobierno estatal y federal había llegado a buen término. Muuuuy buen término: la administración de EPN iba va a darle a la de Corral, no los 700 que -supuestamente- le había retenido, sino 900 melones… además de -ahora sí- ir por la extradición de César Duarte. “A cambio”, el panista cederá al exsecretario general del PRI, Alejandro Gutiérrez, detenido en Chihuahua por presuntamente ser el operador de las triangulaciones financieras que de recursos federales que fueron a caer en las campañas electorales del tricolor.

Aunque en redes se acusó a Corral de haber negociado vilmente el encubrimiento de las transas priistas a cambio de unos cuantos millones, en el cierre de su dignidad, digo, de la “Caravana por la Dignidad”, el panista salió por las avenidas de la CDMX con aires de héroe. Ya cuando tuvo el micrófono enfrente, aseguró que, con el resultado de la negociación de Bucareli, no sólo dio el “triunfo” al estado de Chihuahua, sino que había conquistado “la libertad para los demás gobernadores”. Así es: lo que para muchos fue un acuerdo que otorga impunidad tanto a Duarte como a Alejandro Gutiérrez, para el panista significó la recuperación de la “gobernabilidad del país, la capacidad y la función de la relación con los gobiernos de los estados que prácticamente se habían trasladado a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público”. ¡¡Wow!!… todo eso… y ustedes entretenidos con el Súper Bowl. ¿Ya ven por qué se enoja John Ackerman?

Corral dijo tener confianza en que Peña Nieto “honrará su palabra” y cumplirá los acuerdos firmados (claro, como sus compromisos ante notario)… ¿y en caso que no? Ahhh, pues ya tiene una controversia constitucional, la cual será utilizada en caso de que no cumpla con la entrega de los 900 millones de pesos.  “Ehhhrrr, sí… de dinero bien… pero ¿y en el caso Duarte y Alejandro Gutiérrez?” se preguntarán varios. Pues en lo que respecta con el exgobernador, Corral advirtió que las investigaciones llegarán “hasta donde tope”. Y ya. Y, en el caso del exsecretario general del PRI (ahora ya en manos del gobierno federal)… pues confianza… porque su entrega no fue como parte de acuerdo, sino para eliminar “el cuento de que al ex secretario general del PRI se le ha torturado sicológicamente”, afirmó el panista.

 “Con objetivos legítimos y con un origen legítimo, Javier Corral está tratando de convertirse en el polo antisistema del PAN que arrebate esa etiqueta de ‘antisistema’ a Andrés Manuel López Obrador. Y que, a fin de cuentas, todo el proceso (…) va a acabar en la chequera política de Ricardo Anaya y Javier Corral va a terminar -a lado de Anaya- tratando de potenciar esa campaña”, es lo que vaticinaba Julio Hernández el viernes 2 de febrero, un día antes de que se diera el pacto entre el gobernador de Chihuahua y el gobierno federal. Por ahora, el proceso del que habló el colaborador de La Jornada va en la chequera, no política, sino económica del mandatario panista. Veremos si el pronóstico se cumple en los siguientes días.

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