Seguro recordarán que hace unos días una doctora del IMSS en Zamora, Michoacán fue descubierta encadenada y con supuestas marcas de tortura, todo después de haber sido secuestrada. Pues bien, aunque en primera instancia se creyó que se trataba de un ajuste de cuentas por mala praxis, autoridades descubrieron que en realidad todo fue armado por la propia galena, Mere Balanzar Esquivel… para que su novio le pusiera atención.

La UVE de nuestro país llegó a tal conclusión tras haber recogido al menos 28 declaraciones ministeriales, 15 dictámenes periciales, 10 inspecciones, dos órdenes de tacos de carnitas y una confesión de la supuesta víctima, por lo que ahora voltearon la tortilla y será la médico quien enfrentará cargos criminales. El caso incluso había sido atraído por el movimiento #YoSoy17, el cual pugna por la no criminalización de la práctica médica.

 “La doctora tiene problemas psicológicos y fue un montaje para perjudicar a su pareja, hecho que la misma profesionista reconoció”, informó en conferencia de prensa el procurador José Martín Godoy Castro, quien dio más detalles:

Ya que atravesaba por un momento difícil con su pareja –que andaba por Minatitlán, Veracruz-, la mujer quiso ponerle sabor a la relación y hospedada en un hotel de la Ciudad de México con un nombre falso, Balanzar informó a su novio que había sido raptada …. Ahí mismo –en el hotel- la doctora se realizó heridas en senos y pubis con un tubo de metal y navajas de afeitar, además –en el caso de la lesión en el pubis, que llevó a las autoridades a creer que le habían realizado una falsa cesárea- ella misma se suturó.

De regreso a Michoacán, Balanzar compró cadenas y todo lo necesario para montar la escena en la que fue encontrada: “Se hizo una herida cortante en el glúteo y con la sangre manchó su pantalón. Se amarró los pies, los ojos y la mano izquierda con cinta canela, para luego ella misma sujetarse con una cadena a una estructura metálica. De inmediato pidió auxilio con los resultados ya conocidos”, detalló el procurador.

medico tortura

Además antes de pedir ayuda -y ya bien inspirada- en una pared del inmueble en el que fue “rescatada” la mujer escribió con pintura vinílica: “Siguen los demás ginecólogos que mataron a mi hijo”… así, cuando fue encontrada el pasado 6 de agosto, las autoridades presumieron que todo se trataba de una venganza por un parto mal realizado. Incluso Balanzar señaló que la marca en el pubis fue para extraerle un producto de 14 semanas de gestación…

Pero con las debidas investigaciones y estudios médicos, se determinó que la mujer nunca estuvo embarazada y la herida ni siquiera se localizó en la cavidad del útero… y con su propia declaración, se concluyó que todo fue armado… por lo que con su posible estancia  en prisión, dudamos que la relación con su pareja mejore.

@plumasatomicas

*Vía Proceso, Milenio

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