Para que no digan que nos dan chiquiteados los avisos: en un solo día el gobierno federal dio dos importantes. Uno para ahorita y otro para ir llevando. El primero fue relacionado a los cambios en el gabinete, el cual ya se venía cantando (desde que hubo cambio de rector en la UNAM). El otro, pues ya no es tan novedad: ajustes y más ajustes al gasto… no de este año, sino del que viene.
Fueron tres los cambios en el grupo de trabajo del presidente. No diremos que vamos a extrañar a los que se fueron, porque la verdad es que poco se conocían… y eso que deberían de ser más sonados sus nombres. Nada más eran los responsables de la Secretaría de Salud, de la Dirección General de Petróleos Mexicano y del Instituto Mexicano del Seguro Social. En fin, ayer en acto presidido por Enrique Peña Nieto, les dieron las gracias a Mercedes Juan López, Emilio Lozoya Austin y José Antonio González Anaya, respectivamente.
Al relevo en Salud llegó el hombre que no sufrió para encontrar rápido chamba: el ex rector de la UNAM, José Narro Robles, quien se hará cargo de dar a conocer el trancazo musical con la que se nos pedirá cuidarnos del Zika… algo igual de guapachoso que con el chikunguya no estaría mal.
En las dos otras instituciones se dieron movimientos al más puro estilo ajedrecista: de Pemex salió Lozoya Austin, para entrar quien deja el IMSS, González Anaya… en el IMSS se queda el de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), Mikel Arriola y en la Cofepris… bueno, luego nos dicen quién.
Aunque muchos dirán que nomás fue puro cambio de nombres, porque básicamente se quedaron los mismos… pues sí, pero lo cotorro será ver cómo el de Pemex enfrenta el escándalo que dejó Lozoya Austin con la gente de la constructora española OHL… ya saben, conversaciones donde se revela amaño de licitaciones y demás cosas gachas de las que seguro ya no sabremos mucho con la llegada a Pemex de González Anaya, concuño de Carlos Salinas de Gortari.
En fin, así comienza la segunda parte del gobierno de Peña Nieto… que no se ve para mejor, al menos no en lo económico: apenas estamos en febrero del 2016 y ya desde ahora nos avisan que no habrá varo para 2017.
Ayer, el encargado de la Secretaría de Hacienda, Luis Videgaray, anunció que nomás como “medidas preventivas”, se recortará el gasto para el año que viene. También se achicarán los recursos para Pemex… no para las extravagancias de líderes sindicales o directores, sino para la gente que trabaja: se despedirán a cerca de 25 mil empleados públicos.
“Creemos que, efectivamente, debe haber un ajuste en el gasto público; en primer lugar en Petróleos Mexicanos, es algo que anunciamos ya hace un par de semanas, que se está trabajando en la empresa a partir de la instrucción del consejo de administración, y que esperamos que en los próximos días se dé a conocer”.
Lo anterior (y mucho más que seguro nos irán diciendo en breve) para enfrentar la volatilidad financiera internacional y, claro, los precios bajos del petróleo. “no estamos todavía dando a conocer los números, habremos de esperar primero el esfuerzo que se haga en Pemex, y seguramente en los próximos días estaremos dando a conocer los detalles”.