Lo que necesitas saber:
Raúl Meza se manifestó el 2N en Morelia para reclamarle al Gobierno. Ahora está preso, fue torturado y acusado de sabotaje
Ya ven cómo es el Gobierno: cobarde con quien comete los delitos, pero valientes contra las personas. Y un ejemplo más es el que se vive en Morelia con Raúl Meza, un manifestante del 2N —aquellas protestas por el asesinato del alcalde Carlos Manzo en Michoacán— que cada vez se pone más complicado.
Con la fuerza del Estado en contra, sigue en prisión a pesar de que cada vez hay más pruebas de que fue víctima de tortura.

Y de paso, el Gobierno de Michoacán lo acusa de sabotaje, un delito que, según el Código Penal del Estado, acarrea hasta 12 años de cárcel. Sin contar que su familia ha reclamado que —a pesar de que lo arrestaron sin ningún objeto como se muestra en todos los videos— también lo acusan de cargar bombas molotov en la manifestación del 2N.
Raúl Meza fue a marchar porque también fue víctima en Michoacán
Sabemos cómo es la situación en México: no se trata de si serás víctima de la violencia o no; solo se trata de cuándo.
De acuerdo con los testimonios de su familia, Raúl Meza fue a marchar el 2N en Morelia porque ha sido víctima constante de la violencia. En los últimos años han matado a su hermano, a su novia y fue víctima de un secuestro. En ningún caso ha encontrado la justicia.

Su hermana explica en una entrevista con La Silla Rota que su hermano llegó a la protesta harto de la situación. “Ocurre lo de Carlos Manzo y mi hermano, lleno de impotencia y coraje, de ver cómo nos están matando y no hay justicia, decidió manifestarse”, explica.
“Fuera Bedolla” y la manifestación del 2N
Desde el asesinato de Carlos Manzo, las protestas en Michoacán se pusieron de a peso y uno de los puntos centrales fue en el Palacio de Gobierno de Morelia donde cerca de 600 manifestantes se juntaron para exigir la renuncia del Gobernador, Alfredo Ramírez Bedolla, de Morena.

Las protestas estuvieron marcadas por la represión, los golpes y los arrestos de algunos manifestantes, pero solo Raúl Meza se mantiene en prisión.
De acuerdo con el seguimiento del periodista Ignacio Gómez Villaseñor, su caso es todavía más complicado pues lo acusan de sabotaje, un delito que viene con hasta 12 años de cárcel.
Aunque “no han acreditado que él hizo algo” —en las audiencias—, uno de los jueces, de esos que puso el propio Gobierno con su acordeón, decidió que Raúl Meza siguiera en prisión preventiva en lo que investigan.
Su defensa y su familia reclaman que este solo es un acto desproporcionado de venganza política del gobernador de Michoacán.
“Si le están imputando un sabotaje, es precisamente con ese afán de carácter político, de evitar que continúen las manifestaciones y protestas contra el gobierno del estado, por su incapacidad e inacción frente a la crisis de seguridad”, comentó su abogado a los medios locales. “Él vivió en carne propia esta violencia. No estaba ahí para generar una afectación política, sino por un reclamo legítimo de justicia”.
Raúl Meza, víctima de tortura
Como si el caso no fuera suficientemente indignante, también existen pruebas que Raúl Meza fue víctima de tortura.
El manifestante del 2N en Morelia fue arrestado con lujo de violencia, con policías —con macanas y escudos con estampas de Punisher—, mientras que los videos muestran que fue víctima de lo que se conoce popularmente como “tehuacanazos”.

El periodista Ignacio Gómez Villaseñor también reportó que, mientras estaba en estado de shock, autoridades del Gobierno de Michoacán lo obligaron a dar la contraseña de su teléfono.
José Guadalupe Gaona, coordinador de Seguridad de Bedolla, dijo que no estaba en las protestas, pero los videos muestran que él mismo quitó el teléfono tras la tortura contra Raúl Meza.
Su defensa presentó una queja formal con la ONU —porque la CNDH sirve para dos papayas si está involucrado el Gobierno—, pero su situación sigue completamente estancada.
Qué caso, ¿no? La evidencia del abuso, del arresto y de la tortura contra Raúl Meza están a los ojos de todos, mientras que el Gobierno de Michoacán, encabezado por Ramírez Bedolla, no ha respondido a los cuestionamientos.

