Lo que tienes que saber

Hace 40 años, México recibió en el Estadio Azteca su segunda Copa Mundial. Aquí una sembanza de lo que ocurrió.

Es difícil creer que han pasado casi cuarenta años desde aquella épica inauguración del Mundial de 1986 en el Estadio Azteca; sin embargo, aquí estamos, a menos de un año de que este gran evento se repita en la CDMX. A propósito de esto, vale la pena explorar cómo fue aquel evento y de qué manera transformó el ritmo de la capital mexicana.

No es poca cosa decir que México es el país del mundo que más veces ha sido sede de esta justa deportiva. Hemos recibido el campeonato en 1970, en 1986 y próximamente en el 2026, donde compartiremos el honor con Canadá y Estados Unidos. Y aunque muchos de los partidos se jugarán fuera de nuestro territorio, sí tendremos la posibilidad de vivir la inauguración.

La inauguración de México 1986
Este mundial se iba a realizar originalmente en Colombia/Imagen Wikipedia

Hasta el momento no se han revelado los pormenores de cómo será el evento del próximo año; sin embargo, si nos detenemos en aquella fiesta realizada el sábado 31 de mayo de 1986, podemos darnos idea completa de la magnificencia, arte y organización que México es capaz de lograr.

Hace cuatro décadas, el país deslumbró al planeta entero con una ceremonia plagada de representaciones culturales, un hombre-pájaro que volaba encima de nuestros paisajes, controversias con el gobierno de la época, la vibra colectiva de más de 115 mil personas en el coloso de Santa Úrsula y una canción pegajosa cuyo coro repetía:

“Bienvenidos, bienvenidos, México recibe a sus amigos”.

Pero empecemos por el principio.

¿Por qué México recibió el Mundial de 1986?

Los astros estaban de nuestro lado, ya que en 1982, Colombia renunció súbitamente a la organización de la justa deportiva por motivos económicos. En aquella época, la nación sudamericana enfrentaba una crisis aguda y no podían cumplir con requisitos excesivos que pedía la FIFA, entre ellos construir doce estadios.

Fue así como México levantó la mano y, ante la premura, la Federación Mundial de Futbol decidió unánimemente darle la oportunidad de recibir su segunda Copa del Mundo. Y es que, además de estar en América, nuestro país era el único de la región que cumplía con los requerimientos técnicos y logísticos para organizar un evento de esta envergadura. 

La inauguración de México 1986
México pasaba por una de las peores crisis de su historia. /imagen Ciudad de México en el Tiempo Facebook

No obstante, menos de un año antes, la ciudad sufrió uno de los peores terremotos de su historia. En 1986, la capital mexicana apenas comenzaba a reconstruirse; aún había en las calles escombros y las y los capitalinos caminaban con miedo de que la tragedia volviera a ocurrir. En este contexto, parecía imposible recibir el Mundial.

No obstante, a pesar de la oposición que hubo y el descontento generalizado con el gobierno de Miguel de la Madrid, las autoridades decidieron continuar con la organización, entre otras cosas, porque la infraestructura deportiva no se había dañado durante el sismo y porque se quería mandar al mundo una imagen de resiliencia y valentía.

¿Cómo fue la ceremonia?

Cuentan, los que estuvieron ahí, que la cita para llegar al Estadio Azteca fue desde las 10 de la mañana. Los afortunados que tenían boleto recibieron unas hojas de cartón con los colores de la bandera, y para entrar al coloso tuvieron que pasar grandes filtros de seguridad porque se tenía miedo de que hubiera un atentado.

Quizá la mayor novedad del evento es que se pensó principalmente para ser televisado, por lo que los asistentes al evento no pudieron percatarse de lo que realmente pasaba. En el escenario hubo solo algunas presentaciones en vivo que incluían los clásicos bailes regionales de México.

La inauguración de México 1986
El espectáculo sólo se pensó para ser televisado, no para los asistentes./imagen Wikipedia

En tanto, la gente que estaba en casa vio un video largo, producido por Luis de Llano, que iniciaba con un bailarín dando vuelta entre las pirámides y aventando una pelota al amanecer. Súbitamente, el hombre se convertía en un pájaro que sobrevolaba los paisajes más bonitos de México, desde las playas del Pacífico hasta los sitios arqueológicos clásicos.

En algún momento, el hombre con alas llegaba a la Ciudad de México. Pasaba por Reforma, por la UNAM, hasta llegar al Estadio Azteca, donde se formaba una pirámide de Teotihuacán digital, abriendo paso a danzas prehispánicas.  El asunto terminaba con la selección nacional, con todo y camisas verdes, dando una vuelta por el estadio, entre periodistas internacionales y hordas de aplausos.

El momento incómodo de Miguel de la Madrid

Tras el video y los primeros bailes, aparecieron en el escenario desfiles militares y desde el techo se rompieron, casi por magia, muchas piñatas monumentales de las que cayeron miles y miles de papelitos de colores, que parecían flotar en el aire.

En este momento, se escuchó la voz masculina de un locutor que anunció la presencia de los seleccionados de Italia y Bulgaria. También aparecieron en la cancha el director de la FIFA, Jahao Havelangue, y por supuesto el presidente de México, Miguel de la Madrid. Fue así como iniciaron los discursos y también los abucheos.

La gente estaba enojada porque la inauguración había sido tediosa y los asistentes al estadio no habían podido ver casi nada. Además, el país atravesaba una de las peores crisis de su historia. Entonces, cuando el primer mandatario habló, la rechifla colectiva se escuchó más que su voz; fue tanto el enojo, que sólo pudieron poner el himno para que la gente se tranquilizara.

Algunos destellos del mundial

A pesar de los grandes tropiezos en la inauguración, la Copa del Mundo de 1986 tuvo grandes momentos deportivos, quizás algunos de los más emblemáticos de la historia.

En este mundial la gente se divertía con las botargas de Piqué, la mascota oficial. Asimismo, los comentaristas reparaban en el Adidas Azteca, la primera pelota fabricada con materiales sintéticos.

Respecto al fútbol, hubo grandes victorias. En este mundial, la selección mexicana pasó al quinto partido; nunca repetiría esta hazaña. Su último encuentro se jugó en el Estadio Universitario de Nuevo León, contra Alemania, y tras un empate en los primeros dos tiempos, perdimos en la ronda de penales.

Finalmente, en el 86, el mundo, y la galaxia entera, conoció el poder de Maradona. Sus piernas de extraterrestre, sus goles casi milagrosos y sobre todo “la mano de Dios”, ese glorioso instante en el partido de cuartos de final, en el que la pelota entró a la portería en condiciones misteriosas.

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