Por Daniel Montes de Oca | @montesdeoca11
Miguel Herrera regresó al América con un ‘combo’ que incluyó a dos futbolistas que dirigió en Tijuana: el seleccionado argentino Guido Rodríguez, y un juvenil de 18 años que responde al nombre de Carlos Vargas.
La contratación de este chico originario de Ciudad Juárez, quien no llega ni a 15 partidos en Primera División, resultó tan sorpresiva como inquietante. En primera, porque se trata de una ‘joya’ de la cantera de Xolos al que de forma increíble dejaron salir; y en segundo lugar, porque a Coapa suelen llegar solo futbolistas consolidados.
Sin embargo, no es ‘de a gratis’ el fichaje de Vargas, pues el ‘Piojo’ es consciente de sus grandes condiciones y potencial. Por ello el jugador que se desempeña como defensa central o lateral izquierdo ya ha tenido 100 minutos en las dos jornadas que se han celebrado hasta el momento del Apertura 2017.
“Son muy grandes mis expectativas, es llegar a un club grande, de mucha historia, de mucha presión, donde te tienes que comprometer sí o sí, pero pienso que estoy listo para eso”, dijo el zaguero cuando arribó al Nido.
Vargas debutó el pasado 17 de marzo en la Jornada 11 de la campaña anterior, en un duelo entre Tijuana y Santos, y desde entonces no soltó la titularidad, pues incluso disputó las Semifinales en las que Xolos cayó frente a Tigres.
Sus inicios como futbolista fueron en su natal Ciudad Juárez y en ese entonces se desempeñaba como extremo izquierdo, pero hace dos años que llegó a las fuerzas básicas de Tijuana encontró su mayor fortaleza como defensor.
Incluso, el novato estuvo en la prelista de jugadores que dio el técnico del Tri Juan Carlos Osorio, de cara a la pasada Copa Oro, pero finalmente no se quedó entre los que asistieron a la justa.
Es un hecho que Miguel Herrera tiene depositada toda su confianza en este chamaco que gusta de incorporarse al frente con claridad y buena salida.
El reto no es menor para Carlos Vargas a sus escasos 18 años, pues en el América tendrá la gran oportunidad de catapultar su incipiente carrera… o sepultarla. El xolo con alas de águila tiene la palabra.
