Lo que necesitas saber:
Jorge Luis Borges es uno de los autores más destacados de la literatura contemporánea. Aquí unos consejos del literato argentino para escritores entusiastas.
Hablemos de Jorge Luis Borges, ese genio argentino inmortal cuya vida transcurrió entre bibliotecas, mitologías, laberintos y relatos que nos muestran que el universo es radicalmente fantasioso. Este autor no solo escribió, inventó maneras de contemplar la existencia y nos dejó, además de sus palabras, decenas de consejos para escribir a todos los entusiastas de la literatura.

Y es que Borges sabía que, más allá de la realidad, hay cielos amarillos y el tiempo ni empieza ni termina; más bien es circular, tiene el don de encontrarse consigo mismo. Para él, la literatura era el vehículo ideal para jugar con el cosmos a su antojo. El universo ponía la atmósfera y él convertía los caminos rectos en laberintos.

Cada uno de sus relatos es un desafío al lector, a los filósofos, al infinito y al arte de contar cosas. Ninguno de sus cuentos se parece a nada. Basta recordar El Aleph, donde Borges atrapó la grandeza del cosmos en un punto diminuto, o imaginar la Biblioteca de Babel, un paraíso de hojas en el que se podían encontrar todos los libros del mundo (literalmente).

Aunque para entender al cien por ciento las historias de Borges se necesitaría una mente prodigiosa como la de él, nosotros los mortales sí tenemos algunos parámetros para leerlo y, sobre todo, para aprender de él. Pequeñas pistas que nos dejó sobre cómo escribir el tiempo y cómo armar nuestras propias historias.
Sobre la vida (infinita) de Borges
Jorge Francisco Isidoro Luis Borges nació el 24 de agosto de 1899 en Buenos Aires. Su familia, como la de muchos niños argentinos, era una combinación magistral de países y orígenes. Era un poco inglés, un poco brega, un poco español, un poco portugués y un poco judío. “Yo tengo muchas razas, eso es lo típico de todos nosotros”.

Creció en el seno de una familia acomodada. Sus padres le contagiaron desde los primeros días un profundo interés por todas las disciplinas artísticas. Aprendió a leer y a escribir con solo cuatro años y, desde ese primer libro que abrió, descubrió que lo que más amaba en el mundo era leer. Aprender sobre plantas, idiomas, religiones y sabidurías ancestrales.
A los diez escribió su primer relato y publicó en un periódico local una traducción de un cuento de Oscar Wilde. Sus biógrafos sostienen que estos primeros encuentros con la literatura ya eran asombrosos; había un buen manejo del lenguaje, ideas universales y reflexiones filosóficas esenciales sobre el tiempo, la lectura, los espejos y los laberintos.

Se mudó a Suiza en su adolescencia y cuando tuvo la edad se fue a España para aprender sobre el ultraísmo, un movimiento poético de vanguardia. Tras muchos años de mirar libros en Europa, en 1920 volvió a Argentina, donde fundó la revista Proa y publicó su primer poemario llamado Fervor de Buenos Aires y trabajó como bibliotecario.
Borges, un escritor prolífico
Su consagración llegó en 1935 gracias a su primera antología de cuentos, Historia universal de la infamia. Esta obra iluminó una gran carrera, y durante su larga vida publicó más de 25 obras originales de relato corto, poesía y ensayos. Sus escritos le dieron reconocimiento mundial, premios y muchos elogios.

Borges eligió morir en Ginebra a los 86 años. Falleció acompañado de su esposa María Kodoma, que tras haberse quedado ciego a los 55, se había convertido en su gran apoyo.
Respecto al final de sus días dijo: “La muerte es una vida vivida”.
Consejos de escritura de Borges (para cuentistas y amantes de la vida)
Los aprendices a escritores saben que la mejor manera de cultivarse es seguir el rastro luminoso que dejaron los grandes. En honor a esto y para inspirar a todas y a todos a relatar y leer cuentos, aquí les dejamos los preciados consejos de Borges.

Para esta parte, competiremos algunos fragmentos del texto 16 consejos, un breve esbozo irónico que Borges dedicó a sus seguidores. En este documento encontraremos algunas reglas que supuestamente no debemos hacer, pero que sí hay que seguir si queremos encontrar nuestra propia voz narrativa.
“En la literatura es preciso evitar…”
- 1. Las interpretaciones demasiado inconformistas de obras o de personajes famosos. Por ejemplo, describir la misoginia de don Juan, etc.
- 2. Las parejas de personajes groseramente disímiles o contradictorios, como por ejemplo don Quijote y Sancho Panza, Sherlock Holmes y Watson.
- 3. La costumbre de caracterizar a los personajes por sus manías, como hace, por ejemplo, Dickens.
- 4. En el desarrollo de la trama, el recurso a juegos extravagantes con el tiempo o con el espacio, como hacen Faulkner, Borges y Bioy Casares.
- 5. En las poesías, situaciones o personajes con los que pueda identificarse el lector.
- 6. Los personajes susceptibles de convertirse en mitos.
- 7. Las frases, las escenas intencionadamente ligadas a determinado lugar o a determinada época; o sea, el ambiente local.
- 8. La enumeración caótica.
- 9. Las metáforas en general, y en particular las metáforas visuales. Más concretamente aún, las metáforas agrícolas, navales o bancarias. Ejemplo absolutamente desaconsejable: Proust…
¿Te gustaría leer el texto completo con los consejos de Borges? Aquí les dejamos un link.

