Por: Mafer Olvera y Paola Palazón Seguel

Los estereotipos nos acompañan prácticamente desde antes de nacer, empezando por las creencias, expectativas y deseos de nuestros padres. Destinos mayores, como algunos terapeutas suelen llamarles, que se anclan al contexto y situaciones muy particulares que acompañan la gestación, el nacimiento y los primeros días de cuidados y crianza.

Que si todo rosa o azul, que si música clásica para desarrollar más inteligencia, que si pueden haber mascotas en nuestro entorno o no, que si formula o pecho, que si heredaremos lo bueno o lo malo de nuestros padres, que si la religión, que si recibiremos una educación tradicional o no, que si la familia que nos corresponde es conservadora, liberal, espiritual, hippie, de izquierda o de derecha. Es decir, que desde muy pequeños comenzaremos a entender nuestro mundo y con ello a forjar de alguna manera nuestra forma de ver la vida, nuestra personalidad  y destino.

Durante la niñez, salvo sus respectivas excepciones, todo parece increíble, los imaginarios son altamente positivos, somos parte de un clan de formas y tradiciones que nos resguarda en seguridad, alegrías, risas, navidades, reuniones, momentos y en imágenes de héroes e ídolos adultos con sus  cargas positivas y negativas. Algunos de estos imaginarios se quedan para siempre, otros, se van diluyendo conforme crecemos. Existen los altamente positivos, que nos hacen ser y actuar conforme a lo que aprendimos y vimos en casa, nos referimos a los estereotipos que se conforman de creencias de antaño y que se transmiten de generación en generación.

Racismo y prejuicios
Foto: Freepik

Pero, lamentablemente otras creencias o enseñanzas tienen que ver con actitudes dolorosas o falsas creencias en negativo que, si no logramos romper, se convertirán en prejuicios, tan injustos para los demás como al momento de querer ejercer nuestra libertad plena. Esto va más allá del discurso, porque llega al discurso de odio y confronta a las personas, tanto que  logra cambiar actitudes y conciencias hasta llevarlas al extremo y hacerse daño. Pensemos por ejemplo en la supremacía racial, en la xenofobia, la homofobia y todas las fobias y falsas creencias que aún hoy existen, dividen, polarizan y son altamente peligrosas.

Tanto hay de esto hoy, que existen las terapias de conversión sexual.

¿Qué hay detrás de una terapia de conversión?

Tanto hay de esto hoy, que en nuestro país machista y misógino, 11 mujeres mueren por feminicidio al día. Otras más desaparecen. Eran esposas, hijas, hermanas, madres.

Tanto hay de esto hoy, que Trump etiquetó a los mexicanos en Estados Unidos como violadores y drogadictos, sin un solo elemento veraz para tal juicio de valor.

Tanto hay de esto hoy, que las personas no tratan su salud mental porque no están locas.

Tanto hay de esto hoy, que salir del clóset con la familia sigue siendo uno de los mayores desafíos en la vida. 

Tanto hay de esto hoy, que los hombres no lloran.

Tanto hay de esto hoy, que muchos de los contenidos de entretenimiento en nuestro país, se siguen basando en la desigualdad de acceso al ingreso, la falta de acceso a la educación y al color de piel.

Tanto hay de esto hoy, que muchos niños aspiran a ser narcotraficantes para “vivir como reyes”.

Tanto hay de esto hoy, que seguimos mirando a las mujeres que deciden no tener hijos como egoístas.

Tanto hay de esto hoy, que seguimos viendo el acceso a la interrupción del embarazo como un acto criminal, más allá del derecho que todos tenemos a decidir sobre nuestro cuerpo.

Tanto hay de esto hoy, que ni siquiera nos damos cuenta cuando cruzamos la barrera hacia la discriminación y lo hacemos, a veces, varias veces a la semana.

La lista es larga…

Pero a ver, ¿de dónde exactamente viene todo esto?

El psicólogo Rodrigo Zamora nos compartió algunos conceptos que nos parecen básicos para lograr comprender mejor y sobre todo, hacer algo al respecto.

¿Qué es un estereotipo, de dónde surge y cómo podemos hacerlo consciente?

Cuando nacemos, comprendemos poco a poco cómo es el mundo, qué es lo que involucra, cómo son ciertas cosas o cómo se comportan ciertas personas, y toda esta información la acomodamos en categorías, en conceptos o campos que por economía mental utilizamos con el propósito de ahorrar un esfuerzo cognitivo; a estas categorías las conocemos como estereotipos, es decir, sesgos de cómo percibimos la realidad; por ejemplo, lo que pensamos que son las mujeres, los hombres, o lo que es correcto o incorrecto hacer en un entorno social. La forma de hacerlo consciente es preguntarnos ¿por qué pienso que las cosas o personas deben de ser así?

Estamos llenos de prejuicios, ¿de dónde vienen y cómo poder romper con ellos?

Los prejuicios son estereotipos con una carga emocional, por lo regular negativa, entonces, muchas veces cuando construimos una percepción de la realidad, la asociamos con algo que nos genera enojo, frustración, tristeza, dolor, etc. Por ejemplo, cuando pensamos en algún consumidor de drogas, no sólo se nos viene a la mente el cómo tendría que verse, también asumimos cómo se comporta por tener esta cualidad y eso nos genera a nosotros una emoción (si es drogadicto es mala persona, y por lo tanto no conviene acercarme a él).

Racismo, prejuicios, y estereotipos
Foto: Freepik

¿Es verdad que casi de forma automática nos llenamos de estereotipos y prejuicios, sin darnos cuenta que caemos en conductas discriminatorias?

De forma inconsciente, los seres humanos buscamos identificarnos con ciertos grupos de personas y sentirnos parte de ellos y los prejuicios juegan un papel muy grande en esto, puesto que lo que separa a mi grupo de otro grupo es la idea que tengo de ellos (estereotipo), la emoción que me representan (prejuicio) y, por lo tanto, lo que hago para alejarlos de mi o separarnos (conducta discriminatoria).

¿Qué nos recomiendas al respecto?

– Pregúntate si la forma en la que te estás comportando es funcional para ti y para los demás (es decir, si abre posibilidades en vez de cerrarlas).

– Presta mucha atención a tus emociones y hazte esta pregunta poderosa: ¿Lo que pienso está basado en hechos que puedo observar o simplemente en cosas que asumo deben de ser de esa manera?

– Finalmente, si notas que lo que piensas involucra una pérdida para alguien y está basado en una interpretación tuya de cómo deben de ser las cosas, permítete abrir la posibilidad de introducir nueva información que te hagan entender a las otras personas de una forma mucho más completa.

Tanto hay de esto hoy, que mejor nos vamos ya quitando de prejuicios y empezamos a aceptarnos, a aceptar nuestras diferencias, a querernos, a dejar de juzgar y comparar nuestra realidad y existencia, con la de los demás.

Sí podemos vivir libres de prejuicios.

#HablaHablemos

Racismo, prejuicios, y estereotipos
Foto: Freepik

Mafer Olvera y Paola Palazón Seguel son creadoras de SIKI y Ser Mamá Hoy, plataformas de bienestar emocional y promoción de la salud mental.  Mafer es creadora del modelo Hospital de las Emociones, consultora en juventudes y salud mental, y Paola es autora, emprendedora y creadora de proyectos de bienestar emocional y espiritual.

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