México es un país asombroso. Lleno de lugares inadvertidos que nos permitirán vivir experiencias únicas. Un ejemplo de esto lo podemos encontrar en Xilitla, San Luis Potosí. Un oasis rodeado de naturaleza, tan singular que es la casa del único jardín surrealista del mundo. 

Pero empecemos por el principio, Xilitla es un pueblo mágico ubicado al sureste de la Huasteca Potosina. Famoso por su producción de café y por su exuberante vegetación. Una jungla infinita, repleta de montañas verdes y cielos azules. 

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Footgrafía: Wikipedia

Este pueblito, es también reconocido por un edén lleno de esculturas asombrosas. Se trata de un espacio que literalmente fue construido a parir de los sueños que tuvo Edward James, un connotado artista surrealista que dentro de los confines de esta selva imaginó el paraíso y quiso construirlo.  

Sobre el sueño de Edward James 

James nació en 1907 en Greywalls, Escocia. Fue un mecenas y poeta excéntrico,  amigo de grandes personalidades del siglo XX, como García Lorca o Salvador Dalí. Desde sus primeros años tuvo tres intereses: el surrealismo, las orquídeas y los animales raros. 

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Fotografía: Wikipedia

Esas fascinaciones fueron las que lo trajeron a México en los años 70, en particular a Xilitla; donde en compañía de varios personajes prominentes de la época fue en busca de la orquídea imposible –esa que solo existía en su imaginación– y de una colección de flores extravagantes.

Afortunadamente, para todos nosotros encontró mucho más. En concreto, un predio llamado Las Pozas donde imaginó (o soñó) la posibilidad de edificar un espacio en el que el movimiento surrealista, caracterizado por la materialidad del mundo onírico, se expandiera salvajemente por todos los rincones.

El jardín exuberante de Xilitla ¿un capricho o un sueño?

Nada más entra uno a las Pozas se encuentra con escaleras dirigidas al cielo, con columnas que no sostienen nada, con estatuas alargadas que nos hacen replantearnos la forma en la que entendemos los triángulos, los círculos y los cuadrados. 

Y aunque todo lo que vemos aquí resulta algo absurdo, en realidad tiene una lógica absoluta, ya que para su construcción se usaron las reglas estéticas que Dalí delineó en su método-paranoico-crítico, un movimiento que esencialmente consiste en conectar objetos que no están racionalmente vinculados, como una aguja y un camello.  

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Fotografía: Wikipedia

Hacer realidad esta sistematización de su delirio le llevó a James casi toda su vida. La construcción de los jardines de Xilitla tardó poco más de 30 años, de 1948 a 1983 y es entre otras cosas, también un homenaje a la maravillosa locura de Carrington y Remedios Varo.  

De acuerdo a los expertos, cada forma inventada que podemos contemplar en el jardín es un deseo inconsciente de James Edward. Es también una oda a la naturaleza, todas las piezas revelan el amor que el excéntrico millonario le tenía a los animales y a las creaturas misteriosas que se aparecían en la jungla y en los cuadros de la vanguardia.  

Cosas que debes saber, para visitar el jardín

Xilitla se ubica a siete horas de la Ciudad de México, cruzando la queretana Sierra Gorda. Para entrar hay que comprar una pulsera azul y sobre todo llegar muy temprano, porque tiene cupo limitado. 

Se recomienda llevar mucho repelente de moscos y un calzado apropiado que nos permita caminar entre la selva y contemplar cualquier de las 36 piezas que se exhiben aquí o caminar por sus plazas como la San Isidro donde hay la oportunidad de ver una bromelia  monumental. 

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Fotografía: Unsplash

Recuerden que perderse en el jardín es muy fácil, por eso recomendamos esta ruta que va de: la Vereda de las Serpientes, pasando por la Casa de los Pericos, todo derecho rumbo al Palacio del Bambú. ¿Necesitamos decir más?

Finalmente este lugar es perfecto para abrir los sentidos. En cada rincón hay olores diferentes, se escucha de fondo el agua cayendo y se abre un mundo de formas casi inimaginables. 

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