Hace poco más de un año, Windows Live Messenger dejó de existir, causando que millones de usuarios alrededor del mundo cayeran presos del pánico (aunque ya ni lo usaran) y tuvieran que buscar otras plataformas de mensajería instantánea para comunicarse.

Pero como ocurre con la tecnología, un par de meses después ya nadie se acordaba ni le suspiraba a esta plataforma, demostrando que el amor de los geeks es efímero y traicionero. Sin embargo, este lunes despertamos nostálgicos y nos vino a la mente este sistema que tras de sí nos dejó tantas horas de conversaciones banales, sexuales, románticas y de chismarajo.

Quizá quienes leen esta nota son muy jóvenes y no les tocó vivir la época de auge del Messenger, pero para los chavorucos que ya somos un poco más grandes, vaya que el Messenger fue todo un parteaguas en nuestros años de estudiantes.

Si éste último es tu caso, entonces seguramente te sentirás identificado con varios de los puntos que tocaremos a continuación, sobre las cosas que hacíamos en aquellos lejanos años en dónde todos tenían su cuenta de Messenger:

1. Tener desde siempre a un contacto bloqueado

Por alguna extraña razón agregaste o te agregó un conocido que te cae gordo y al que bloqueaste días después. A pesar de ilógica, esta práctica era muy común, quizá aplicaban el dicho de “ten a tus amigos cerca, y a tus enemigos, todavía más”. Aún así, se nos hace una ridiculez.

2. Ponerle un sonido de notificación diferente a “esa personita especial”

Nos daba igual que se conectaran o desconectaran la mayoría de nuestros contactos, pero siempre había algún fulano o fulanita que nos hacía suspirar (sí, qué asco eso de enamorarse, pero estábamos chavos y todavía creíamos en esas cosas).

Para saber cuándo nuestra(o) Peor es Nada nos mandaba algún mensaje, Messenger tenía la opción de personalizar los sonidos de notificación para saber quién nos estaba hablando y saber si prestarle o no atención al mensaje.

3. Contarle lo mismo a 5 personas distintas, en cinco conversaciones diferentes

Te pasaba algo digno de contarle al mundo (llegabas a primera tercera base con alguien, por fin alguien aceptaba salir contigo o te acababan de batear) y querías contárselo a uno de tus compañeros del salón, a tu primo y a tu mejor amigo, lo malo es que entre ellos no se conocían y ni modo de abrir una sola conversación con gente que ni se conocía entre sí. Entonces, abrías varias ventanas en las que escribías una y otra vez lo mismo.

Eso sí, habíamos quienes eramos flojos y usábamos el ancestral rito de cortar-pegar.

4. No apagar la computadora en todo el día, ¡qué tal si nos escriben!

A veces esperabas que alguien te escribiera pero no sabías a qué hora se conectaría. Como no siempre podías quedarte todo el día pegado a la computadora, pero no querías quedarte con la incertidumbre sobre si esa persona intentó contactarte o no, dejabas la computadora prendida todo el día, total, los que pagaban la luz eran tus papás.

Luego nos preguntamos por qué tenemos broncas de calentamiento global…

5. Coleccionar cuanto emoticon pudieras.

Sí, como si fueran pokémons. Al principio eran novedosos e ingeniosos, hasta caía bien que de vez en cuando tus contactos pusieran uno o dos de ellos para animar la conversación. Pero después todos cayeron en el exceso de usar más emoticones que palabras. Leer lo que ponían los demás a veces era imposible entre tanto movimiento y personajes.

Desgraciadamente esto sigue imperando en varias aplicaciones de mensajes instantáneos.

ejemp_6_emot

6. Usar algún programa para averiguar si alguien te bloqueó

Así como nosotros teníamos a varios contactos bloqueados sin que los susodichos se enteraran, también teníamos la incertidumbre de saber si alguien nos había bloqueado a nosotros. Para averiguarlo, había varios programas web (algunos traían más virus que beneficios) para saber quién nos había bloqueado.

Estos programas no eran muy certeros que digamos, pero servían para darnos una idea de quién nos odiaba.

7. Darte tu importancia y tardar en responder.

No importaba que te estuvieras mordiendo las uñas con tal de que “ese alguien” te pelara en Messenger, pues una regla no escrita decía que si alguien con quien tuvieras aspiraciones románticas daba el primer paso y te mandaba un mensaje, debías esperar un par de minutos para contestar, no se fuera a dar cuenta de que eras un pobre diablo que se pasó las últimas tres horas de su vida viendo el monitor de su computadora.

Antes del Messenger, pasaba lo mismo con las llamadas telefónicas, en ese caso, lo aconsejable era dejar que pasaran dos o tres timbrazos antes de contestar.

8. Enojarte con alguien porque no te saludó.

Si pasas a lado de alguien a quien conoces y no lo saludas puede tomarse como un acto de mala educación. Pues en el mundo del Messenger era igual de grave conectarte y no saludar a tus contactos. Ok, estamos de acuerdo que esto era una payasada pero nunca faltaba él o la intensa que se enojaba por este motivo y armaba todo un pancho.

9. Instalar A-Patch

Muchos ni nos enteramos, pero existía una especie de aplicación que servía para limpiar la ventana de MSN Messenger de opciones inútiles y de la publicidad.

apatch_ejemp_5

10. Mandar zumbidos

Messenger te dejaba mandar unos zumbidos que podían ser tomados de dos formas: como un gesto de interés romántico cuando estos eran enviados por el objeto de tu afecto; y por el contrario, como un acto fastidioso que te desconcentraba de lo que estuvieras haciendo.

Sólo podías mandar un puñado de ellos, aunque A-Patch te permitía desbloquearlos y usarlos cuantas veces quisieras.

11. Mandar una canción… por horas

En aquellos ‘ayeres’ internet era aún más lento que ahora. De todas formas, una de sus ventajas era poder enviarle archivos a tus contactos. No faltaba quien compartía canciones aunque la transferencia de éstas tardaran horas.

Lo peor era cuando había alguna falla y ya iba el 99% del proceso completado. Todo un drama de esos tiempos.

12. Los nicknames intelectuales

Muchos tenían la costumbre de acompañar su nombre de perfil con alguna cita literaria, poética o con fragmentos de canciones románticas tipo Arjona. Qué osooooo weeeeee.

ejempl_5ddd

13. Confundir ventanas

Esto aún pasa con WhatsApp y ese tipo de aplicaciones, aunque lo cierto es que los primeros errores de este tipo ocurrieron en Messenger, en donde las regadas estaban al por mayor, diciendo cosas que no debíamos a quién no debíamos.

14. Grabar una y otra vez mensajes de voz

Las versiones más modernas de Messenger permitían enviar breves clips de audio que la mayoría de las veces se enviaban de forma instantánea. De todas formas, había quienes lograban retenerlos y no los mandaban hasta que el mentado mensaje los dejaba completamente satisfechos.

Para qué hacerle tanto a la #”$da si de todas formas la voz de titino nadie nos la iba a quitar.

15. No poder enviar un dibujo manuscrito

Disponibles en las últimas versiones de Messenger, los dibujos manuscritos podían enviarse a los contactos. Casi siempre nuestros trazos eran una porquería, por lo que era frustrante que las pocas veces que hacíamos un dibujo de calidad hubiera alguna falla que no nos permitiera enviarlo y compartir con el mundo nuestro talento artístico.

dibujo_manusc

16. Que una conversación se te bloqueara por andar jugando

Si de por sí todavía hoy es complicado jugar en una computadora y que ésta no se trabe si tienes varios programas abiertos, hace unos años ésto era aún más común.

Las ventanas de notificación de Messenger solían llevarse muy mal con otros programas o funciones, sobre todo con los juegos. A veces una plática que estaba poniéndose caliente buena se quedaba a medias, o bien, tus logros en algún juego se perdían en el limbo cuando tu computadora colapsaba.

17. Stalkear

Eso de andar entrometiéndonos en las vidas ajenas no comenzó con Facebook, sino con los perfiles de Live Space, en donde podíamos espiar a los demás.

ejempl_4_ffff

18. Mensaje ilegibles

Ya hablamos de ello en el punto 5, pero es importante enfatizar lo molesto que resultaban aquellos contactos que le ponían un emoticón a cada letra del alfabeto y sus mensajes eran simplemente dañinos a la vista.

emotic_ejem3

19. ¿Y éste quién es?

Siempre teníamos un contacto que no sabíamos quién diablos era. Al preguntárselo esta persona tampoco tenía ni idea de quiénes eramos nosotros, lo peor es que nosotros los agregamos primero y no sabíamos por qué.

ejemplo2msn

20. Escribir palabra por línea

Había quienes escribían pocas palabras y mandaban el mensaje. ¡Qué necesidad había de hacer esto pudiendo enviar párrafos un poco más extensos! Si a estos “mensajitos” le agregamos los sonidos de notificación cada 10 segundos, entonces es fácil saber porque aquello se volvía desquiciante.

ejempl_dd

21. Los sobresaltos del tono de notificación

Nunca faltaba que al ver una película de espantos o estar distraídos escuchábamos el mentado sonido de mensaje y nos hacía saltar por la sorpresa.

22. Terminar en una conversación con gente desconocida

Algún amigo te agregaba a una conversación porque pensaba que la charla te interesaría y en la que no conocías a nadie, y claro, ni te pelaban. Luego tu amigo salía y te dejaba ahí, en esa rara dimensión desconocida de la que te daba pena salir (aunque la verdad, a nadie le importaba tu presencia o ausencia).

23. El autista

Tampoco faltaba aquel que todo el tiempo (de madrugada, en la tarde, al medio día) estaba conectado pero jamás respondía a ningún mensaje. ¿Por qué? Sigue siendo un misterio.

24. Llamar la atención iniciando y cerrando sesión

Una forma de llamar la atención de alguno de nuestros contactos era entrar y salir varias veces de Messenger para que éste se enterara que ya estábamos en línea. Estos intensos también se apoyaban de aplicaciones que permitían que al iniciar sesión, se abrieran varias ventanas y no sólo una.

25. Enviar clips de sonido en Messenger Plus

Esta plataforma de Messenger permitía el uso de clips de sonidos que se volvieron muy exitosos, como risas diabólicas, la marcha imperial o el famoso “booooring” de Homero Simpson.

Y ya…

Seguramente cayeron en más de la mitad de estas conductas ¿alguna más que quieran añadir a la lista?

*** Vía Softonic

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

Comentarios

Comenta con tu cuenta de Facebook