El pasado fin de semana, Facebook se llenó de fotos de perfil multicolores con motivo del día del orgullo gay y celebrando la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos respecto al matrimonio igualitario, la red social puso a disposición de sus usuarios el “Celebrate Pride” o celebra el orgullo, una sencilla herramienta que les permitía mostrar su apoyo a la causa pintando de colores su foto de perfil.

Sin embargo, detrás de este noble gesto se esconde un experimento sociológico llevado a cabo por Mark Zuckerberg y sus chicos, con el fin de conocer la ideología de sus usuarios, ya sea para definir a conservadores de liberales o para segmentar mejor la publicidad que se despliega en la plataforma.

El análisis más relevante que puede arrojar toda esta información es:

  • ¿Cuánto impacto generan los cambios de tus contactos en un usuario al momento de hacer un cambio?
  • ¿Cuántas fotos de perfil coloreadas fueron vistas por este mismo usuario antes de decidir cambiar la suya?
  • ¿Cuántos contactos de este usuario cambiaron su foto, contagiados por el cambio de su amigo?

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Algo similar ocurrió con otro tema de la semana, la Crisis Griega, donde mucho se ha dicho de las posturas políticas, pero poco de las ciudadanas.

Destacó en los medios, la acción emprendida por Thom Feeney, empleado de una zapatería en Covent Garden, en Londres, quién en un afán de ayudar a los ciudadanos griegos que están sufriendo los estragos de la crisis económica, decidió abrir una petición en Indiegogo, con la intención de que ciudadanos comunes y corrientes pudieran realizar donaciones en esta plataforma y así, tratar de liquidar la deuda griega.

La crisis en Grecia ha dividido a la sociedad griega, pues mientras hay quienes creen que deben mantenerse en la Unión Europea bajo cualquier condición impuesta por el FMI, otros asumen que después del fracaso con el uso del euro deberían optar por un camino independiente.

Bajo el hashtag #CrowdFundGreece la iniciativa de Thom Feeney se viralizó y en tan sólo 36 horas ha recaudado más de 850 mil euros donados por 45,572 personas alrededor del mundo. Las recompensas que se ofrecen a cambio de alguna donación van desde una postal de Alex Tsipras, hasta alguna ensalada de queso feta, o una semana de vacaciones en Atenas, a cambio de 5 mil euros.

La campaña alcanzó un ritmo de recaudación de mil euros por minuto y logró saturar en repetidas ocasiones los servidores de Indiegogo.

Es poco probable que se alcance a la meta, sin embargo lo que ya se logró fue una iniciativa de desintermediación financiera.

Lo que podría parecer una broma o una simple iniciativa, nos deja ver que si un hombre común y corriente que trabaja en una zapatería es capaz de encontrar una posible solución a la crisis financiera de Grecia, es mucho más probable que Angela Merkel y compañía puedan hacerlo si así lo desean.

Imaginen ¿qué pasaría si los Estados pidieran rescates a los ciudadanos en vez al FMI y no tuvieran que someterse a reajustes estructurales que les obligan a hacer política antisocial? ¿Qué tal si comenzamos a pagar la deuda externa así?

Según Freeny, lo que necesitamos es fijarnos bien cómo funciona el mundo, si cada uno de los 503 millones de habitantes de la Unión Europea donara tres euros de su bolsillo, los griegos resolverían en una semana el problema que tienen encima.

Normalmente se critica el “activismo de un click”, mejor conocido como “clickactivismo”: hacer “like” en alguna página de Facebook, seguir un trending topic en Twitter, firmar peticiones, copiar y pegar mensajes, cambiar el avatar del perfil de la red social por alguna causa y ahora donar contra una crisis.

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Y aunque este “experimento” no ha sido confirmado del todo por Facebook, nos muestra que los ciudadanos del mundo estamos dispuestos a solidarizarnos de una forma o de la otra cuando nos encontramos con causas que creemos valen la pena.

Ayer fue un click, hoy una donación, pero internet nos vuelve a demostrar que cuando creemos en una misma causa, se pueden generar cambios que impactan en el mundo. Comienza como una broma, se viraliza, se vuelve común y en ese proceso de volverse común, se vuelve político y tú puedes se parte de esos cambios.

Al final, es una alternativa de participación en una sociedad en la que cada vez se notan menos las fronteras entre lo digital y lo humano. La red posibilita la desaparición de los intermediarios.

Aunque por sí mismas, las redes no tienen capacidad de provocar el cambio, ayudan a despertar el interés por determinadas campañas como los derechos LGBTTTI o la crisis en Grecia.

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