Lo que necesitas saber:
La arquitectura e ingeniería antisísmica permiten a CDMX estar mejor preparada ante un sismo.
Salvar vidas ante un sismo comienza desde la planeación y construcción de casas, escuelas, hospitales, aeropuertos y edificios comerciales. Sí, la ingeniería y arquitectura antisísmica son clave en una ciudad como CDMX.
Así que por aquí vamos a revisar de qué va la ingeniería y arquitectura antisísmica y cómo se previene —desde el diseño y la construcción urbana— la Ciudad de México ante el impacto de un sismo.

Porque, recordemos, CDMX es una de las zonas con mayor riesgo sísmico en México, que a su vez es uno de los países con mayor actividad sísmica en el planeta, pues al año se registran más de 90 sismos con magnitud superior a los 4 en todo el mundo.
Arquitectura e ingeniería antisísmica en CDMX
La ingeniería y arquitectura trabajan de la mano para fortalecer a una ciudad como CDMX ante los sismos de distintas magnitudes.
En el caso de la primera, se trata de una especialidad de la ingeniería civil y estructural.
Su objetivo es diseñar y analizar las estructuras de edificios o puentes para que sean más resistentes ante un sismo de magnitudes mayores.

¿De qué manera lo hace? Con la construcción de edificios capaces de soportar la energía liberada por un sismo, mediante el uso de materiales específicos, la aplicación de técnicas especializadas, el análisis y cálculo estructural.
¿Es lo mismo que la arquitectura antísismica? Digamos que la ingeniería se encarga de la mecánica y la segunda del diseño y la funcionalidad de los espacios.
Al final, el objetivo es el mismo: la construcción de un edificio, puente o estructura capaz de soportar el impacto de un sismo.
La experiencia en los sismos de 1957, 1985 y 2017
CDMX cuenta con su propio Reglamento de Construcciones que incluye la Norma Técnica Complementaria para el Diseño por Sismo, que es parte de las normas técnicas complementarias de este reglamento.
Ciudad de México tuvo que aprender de las lecciones que dejaron los sismos de 1911, 1957, 1979, 1985 y 2017 que causaron daños severos.

Roberto Meli Piralla, ingeniero civil e investigador de la UNAM, explicó que a causa de esos sismos severos es que la investigación, la normatividad y el diseño sísmico se ha ido desarrollando.
En el caso del sismo del 28 de julio de 1957 —cuya magnitud fue de 7.7 y ha sido recordado como el sismo que tiró al Ángel de la Independencia—, la ingeniería sísmica cobró un mayor impulso.
Mientras que a raíz del sismo del 14 de marzo de 1979 (de magnitud 7.6) comenzó la revisión de los reglamentos para hacerlos más estrictos.
Aún así, el impacto del sismo del 19 de septiembre de 1985 (de magnitud 8.1) dejó claro que CDMX tenía que prepararse mucho más.

Como en cuestiones de protección civil, como el rescate de las víctimas, o la capacidad de respuesta de las autoridades, señaló Roberto Meli Piralla.
En cuanto al sismo del 19S de 2017 (de magnitud 7.1), las investigaciones de Meli Piralla señalaron que la mayoría de las estructuras colapsadas y con daños eran las construidas antes de 1985.
(Los daños también se registraron en construcciones nuevas pero mal construidas).
No es lo mismo construir un almacén que un hospital
Hoy sabemos que si bien existe un reglamento de construcciones en CDMX, este contempla diferentes tipos de edificios con distintas funciones. Y que para construir es necesario tomar en cuenta aspectos como:
- El tipo de suelo o la zona de construcción.
Identificamos tres tipos en CDMX: el firme o de lomas, de transición y blando, que no es otra cosa que el antiguo lecho lacustre y sobre el que las ondas provocan movimientos más agresivos.
- Los tipos de edificios, diseño y materiales, así como su calidad.
Juntos, estos elementos aumentan la capacidad de resistencia de las construcciones ante un sismo.

No es que uno solo de estos elementos funcione de manera independiente, pues por ejemplo, los materiales por sí solos no garantizan la resistencia, tal cual señaló el arquitecto, entrevistado por la UNAM en 2017, José Ávila Méndez.
Ingeniería y arquitectura antisísmica
Algunos ejemplos de construcciones antisísmicas en CDMX son: el Pantalón de Santa Fe. La Torre Mayor.
La Torre Lationamericana, que ha sido referencia en todo el mundo por su estructura de acero y la ductilidad que le da chance de resistir deformaciones, sin daños; así como su sistema de cimentación.

El Senado de México, que está sobre Paseo de la Reforma en CDMX, o la Torre Mayor.
El caso de la Torre Mayor
En el sismo del 19S la Torre Mayor se convirtió un referente de la ingeniería y arquitectura antisísmica en CDMX. ¿La razón?
La fortaleza de la Torre Mayor, entre otros elementos, radica en sus superamortiguadores que funcionan como disipadores de energía.
Su cimentación con 252 pilas de concreto a 65 metros de profundidad, que equivale a 21 pisos de un edificio que soportan una losa de 3 metros de grosor sobre la que se levanta la estructura del edificio, según describe Milenio. Y las columnas de acero estructural, así como las diagonales de rigidización.
De esta manera, la ingeniería y arquitectura antisísmica ayudan a salvar vidas o prevenir eventuales desalojos por daños en los edificios durante sus años de vida.

