Alma Guadalupe nos cuenta lo que pasó ese 19 de septiembre de 2017, lo que estaba haciendo momentos antes del sismo, y el momento en que la rescataron de su apartamento en el Multifamiliar Tlalpan, tres horas después de que se diera el movimiento telúrico.

Alma Guadalupe y el sismo en el Multifamiliar Tlalpan

Hace cinco años, Alma Guadalupe no tenía ningún motivo para salir, por lo que se quedó en su departamento, en el quinto piso del Multifamiliar Tlalpan, ya que tenía un problema lumbar y quería aprovechar para hacer algunas cosas pendientes que tenía.

Pasó el Simulacro Nacional a las 11:00 horas, hizo el quehacer de su casa y luego se metió a bañar poco antes de las 13:00 horas. Fue justo 14 minutos después, mientras ella se arreglaba, que comenzó a sentir el movimiento, el cual relacionó primero con un camión, pues asegura que cuando pasa uno, el piso se suele mover un poco.

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Foto: Alma Guadalupe Nava.

Sin embargo, cuando se dio cuenta que el movimiento era diferente y comenzó a incrementar, se asustó y decidió abrazar el marco de la puerta de su recámara; esto porque días antes, cuando ocurrió el sismo del 7 de septiembre, acordó con su pareja que eso harían si volvía a ocurrir algo parecido.

“Tuve que abrazarme con todas mis fuerzas del muro y, cuando cierro los ojos, escucho que caen dos pisos hacia abajo, en eso sentí un golpe muy fuerte en la espalda. Cuando abrí los ojos, yo ya estaba boca abajo y ya estaba cubierta de la losa, todo me quedó encima; en la cabeza no tuve ningún golpe, me quedó como al aire libre, pero de ahí la espalda hasta las piernas estaban prensadícimas con el muro que me cayó encima, cuenta Alma Guadalupe.

“Yo con vida no pensé salir de ahí”

Cuenta que donde estaba, había quedado muy justa, “aplastada, pero no tan aplastada como para reventar”. Ahí, abajo del marco de su puerta y de la losa que tenía encima, permaneció cerca de tres horas, escuchando todo lo que pasaba a su alrededor. Incluso, el momento que algo cayó encima de su cocina y el tubo de gas reventó.

“Si ya no me morí con el derrumbe del edificio, yo creo que aquí vamos a salir volando”, pensó en ese momento, a la vez que escuchaba que muchas personas decían que se estaba saliendo el gas y que pedían que todos se alejaran de ahí porque podía explotar.

Afortunadamente, dice que alguien logró cerrar la fuga y luego empezó a escuchar como personas comenzaban a subir y a buscar a personas con vida, por lo que Alma Guadalupe empezó a pedir auxilio pero asegurándose de que alguien estuviera cerca de ella, para no gastar el poco oxígeno que tenía.

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Foto: Alma Guadalupe Nava.

Fue entonces que un joven la escuchó, comenzó a hablar con ella y le pidió que esperara 20 minutos en lo que hacían las tareas de rescate; le respondió que sí, pero le pidió con desesperación que se apuraran, pues ya no aguantaba el dolor en sus piernas.

Recuerda que tres personas no fueron suficientes para levantar la losa, por lo que tuvieron que hacer palanca para poder sacarla. Después de eso, se dio cuenta que tenía enterrada una varilla en una de las piernas y que tenía roto el hueso de uno de sus brazos. “Cuando logro salir de ahí, imagínate, yo respiré el aire, yo sentí el aire entrar por mis pulmones, se sentía algo fresco. No te puedo describir, fue algo hermoso salir porque yo con vida no pensé salir de ahí”.

Los recuerdos de estar atrapada

Cuando salió, como se puede ver en algunas fotografías que ella nos compartió, un policía le prestó su chamarra, le colocaron un collarín en el cuello y le ofrecieron una botella de agua. Recuerda que mientras estuvo atrapada, pensó en su vida, en sus hijos, pero igual que se puso a jugar con una piedrita “para pasar el momento”.

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Foto: Alma Guadalupe Nava.

Dentro de lo feo, también está la parte chistosa donde uno dice ‘bueno, ya estoy aquí’ y pues ya me ponía a juguetear con una piedrita y decía ‘Gokú, ¿dónde estás?’, o cosas así; intentaba yo misma de sobrellevar ese momento, porque no es agradable estar uno ahí”, nos cuenta.

Igualmente intentaba entretenerse con algo porque sabía que su rescate podía tardar desde unas horas, hasta días o una semana; aunque sabía que tenía la ventaja de estar en el quinto piso, el último de su edificio, a comparación de sus vecinos, quienes desafortunadamente quedaron abajo y tardaron más en sacarlos.

Un hospital colapsado

Aunque tuvo energía y fuerza para salir por cuenta propia, recuerda que cuando llegó a la cama de la Clínica 32 del IMSS, ya no pudo levantarse: tenía lesión pélvica, lastimada la cadera y un hueso roto en su codo del brazo izquierdo.

En un principio, le dijeron que la operarían, aunque al siguiente día le indicaron que lo mejor sería que se recuperara en su casa, pues el hospital trabajaba a marchas forzadas por la cantidad de pacientes que tenían con lesiones peores y porque tampoco tenían luz por el sismo. De hecho, también le comentaron que esperaban a niños del Colegio Rébsamen.

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Foto: Alma Guadalupe Nava.

Su pareja, después de ir con sus padres a Observatorio, se enteró que se había caído el edificio 1C del Multifamiliar Tlalpan, por lo que rápidamente intentó llegar hasta ahí. Teniendo que cruzar a pie toda la ciudad, ya que no había transporte público, a las 18:00 horas más o menos llegó y se enteró que Alma Guadalupe estaba en la Clínica del IMSS, por lo que una vez más tuvo que caminar y encontrarse con ella a las 21:00 horas.

Recuerda que él estaba bastante espantado, al igual que sus hijos, quienes ese día se encontraban por Bellas Artes, en la casa de su abuelo. Ahora piensa que fue algo bueno que no estuvieran con ella en el momento del sismo, pues cree que no hubieran sobrevivido juntos.

Y luego del sismo, intentar recuperar su casa

Después de lo que ocurrió, no fue la única lucha que enfrentó Alma Guadalupe, ya que tuvo que exigir que el gobierno de la Ciudad de México construyera nuevamente el Multifamiliar Tlalpan para que ella y sus vecinos volvieran a tener sus departamentos.

Gracias a Damnificados Unidos, salieron a las calles a manifestarse y participaron en las juntas con las autoridades para que tuvieran otra vez un lugar donde vivir. A pesar de que aún no se recuperaba del todo de sus lesiones en la cadera, pensó en sus vecinos.

“Por ejemplo, mi pareja y yo tuvimos la suerte de quedarnos en la casa de mis suegros, pero hubo gente que tenía que estar en los campamentos, que no fue nada bonito porque estaba el frío de diciembre, estaban las lluvias, había la rapiña, había muchas cosas que no eran agradables, agrega.

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Foto: Alma Guadalupe Nava.

A pesar de que les aseguraron que el nuevo edificio, que les entregaron hace un año, es más seguro, ella y su familia aún sienten el temor de que ocurra lo mismo que pasó aquel día, por lo que ahora tienen un plan por si llega a registrarse un nuevo temblor: colocarse en su pequeño balcón, una zona en la que no es posible que les caiga algo encima.

“Yo creo que es el error de mucha gente pensar, creer que no va a pasar nada; pase o no pase, tenemos que resguardarnos, yo creo que por eso son los famosos simulacros porque tenemos que llevar el protocolo. Entre más lo hagas, menos te vas a poner nervioso y más fácil vas a saber que hacer, señala finalmente sobre la importancia de estar prevenidos ante cualquier sismo, como ese que ocurrió el 19 de septiembre de 2017.

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Me llamo Erick Ponce y trabajo en Sopitas.com desde el 2020. De hecho, entré justo un mes antes de que se decretara la pandemia de COVID-19; pero bueno, este no es el lugar para deprimirlos. Antes colaboré...

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