Moacir Barbosa fue el mejor portero de la Copa América de 1949, en la que sólo recibió siete goles en ocho encuentros, incluida la Final en la que Brasil goleó 7-0 a Paraguay. Pasó a la historia al ser el primer “portero negro” de una Verdeamarelha precedida por el racismo y fue considerado el mejor arquero del Mundial de 1950, además de ser una leyenda del Vasco da Gama.

Sin embargo, de esos logros no se habla mucho. Moacir Barbosa es conocido como el portero de aquella Selección de Brasil que perdió la Final del Mundial contra Uruguayo, en el recordado Maracanazo.

Su primera condena sucedió en 1943, cuando Moacir cambió de posición. Como todo buen portero, Barbosa no comenzó en la portería, sino que jugaba como extremo izquierdo y después de dos años en el arco, en 1945 fue contratado por el Vasco da Gama.

Porteros legendarios: Moacir Barbosa, el hombre que murió dos veces
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El único pecado

Moacir es el ejemplo más cruel y claro de lo ingrata que es la portería, fue culpado por la derrota de Brasil en aquel Mundial, en el cual la Verdeamarelha, que para ese entonces vestía de blanco y azul, sólo necesitaba el empate contra los charrúas para coronarse por primera vez en su historia, pero Uruguay cambió los planes a 11 minutos del Final, cuando el partido estaba empatado 1-1.

El autor de la tragedia de Barbosa fue Alcides Ghiggia quien desbordó a gran velocidad y entró al área por la derecha. Del defensa al que le comieron la espalda no se dice nada, pero sí de Barbosa, quien no pudo desvía el balón que iba pegado al primer poste, el cual debía sellar.

Moacir tocó el balón y pensó que había desviado a tiro de esquina. “Llegué a tocarla y creía que la había desviado al tiro de esquina, pero escuché el silencio del estadio y me tuve que armar de valor para mirar hacia atrás. Cuando me di cuenta que la pelota estaba dentro del arco, un frío paralizante recorrió todo mi cuerpo y sentí de inmediato la mirada de todo el Maracaná sobre mí, dijo el guardameta.

Después del Maracanazo

Barbosa ya pagaba una condena desde el silbatazo que le dio la Copa del Mundo a Uruguay. Fue señalado como el responsable de la derrota que provocó cientos de suicidios en Brasil, por la decepción de la derrota y por las pérdidas económicas de los aficionados que apostaron al triunfo brasileño.

Se decía que aquel hombre de 22 años de edad atraía la mala suerte y pese a ello se mantuvo como portero titular de Brasil por tres años más.

Se retiró en 1962, a los 41 años y aún después, en 1970, siguió pagando el desprecio de la afición brasileña. Cuenta la leyenda que en un mercado, una mujer, acompañada de su hijo, encontró a Barbosa: “Él es el hombre que hizo que todo un país llorara”.

El rechazo más cruel

43 años después del Maracanazo, Moacir, un hombre de 72 años de edad, pidió visitar a los jugadores de la Selección de Brasil, que entonces era dirigida por Mario Lobo Zagallo, quien tenía 12 años cuando ocurrió el Maracanazo. El timonel no sólo le impidió la visita, sino que lo condenó al juicio más cruel: “Llévense lejos a este hombre, que sólo atrae mala suerte”.

Al ser entrevistado, Moacir declaró incomodo: “En Brasil la pena mayor por un crimen es de treinta años de cárcel. Yo hace 43 que vengo pagando por un crimen que no cometí”.

Porteros legendarios: Moacir Barbosa, el hombre que murió dos veces
Captura Televisa Deportes

Sus últimos días

Barbosa es considerado el hombre que murió dos veces, la primera vez fue el 16 de julio de 1950, en el Maracaná, y la segunda el 8 de abril del años 2000, víctima de un derrame cerebral.

Tres años antes, Barbosa sufrió el fallecimiento de su esposa Cleotilde, en 1997 y sufrió severos problemas económicos, por lo que el Vasco da Gama le otorgó pensión vitalicia, la cual duró tres años tras su fallecimiento en casa de su hija adoptiva.

Bonus: curiosidades de Moacir Barbosa

-Tras su retiro, Moacir trabajó en el Maracaná y en 1963, su jefe, Abelardo Franco, le regaló los postes de la portería en la que recibió el gol de Ghiggia. Al llegar a su casa le prendió fuego a los postes, que en ese entonces eran de madera.

-En el Maracaná, Barbosa cortaba el pasto, y se dice que se empeñaba especialmente en el área donde recibió el gol.

-Tras el Maracanazo, un joven intentó encarar a Moacir y éste se defendió al cuestionar al aficionado sobre el motivo por el cual las vacas defecan mucho y las cabras no tanto. “Si no sabes ni de la mierda, no puedes hablar conmigo de la Copa del Mundo”.

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Sergio Ramírez es periodista egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con más de 10 años de experiencia en medios de comunicación. Ha trabajado en Diario Estadio, La Razón de...

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