Una de cal por las que van de arena en los últimos días para los investigadores del país. En medio de polémicas con el CONACYT, se da a conocer que el Premio Nacional de Ciencias llevará el nombre de uno de los académicos más reconocidos de México a nivel internacional: Mario Molina.
La incuestionable propuesta fue aprobada por el pleno del Senado, así, de manera unánime. Algo que ya estaba cantado desde que la semana pasada el asunto pasó sin chistar en comisiones Unidas de Gobernación y de Estudios Legislativos.
El nombre completo que llevará el galardón será “José Mario Molina Pasquel y Henríquez” y no se prevé que cambie su formato. Como Premio Nacional de Ciencias se entregaba a quienes por sus producciones o trabajos docentes, de investigación o de divulgación, contribuyeron al progreso de la ciencia, de la tecnología y de la innovación.
Cuando en comisiones de planteó cambiar el nombre del mencionado premio por el del Nobel de Química 1995, se enfatizó en el hecho de que el gran Mario Molina “fue uno de los principales investigadores a nivel mundial de la química atmosférica, así como coautor del artículo original sobre el adelgazamiento de la capa de ozono como consecuencia de la emisión de gases industriales”.
Un fregón, pues…
De acuerdo con El canal del Congreso, para que fuera posible cambiar el nombre del Premio Nacional de Ciencias sólo se tuvo que avalar la reforma a la Ley de Premios, Estímulos y Recompensas Civiles.
Mario Molina falleció el 7 de octubre del 2020. En 1995 fue merecedor del Nobel de Química, junto al neerlandés Paul Crutzen y el estadounidense Frank Sherwood Rowland “por su trabajo en la química atmosférica, particularmente en la formación y descomposición del ozono”.
¿Cuál fue la investigación con la que Mario Molina ganó el Premio Nobel de Química?
Lo anterior, traducido “al cristiano”, implica que que Mario Molina y compañía fueron los primeros en identificar los compuestos que descomponen el ozono de nuestra estratosfera… siendo estos de tremendo impacto en el medio ambiente (negativo, claro está).
Mario Molina, Crutzen y Sheewood advirtirton que refrigerantes o aerosoles dañan la capa de ozono. Y bueno, aunque a partir de las investigaciones de los Nobel de Química se adoptaron medidas, como el Protocolo de Montreal, a final de cuentas éstas no fueron tan contundentes como se ameritaba. Basta ver cómo está el medio ambiente para notarlo.