Atentos amigos que disfrutan de buenos tragos de alcohol y manejan. La ciencia explica que no engañan a nadie cuando dicen “todo está bien”.
Una nota de la organización Circula Seguro se encargó de aclararnos lo que muchos preguntamos: ¿Cuánto tiempo tengo que esperar después de tomar, para manejar? La respuesta no radica en echarse un chapuzón en agua fría, tomar algún dulce, café o cualquier otro remedio casero.
Primero se tiene que conocer el proceso que tiene el alcohol en nuestro cuerpo:
Empieza por la absorción. Este es el momento en el que se consume. La bebida llega al estomago, organo que absorbe alrededor del 20% del alcohol ingerido. El resto (cerca del 80%) es absorbido a través del intestino grueso y pasa al torrente sanguíneo. La absorción se da más rápido si el estomago está vacío o si la bebida tiene algún refresco.
El siguiente proceso es la distribución. Aquí es cuando la sangre recorre todo el cuerpo y tiene los efectos sobre el sistema nervioso. Empieza con euforia y desinhibición, lo que genera que el intoxicado pierda parte de la noción de lo que lo puede poner en peligro, como manejar borracho. Además se experimenta dificultad para la concentración y aletargamiento.
Como se podrán imaginar, un estado de euforia, reflejos lentos y una buena conciencia, no es lo mejor para ponerse al volante.
Finalmente sucede la metabolización. El cuerpo expulsa entre el dos y el diez por ciento del alcohol en la orina, el sudor y el aliento. Todo lo que queda en el cuerpo se va al hígado y ahí se acaba de procesar el alcohol. El organo metaboliza alrededor 0,12 g/l por hora. Entonces, si quieren deshacerse de una bebida que tiene 0,5 g/l, tienen que esperar cerca de 4 horas.
Con esta información se puede tener un mejor cálculo del tiempo que tarda su cuerpo en deshacerse del alcohol. Por eso, después de tomar unos tragos recuerden que decir “estoy bien”, es falso y mejor saquen la calculadora para hacer las cuentas de lo que tendrán que esperar para poder manejar sin riesgos.
Vía Circula Seguro.