Lo que necesitas saber:
El gobierno dice que no es obligatoria, pero la ley dice otra cosa, aunque sea con el consenso previo de las personas para integrar sus datos biométricos a la CURP.
A este punto, ya muchas personas saben que se viene una nueva versión de la CURP… con sus datos biométricos. Y esto ha generado un montón de dudas, pero también de intervenciones del gobierno de Claudia Sheinbaum para asegurar que esto de la Clave Única de Registro de Población Biométrica no es obligatoria, sino voluntaria.
Pero, ¿realmente esto es cierto? Si le echan un ojo a la nueva Ley General de Población —aprobada en julio de 2025 como parte de un polémico paquete de leyes de Seguridad— se toparán con algunas contradicciones o condicionamientos.

¿Por qué la CURP Biométrica sí es obligatoria?
En Sopitas.com platicamos con José Flores, director interino de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), sobre este condicionamiento que el mismo gobierno Federal niega, pero que está escrito en la ley, su impacto y cuáles serían las alternativas para quienes no quieran tramitar la CURP Biométrica.

Pero antes, un poco de información muy sencilla para aquellos que no estén familiarizados con la CURP.
¿Qué es la CURP?
La CURP o Clave Única de Registro de Población es un documento que sirve para identificar tanto a las personas extranjeras como a los/las mexas que viven en México.
Y está integrada por una secuencia o código alfanumérico de 18 caracteres, además de que contiene datos como: fecha de nacimiento —año, mes y día—, género, lugar de nacimiento y nacionalidad.

Las instituciones de gobierno suelen pedir la CURP para realizar distintos trámites como en la vacunación contra COVID en 2021 o hasta escolares.
Y… ¿cómo se colaron los datos biométricos?
La verdad es que esto de la CURP Biométrica no es nuevo porque desde el gobierno de AMLO se intentó crear la Cédula de Identidad Ciudadana, una versión parecida a la que va a entrar.
Se trató de una iniciativa que no prosperó, pero que surgió después de que el gobierno de AMLO y el INE tuvieran un encontronazo por los datos biométricos bajo resguardo del Instituto Nacional Electoral.
Aquella ocasión el gobierno de AMLO los pidió para crear una cédula, que no era otra cosa que la versión de la CURP con foto, sin dar muchos detalles de los motivos, uso y proceso de recopilación de datos biométricos.

Los datos biométricos son nada más y nada menos que datos personales relacionados con la identidad de una persona —lo que la hace única— como, por ejemplo, las huellas dactilares, la voz, la retina o el rostro.
Y, bueno, esta propuesta regresó con el gobierno de Claudia Sheinbaum dentro de un paquete de leyes ya aprobado por el Congreso de la Unión (Cámara de Diputados y Senado) que crea un sistema de vigilancia masiva —más adelante les contamos por qué.
El artículo 91: la CURP obligatoria
Ok, ya aprobada la nueva Ley General de Población, su artículo 91 Bis dice que la CURP —con huellas dactilares y foto— es un documento de identificación universal y obligatorio en tooooodo México, ya sea en el formato físico o digital.

Y acá es donde entra la contradicción del gobierno de Sheinbaum, al asegurar que la CURP Biométrica no será obligatoria, pese a que así lo indica la ley. Aunque eso no es todo porque sigue el condicionamiento.
Consentimiento y condicionamiento
¿Por qué dice el gobierno que no será obligatoria pese a que así lo indica la ley? Porque el mismo artículo 91 Bis también indica que la integración de los datos biométricos a la CURP será con el consentimiento previo de las personas.
Sin embargo, el mismo artículo —en otro apartado, el Ter— indica que la CURP Biométrica se vinculará al registro nacional de salud y oooootros registros y sistemas. Ya, de facto o como un hecho, pues.

“Por más que se haya dicho en diferentes espacios, incluyendo la conferencia matutina de la presidenta, que no va a ser obligatoria, se vuelve obligatoria de facto o tramitarla se vuelve obligatorio cuando se establece que todos los sistemas públicos y particulares la tienen que requerir para proporcionar acceso a trámites y servicios”, enfatiza José Flores.
Flores explica que estos servicios van desde la telefonía celular o para acceder a programas sociales como pensiones, becas del bienestar o a los mismos servicios de salud de las instituciones públicas y chance hasta para la renta.
Un falso consentimiento
“Si bien se ha tratado de mitigar esta crítica de que va a ser obligatoria, la realidad es que la ley sí establece que se tiene que solicitar para proporcionar estos servicios”, indica.
Se trata de un condicionamiento que, por si las flais, el gobierno lo reforzó en la nueva Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión —que también fue parte del paquete de leyes de Seguridad del que les contamos.

Así lo explica José Flores: “En la propia Ley de Telecomunicaciones se establece que se tiene que asociar la CURP Biométrica a la línea telefónica y si no se asocia, no se puede proporcionar el servicio”.
Y pues, “de entrada ahí hay un condicionamiento de la propia Ley de Telecomunicaciones, al decir: “Para yo poderte dar acceso al servicio de telecomunicaciones como telefonía móvil o internet, tengo que asociar eso a una identificación, que es la CURP”.
Y si no la tienes, adiós internet o servicio de telefonía celular. Entonces, esta exclusión indirecta nos hace ver que se trata de un “falso consentimiento”, precisa José Flores.
Un sistema de vigilancia masiva
En el caso del gobierno de Sheinbaum, la propuesta de la creación de la CURP Biométrica fue para fortalecer los mecanismos de prevención de delitos graves y la búsqueda de personas desaparecidas.
Flores nos explicó que la función de la CURP Biométrica, de acuerdo con lo expuesto por el gobierno, es facilitar la búsqueda de las personas mediante el rastro que dejan tanto en sus actividades cotidianas (públicas y privadas).
“Es decir, cuando yo vaya a adquirir una línea telefónica o acceda a un programa social, va a quedar ese registro”, señala el director interino de la R3D.

La gran bronca, además, está en que ese rastro de actividades servirá para alimentar la Plataforma Única de Identidad que resguardará las CURP de las personas y a la que tendrán acceso distintas instituciones desde Segob (Secretaría de Gobernación) hasta las de Seguridad e Inteligencia.
Para José Flores se trata de una lógica fallida que pone a los/las millones de habitantes —incluso niños y niñas— bajo un sistema de vigilancia continua y masiva.
Masiva, además, porque esta plataforma estará conectada con la Plataforma Central de Inteligencia, a la que igual pueden acceder distintas autoridades como la Guardia Nacional o centros de inteligencia… “sin que la ley explícitamente ponga algún tipo de control”.
Y si piensas que ya todo mundo tiene tus datos biométricos…
“Hay que entender algo, dentro de las reformas que ha habido en los últimos meses, las leyes de protección de datos personales, en general, en el mundo y también en México, tienen un estándar donde los datos son recabados con una finalidad y tratamiento específicos”, nos explica José Flores.
Por ejemplo, los datos biométricos en el SAT, que son usados únicamente para fines fiscales, o el pasaporte con la SRE.

Esta recopilación de datos tiene un objetivo y función muy específicos. Sin embargo, en el caso de la CURP Biométrica no, porque existe una compartición de datos irrestricta.
O sea, las autoridades pueden acceder a tu información sin mayor justificación más que “por seguridad” y tú ni enterado.
“No te van a notificar que solicitaron tus datos, en muchos casos, no se requiere autorización judicial (…) y esto termina siendo una herramienta muy peligrosa en manos de personas equivocadas”, concluye Flores.
Y el impacto va desde los riesgos de seguridad —incluso dentro de las mismas plataformas si sucede un hackeo—, la vigilancia masiva y la exclusión de personas beneficiarias de programas sociales que difícilmente pueden acceder al mundo digital.
¿Qué hacer?
“Creo que yo sí invitaría a las personas que deseen presentar un amparo que vean eso como una estrategia jurídica legítima, aunque también que tengan expectativas muy realistas de que es posible que no prospere”, indica el director interino de la R3D.
Y si el amparo es un camino complejo también existe el cuestionamiento hacia las autoridades.
Por ejemplo, una encuesta de El Financiero publicada en julio de 2025 reveló que el 49% de las personas encuestadas estaba inconforme con la aplicación de la CURP Biométrica.
Y para José Flores esta expresión es un ejemplo de que no todo mundo está de acuerdo con la CURP Biométrica y que entre más se demuestren las dudas o el rechazo, tal vez el gobierno pueda corregir este plan.
Por lo pronto, a partir del 16 de octubre de 2025, la CURP Biométrica deberá ser reconocida ante toooodas las instituciones públicas y privadas.
Mientras eso sucede, siguen los preparativos para la incorporación de los datos biométricos a la CURP y la versión para niñas y niños.
Acá pueden revisar cómo quedó la Ley General de Población con respecto a la CURP Biométrica, por si lo quieren revisar a detalle.

