Cada año es más complicado para Santa Claus traer las peticiones de los niños, éstos son cada vez más exigentes y por supuesto, nada medidos en cuanto al gasto. Es por eso que el señor de los renos decidió tomar acciones drásticas.
A la hora de hacer las cartitas para dejarlas en el Árbol de Navidad o bien dejársela en sus propias manos a Papá Noel, uno de los requisitos indispensables es haberse portado bien durante todo el año, sino es muy poco probable que todo lo que pedimos no llegue o simplemente sea otra cosa.
Como el Gordito se estaba dando cuenta que los niños eran un tanto cuanto mentirosos, en los centros comerciales de Londres, se ha instaurado un detector de mentiras, que es aplicado a todos y cada uno de los niños que van a dejar su carta, nada más seguro que uno de los sistemas más eficaces para los engaños.
Al ser cuestionados sobre su comportamiento dentro de la escuela, en la casa, con sus padres y familia, los pequeños se quedaron sorprendidos, jamás pensaron que sería tan complicado pedir una tableta nueva:
Si se portaron mal será mejor que lo digan de una vez y no pasen este tipo de vergüenzas. Vayan olvidando sus regalos de 10 mil pesos, confórmense con la bufanda y los calcetines para el frío.