¿Dónde estabas cuando sucedió el fenómeno rosa? ¿Te acuerdas qué sentiste la primera vez que escuchaste Bohemian Rapsody de Queen? En la primera parte te dan ganas de llorar y en la segunda de volar. En el otro extremo puedes escuchar a los Foo Fighters y no sentir absolutamente nada. Nunca. Xosé Ximénez, el responsable del fenómeno Rosa fue más allá, hizo algo que Freedy Mercury nunca hubiera soñado. Cuando por primera vez tocaron en la radio sus tres canciones “Esto es agua”, “Donceles 815” y “Tres Estrellas de 3 puntas”, generaron un acontecimiento maravilloso e inexplicable en la historia de este país. Un país dividido entre quienes entendieron gozando el fenómeno rosa y el gobierno represor de manifestaciones artísticas. Intentaría explicar qué es el fenómeno rosa, pero mejor averígüenlo por su cuenta leyendo las 297 páginas de Yo Soy Constantinopla. Les puedo adelantar que el fenómeno rosa es un evento Shyamalanesco.
El 12 de diciembre de 2013 Julio Martínez Ríos presentó su novela en la Sala Margolis de la colonia Roma. Tengo cero experiencia en presentaciones de libros. Me informan que lo tradicional es el autor con otras personas hablando del libro. Me aburro. Lo que Julio hizo fue algo más cercano a un concierto de Kanye West que a un evento en la FIL Guadalajara. Al entrar a la sala, te recibía una pantalla de humo (¿?) proyectando la portada del libro diseñada por Erich Martino (@Koggi). La atmósfera era a media luz, el humo se esparcía por todos lados y los tonos de las luces en la tarima eran color rosa. Como el fenómeno.
Al escenario subió Ruzo con una guitarra eléctrica. No era una Washburn como la que usa Xosé Ximénez. Empezó a tocar acordes con un sonido tipo My Bloody Valentine. Escuchamos la voz de Julio pero no lo veíamos. Leyó las primeras 3 hojas del libro con su voz familiar que tantos años escuchamos en Radioactivo y luego en Reactor. Saltó al escenario al terminar ese primer pasaje. Saludó al respetable y continuó leyendo otros 5 pasajes claves de la novela acompañado por la guitarra espacial. Leía con una entonación casi rapeada, gesticulando, moviéndose en el escenario como frontman de una banda de rock. Al terminar una hoja la dejaba caer al suelo con dramatismo. Lástima que no llegó Dave Ghrol le hubiera encantado.
Además de relatar el fenómeno rosa de Xosé Ximenez, escrito en tercera persona y desarrollada en el año 2005, Yo Soy Constantinopla narra paralelamente en primera persona la también fantástica historia de Gonzalo Guerrero que de alguna manera es Julio. Nos da un retrato de cómo era la vida de un universitario en los noventa en el sur de la Ciudad de México. Es un libro 100% chilango. Hay múltiples referencias a lugares clásicos del DF, como las hamburguesas Mr. Kellys en la Condesa o el bar de ficheras Dos Naciones del centro. Pedo Woody Allen.
Como Julio, Gonzalo es fanático de la cultura popular, de la música, de los comics, les digo que es Julio. Su cantante favorita al parecer es Madonna.
Conclusión: qué oso si no has comenzado a leer el libro. Aquí les dejo el último párrafo que Julio leyó en voz alta. Es del principio del libro, no se espanten no les voy a spoilerear el final:
Xosé Ximénez sobre lo que quiere hacer con su música:
“Quiero que mi vida deje de ser como es ahora. Quiero ser los unos y los ceros de un archivo de MP3 recargado junto a otros unos y ceros que representan otras décadas, otros géneros. Quiero ser un jardín de sonido. Quiero ser breve y eterno como un asalto a mano armada. Quiero comprar un afinador. Quiero saber como acaba todo y cómo empezó. Y primero que todo, quiero grabar”.
Por: @hombregratis
