Uno de los recuerdos más recurrentes de nuestra infancia, no hay duda alguna, es ver Titanic de James Cameron en el Canal 5 cada época navideña. No había falla. Cada diciembre, este canal pasaba Titanic con una religiosidad sorprendente. Pero no era la única película, pues en el verano, el título obligado era Independence Day (1996) con Will Smith.
Cada 4 de julio, o cerca de esas fechas, pasaban El Día de la Independencia con doblaje al español (latino). ¿Cuál es el común denominador de estas dos cintas además del fanatismo de los programadores? Primero, es que fueron durante muchos años, dos de las películas más taquilleras en la historia. Pero sobre todo porque a su manera cambiaron el rumbo del cine y definieron el blockbuster de los 90.
Y hablamos de estas películas no sólo por el golpe de nostalgia, sino porque una de ellas, Independece Day, cumple 25 años este 2021, y de verdad, echando una mirada al pasado, vale mucho la pena conocer el contexto de esta cinta que fue premiada en los Oscar, validó aún más las historias de invasiones alienígenas, fue un éxito brutal en taquilla, y conversó –sin querer queriendo– sobre el racismo.
Independence Day = blockbuster
Independence Day se estrenó un 4 de julio pero de 1996, y se convirtió en la película más taquillera de ese año al recaudar 817 millones de dólares en todo el mundo. En Estados Unidos vendió poco más de 500 millones de dólares al presentar un típico héroe americano que salva al mundo junto a dos personajes entrañables: un presidente boomer y un sujeto neurótico y divertido. Todo esto dentro de los parámetros –americanos– de la moral, valores familiares, comedia y acción.
Con esto no estamos diciendo que sea una película mala. No. Sino que tomó una fórmula ya conocida y exitosa, y la potenció en cada uno de sus elementos a partir del elenco atinado, del enorme presupuesto para explotar la Casa Blanca, la relación emocional de la audiencia con la fecha (4 de julio), el toque de ciencia ficción y la combinación con la comedia (relacionada, es justo decirlo, con la presencia de Smith en el protagónico).
No querían a Will Smith
Ahora bien. Mencionamos la presencia de Will Smith como uno de los factores de éxito nacional y mundial en su taquilla y en críticas. Sin embargo, al principio no querían al actor ni de protagónico ni dentro de la cinta. ¿Es extraño? En realidad, no. Sabemos que en la mayoría de las películas, el actor o la actriz que aparece en la pantalla no es la primera opción y Smith no ha sido la excepción.
Recordemos que el personaje de Neo en The Matrix, le fue ofrecido primero a Will Smith antes de Keanu Reeves, pero el actor lo rechazó. Algunas veces no aparece aquel primer nombre de la lista por problemas de agenda, malos consejos, temas de presupuesto o cero interés…
Para Independence Day, el nombre que el estudio tenía en mente era el de Ethan Hawke para el personaje del capitán Steven Hiller, un piloto aviador. Pero los productores y guionistas lo tenían muy claro: el elegido era Will Smith.
¿Por qué es importante mencionarlo? Primero, porque Smith no era una estrella internacional. Estaba apenas en su transición de la televisión al cine después del enorme éxito de El príncipe del rap y su consiguiente carrera en la música. Pero no más. ¿Por qué le apostarían a un “desconocido” para una película de enormes proporciones?
No hay respuesta concreta a esa pregunta, sobre todo si pensamos que los actores afroamericanos no estaban precisamente en las listas de protagónicos, menos en una apuesta de blockbuster como lo era y fue Independence Day. Lo único que tenían seguro era la historia y lo que comentamos hace rato: una historia que se apegaba a la fórmula de éxito para reforzar el nacionalismo hacia el 4 de julio (y los fuegos artificiales).
Will Smith, la estrella internacional
Independence Day fue la película más taquillera de 1996 con más de 800 millones de dólares, por lo que Will Smith se convirtió en el artista más rentable en la época en tres dos géneros enormes: la ciencia ficción, la comedia y la acción.
El actor podía hacer las tres al mismo tiempo y sus siguientes producciones fueron la prueba Men in Black es un clásico de franquicia; ni qué decir de (la no muy bien recibida pero exitosa) Wild Wild West; I, Robot; o Hancock unos años después. Ninguna recaudó de golpe lo que Independence Day, pero fueron un éxito rotundo.
Independence Day, durante más de 20 años, fue la película más exitosa con el sello de Will Smith. Todo cambió en 2019 cuando se estrenó Aladdin de Guy Ritchie en la que Smith interpretó al Genio de la lámpara mágica, un papel llevado en la animación por Robin Williams. El live action del clásico de Disney recaudó poco más de mil millones de dólares a nivel global.
¿Una película palomera?
Cuando escuchamos que una película es “palomera”, solemos tomarlo a mal, como si tuviéramos que anticiparnos a una “gringada”. Sin embargo, no es del todo una definición negativa e Independence Day es una prueba.
Primero está la historia: Steven Hiller es un piloto que forma parte de los marines dentro de un equipo especial de combate. El 2 de julio, un instituto secreto en Nuevo México detecta una señal que viene del espacio… y sin darse cuenta, ya tenían una enorme nave espacial encima, todas en las grandes capitales del mundo. La Tierra estaba bajo un ataque extraterrestre.
Lo que sigue es pura destrucción que pone en jaque al mundo, la permanencia de la humanidad y todo lo conocido. Sin embargo, no olviden que existen héroes ordinarios como Hiller, junto al genio informático llamado David Levinson (Jeff Goldblum) y el presidente de los Estados Unidos de América, Thomas J. Whitmore (Bill Pullman), que además, era un veterano y estaba guapo.
Juntos, cada uno desde su cancha –combate, inteligencia y el discurso político– logran salvar al mundo.
Super Bowl
Independence Day fue un éxito de taquilla, una película palomera que ya es un clásico, gracias a su historia, sí, pero también a su publicidad. Fue la primera en aventar toda la carne al asador dentro del limitado tiempo de comerciales para el Super Bowl, gastando un total de 1.3 millones de dólares por esos segundos celestiales que verán millones de personas.
A eso le siguieron más comerciales con otras marcas como Apple, además de sus respectivos juguetes. Y no sólo eso. Una vez conquistada la taquilla, Fox se preparó para la segunda ronda y la salida de Independence Day en VHS gastando otros 30 millones de dólares, más o menos. Valió cada centavo.
Independece Day rompió con sus propios parámetros y un sinfín de paradigmas que aún persisten en el cine. Fue la prueba máxima de que invertirle de más al marketing siempre funciona, y eso sin importar que tu protagonista pertenezca a una minoría y todas tus estadísticas de éxito digan lo contrario.
También, es justo decirlo, abrió camino a la ciencia ficción más romantizada, o quizá sea más atinado decir al estilo americano con éxitos como Armageddon, The Faculty, y más.