A través de los años ser aficionado de Chivas se ha vuelto más difícil: presumir entre conocidos que tuvimos una racha gloriosa que nunca vi, disfrutar las mieles de un campeonato una vez cada diez años o que nuestra directiva ya nos haya jugado la broma que el refuerzo –BOMBA– somos nosotros los aficionados. Eso en la historia reciente de un equipo que me vende que somos “de los grandes” pero que en lo deportivo –al menos en este milenio– nos da pocos hechos para creer en ese mote.
Desde el 2010 este equipo al que “debo de apoyar en las buenas y en las malas” sólo ha accedido a 10 liguillas de las 23 posibles (sin contar lo que pase contra el Puebla). Ha quedado campeón sólo en una oportunidad en esos 23 torneos, pero eso sí las risas no han faltado –para otros equipos– y Chivas ha cambiado 13 veces de DT entre interinatos y nombramientos “serios”. ¿Y el proyecto, apá?
El título de DT de Chivas en historia reciente pasó a ser un lugar donde “llega lo que haya” y aparentemente no cobre tan caro, porque de los últimos cinco que llegaron al banquillo del rebaño sólo Vucetich tiene una carrera exitosa dentro del futbol mexicano –y nosotros lo pepenamos después de que agarró al Querétaro–. Desfilaron nombres que hacen llorar al mismísmo niño Dios; Cardozo, Tomás Boy, Luis Fernando Tena para llegar a un nuevo punto bajo: Marcelo Michel Leaño.
En septiembre Leaño fue nombrado DT interino para los ocho partidos restantes del torneo. Aunque Peláez en septiembe repitió hasta el cansancio que sólo sería un interinato y que buscarían un nuevo DT para el torneo venidero, la realidad fue otra. Una vez más, la directiva de Chivas nos aplicó un refuerzo BOMBA ahora en la figura del Leaño, sí, ese DT que para ese entonces sólo había podido ganar UN PARTIDO de los siete que había tenido oportunidad de disputar.
Con una efectividad de 14.2% se ratificó un director técnico para uno de los equipos más grandes del futbol mexicano –o eso es lo que me dice su mercadotecnia–. Piensen en un equipo grande europeo, incluso en el América a quienes alcanzarlos en los títulos debería ser una gran motivación. Si un DT no gana ni en el monopoly JAMÁS es ratificado, no importa que el ambiente en el vestidor esté más bonito que un retiro espiritual en Tulum.
Pues llegó el partido contra Mazatlán para aspirar al repechaje y puedo hablar por los que lo vimos porque inexplicablemente sentí un ventarrón parecido al de la rosa de Guadalupe cuando en una jugada ajena al partido, Zaldívar mete gol, el gol que nos hace seguir en el torneo. Luego Leaño festeja como si hubiéramos ganado el campeonato y pues no, ganó meterse al repechaje.
Quizás mis expectativas con el equipo distan de la realidad, jugar con once mexicanos es una tarea más compleja de lo que podemos imaginar como aficionado, pero hay equipos en el futbol mexicano que con presupuestos más limitados tienen proyectos deportivos que parecerían más sólidos. El Puebla ha logrado irse reconstruyendo en los últimos años y sin un futbol espectacular meterse a liguillas consecutivas.
El mismo Atlas con la llegada de Orlegui parece estar tomando decisiones en el camino correcto con una mezcla de cantera y veteranía. Probablemente a ninguno de estos equipos les alcance para ser campeón pronto, pero creo que su afición agradece que la directiva tome decisiones inteligentes de tanto en tanto.
Sólo nos queda esperar que Leaño se transforme en el DT que nunca lo hemos visto ser y, que los números no parezcan indicar que lo sea. Que el equipo mágicamente haga “click” y en el repechaje nos muestre una cara que tiene escondida desde el campeonato con Almeyda. Ser aficionado de Chivas se ha vuelto cansado, pero sigo creyéndome sus mentiras.
Si te sabes otra clasificación de aficionado me gustaría leerte en Twitter: @ferpalazuelosz