Las primeras notas de Las cosas que da el futbol empezaron a sonar en marzo de 2022. La primavera estaba llegando con mucha dificultad, pero Sopitas -nuestro productor ejecutivo- y el querido José Antonio Martínez -coordinateur extraordinaire- ya tenían una meta muy clara para el otoño: una serie fuera de serie para el Mundial de Qatar.

Todavía no sé si hemos alcanzado el objetivo, pero Diego, Santo y yo lo estamos intentando, palabra. Hoy estamos llegando a un episodio que si bien es el sexto de la tanda, realmente fue el primero que dibujamos. En nuestra primera junta, Sopitas propuso que habláramos de la progresión del futbol africano, y como buen xennial, recuerda muy bien el momento en el que el mundo recibió su primera gran dosis de la África futbolera.

Fue el gol de François Oman Biyik en el partido inaugural de Italia 90. Ese cabezazo tiene un valor que trasciende los dos puntos que por entonces se otorgaban a cada triunfo. Es así porque el futbol nos hizo ver que el mundo es más grande de lo que pensamos y porque marcó una declaración de intenciones que se sigue escribiendo. Sin embargo, también es cierto que tendemos a idealizarla.

Especial

En “Si Mbappé jugara en Camerún…” Diego y yo intentamos extender la idea original de Sopitas: partir de un momento icónico que se ve muy bonito en el retrovisor, pero que en la realidad no ha terminado de materializarse, porque como ha dicho Arséne Wenger “está Europa y luego el resto del mundo. Este último requiere apoyo, o de otra manera nos perderemos una enorme cantidad de talento.” 

El Maestro Wenger lleva mucha razón. En el caso concreto de África, hablamos de un continente que produce futbolistas de calidad superlativa. Tenen palomitas en todas las áreas: velocidad, potencia, estilismo técnico, mentalidad… podemos seguir. El tema es que, todo ese talento no reditúa en África: no rebasa el techo de los cuartos en los Mundiales o bien, se desplaza en la mochila cultural de las familias que migran de sus países buscando una mejor calidad de vida en Europa.

Aquí es cuando toca preguntarnos qué fuerzas y contextos coloniales hay detrás, y es que tendemos a contemplar el problema con un velo colonial, o sea, desde la fascinación cultural, la lástima, la ternura y el complejo del salvador blanco. Y como todo lo que ocurre en el futbol, esto es un reflejo de lo que pasa en otros ámbitos de la cultura, en este caso, de la música.

Por eso -y muchas cosas más- le dije a Diego que ficháramos a Manuel “la Gran Eme” Carrasco, un hombre que nunca bebió el Kool-Aid. O bueno, sí llegó a probarlo en los ochenta, de muy niño… pero para 1990, entendió que alguien había envenenado el abrevadero. Ese alguien fue el onvre blanco.

Manuel compartió con nosotros muchas ideas y nos ayudó a entender otras tantas. Sin ir muy lejos, aterrizó el concepto de apropiación cultural y la relación tutelar entre “el buen blanco y el buen salvaje”. Uno de los productos de la ecuación es que las aportaciones culturales que no surgen del mundo occidental se borran de la historia del desarrollo humano y se construye una idea completamente distorsionada y falsa que se nos vende como verdad.  

Ahora bien, no es que Las cosas que da el futbol tenga la verdad, pero sí que buscamos una chispa de ella. Diego lo resumió en una frase hermosa: “No hay blues sin los esclavos que cantaban en las plantaciones. Y no hay bleus sin todas las familias migrantes que han hecho una vida en Francia.”

Como es costumbre en este podcast, el fútbol nos sirve como una pequeña ventana para ver realidades más grandes de nuestra sociedad. Si la historia de África es frecuentemente malentendida y maltratada, “Si Mbappé jugara en Camerún…” trata de darle un giro, aunque sea milimétrico, a la narrativa.

Siento que ese esfuerzo se potencializó con el diseño sonoro de Carlos “el Santo” Domínguez. Siempre digo que en audio (como en Chicas Pesadas), los límites no existen, y en Las cosas que da el futbol, Santo se ha encargado de transmitir el mensaje de la serie con toda la fuerza expresiva del sonido.

Esa fuerza es evidente en “Si Mbappé jugara en Camerún…”, un episodio con una identidad sónica muy especial. Como el gol de Biyik en Italia 90, aquí la música es la semilla de algo más grande, y Santo es el artesano que la cultivó desde el eco de aquella anotación hasta “Fio Maravilha”, joya futbolera de Jorge Ben Jor.

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

Comentarios

Comenta con tu cuenta de Facebook