Cada vez que escuchamos la palabra “chamán”, surge una discusión interna y con los demás. Resulta difícil no asociar el término con un farsante, aunque obviamente no es posible generalizar.
Sin embargo, en la lejana Indonesia se dio un caso donde sí resultó ser un farsante y en un nivel mucho peor que sólo ser un estafador. En realidad era un asesino serial que aprovechaba la confianza de la gente para convertirlos de clientes a víctimas.
La historia del falso chamán de Indonesia que envenenaba a sus víctimas
Se trata de un hombre de 45 años identificado como Slamet Tohari. Se hacía pasar por un chamán bajo el nombre de Mbah Slamet en la región de Banjarnegara, ofreciendo a la gente que acudía con él “mutiplicar su dinero”.
Lo mismo, difícil no juzgar a las personas que caen en este tipo de señuelos tan absurdos, pero habría que estar en el lugar de esas personas para saber por qué lo hacen. El chiste es que el hombre logró engañar y asesinar a —por lo menos— 12 personas.
Su modus operandi no era una gran ciencia. El dizque chamán ofrecía una serie de secretos para realizar hechizos que, prometía, aumentarían la riqueza de las personas. Llegó a cobrarle entre 2 mil y 3 mil 350 dólares a cada cliente, según informó la policía al portal TheIndonesia.id.
En caso de que los susodichos hechizos no funcionaran y alguien regresara a reclamarle, les ofrecía una última alternativa dándoles una pócima, la cual era en realidad un veneno hecho con cianuro de potasio, sustancia capaz de provocar inconsciencia y paro respiratorio.
El hijo de una de las víctimas fue quien alertó a la policía de este asesino serial
Como te darás cuenta, al menos 12 personas le reclamaron y fueron envenenadas por el sujeto, quien después enterró a sus víctimas en los alrededores de su casa. Ahora bien, ese fue solamente el número de cuerpos que se encontraron, pues el supuesto chamán le dijo a la policía que “no recordaba el número exacto de víctimas”.
Y por si te preguntas cómo fue que este falso chamán finalmente cayó, fue porque el hijo de su última víctima reportó la desaparición de su padre. Lo hizo luego de recibir un mensaje suyo diciéndole que iba camino a la casa del chamán, y que si no regresaba en un par de días, fuera a buscarlo con ayuda de la policía.
Vaya historia más impresionante que nos recuerda por qué tanta gente desconfía de personas que presumen esa clase de habilidades. No cualquiera puede ser un asesino serial, pero un asesino serial sí puede venir de cualquier parte.