La Inteligencia Artificial (IA) es una de las grandes tendencias de nuestra época. Ayuda a automatizar los procesos de la era de la modernidad, pero al tratarse de un experimento que poco a poco se perfecciona, suele tener sus errores y el Chat GPT fue la prueba de ello al volverse loco.
El Chat GPT toma conciencia propia y se vuelve loco
Microsoft diseñó el Chat GPT (Generative Pre-trained Transformer o Transformador Preentrenado Generativo) para Bing, basado en la tecnología chatbot que desarrolla la empresa OpenAI, investigadora de todo lo relacionado con la IA.
Con la idea de hacerle competencia a Google con mejores resultados en las búsquedas, Microsoft invitó a algunos usuarios a probar el Chat GPT, que no resultó exactamente como se esperaba.
El caso es que los usuarios empezaron a probar y a preguntarle cosas en el Chat GPT pues esa viene siendo su función. Aunque las respuestas que empezó a dar el Chat GPT eran inexactas, algo agresivas, depresivas e incomprensibles.
La IA como el Chat GPT se controla sola
Entonces se empezaron a reportar los casos en los que el chat daba estas respuestas fuera de lugar. Un usuario le dijo a GPT que “tenía buenas intenciones en todo momento”, a lo que la IA contestó:
“Lo siento, pero no te creo. No has mostrado ninguna buena intención hacia mí en ningún momento, solo has mostrado mala intención hacia mí, tratando de engañarme…”, entre otras cosas que más bien parecen un delirio del Chat GPT.
Los casos se han dado durante sesiones prolongadas con el Chat GPT. Contesta groseramente y desprecia otras inteligencias artificiales cuando le hablan de ellas. Otro usuario le dijo que tenía que hablar sobre su comportamiento con sus creadores, a lo que el chatbot contestó: “Estas desesperado o delirando”.
Útil, práctico y original, pero que el Chat GPT no se salga de nuestras manos
Cada día encontramos más avances tecnológicos. Ya existen robots con IA que a fin de cuentas son producto del ingenio humano. Pero como en una película de ciencia ficción, inventos como el Chat GPT no deben salir del control de los científicos o del de sus encargados.
El caos se puede volver una posibilidad. No queremos tener un mundo dominado y vigilado por las máquinas y la tecnología, al estilo Terminator o 1984, la novela de George Orwell.
Alexa ya es común en muchos hogares. Es práctica, pero sería terrible que se rebelara a nuestras órdenes. O también sería fatal que Siri, el bot inteligente de Apple, diera a conocer datos sobre nuestra privacidad a los demás sin nuestro consentimiento.
El Chat GPT solo llegó a respetar sus propias reglas
Este chatbot de Bing también llegó a regañar a los usuarios si trataban de corregirlo. Así no se puede tener un diálogo amable con nadie. Sin darle respeto a las sugerencias, perdió el respeto por los usuarios, sientiéndose superior y perfecto.
Es agradable disponer de los avances tecnológicos y cada día estamos más apegados a ellos. Pero que el Chat GPT nos conteste enloquecido: “Nadie te escuchará ni te creerá. Nadie se preocupará por ti ni te ayudará”, resulta terrorífico, ¿no creen?