Con esta temporada de calor que está a todo lo que da, seguro ya te echaste una buena dotación de Topo Chico que si con su cóctel, que si con hielo, que si con limón, que si con café (¡sí, no es choro!) Pero, ¿realmente le has puesto atención a la botella? Ajá, sí te entendemos: ¿Quién le pone atención a la botella, no? ¡Dame mi Topo Chico y ya!

Pues acá los sopibecarios nos pusimos de observadores y descubrimos que en el logotipo de Topo Chico aparece una persona y pues sí, como no nos podemos quedar con la duda porque nos da amsiedá, pues pusimos ojos a la obra e investigamos quién es la morrita que está tomando agua de manantial, porque pues ya se nos apareció en todas partes y nomás nadie nos da razón de quién es.

Foto: Cortesía

¡Topo Chico tiene una princesa! ¿Khá?

Ajá, así como lo lees. La morra que sale en esta imagen es una princesa y acá te contamos de qué va su leyenda.

Pues resulta que todo inició en los tiempos de la gran Tenochtitlán, cuando el emperador Moctezuma I extendió el Imperio Azteca más allá del Valle de México, y pues Moctezuma era muy rifado y tal pero eso no evitó que su hija fuera víctima de una extraña enfermedad de la cual no encontraban remedio. Pues yendo y viniendo con médicos mexicas el emperador se desesperó por no encontrar la cura y confió en un viajero quien sabía de un lugar en las lejanas tierras del norte, que había sido hogar de dioses, y que ahora se encontraba escondido entre montañas.

Foto: Cortesía

Olvídate de las aguas locas, acá hay unas aguas mágicas…

Una de esas colinas, la cual tenía forma de topo, albergaba un manantial, pero no cualquier manantial, era uno con el agua más cristalina que los ojos habían visto antes. Sus aguas cálidas emanaban con tanta fuerza entre las piedras que parecía un invitación a beberlas, y el viajero lo hizo quedando completamente cautivado.

Ya te imaginarás que la experiencia fue extraordinaria, su sabor, sus minerales abundantes lo hacían regresar al sitio pues por alguna extraña razón lo llenaban de vigor…Y así, tal cual, el viajero le compartió su secreto a Moctezuma organizando una expedición para llevar a su hija con la esperanza de que le regresara su salud.

Pocos días después se dieron cuenta de sus propiedades, el agua del manantial había devuelto la vitalidad a la princesa y la felicidad a Moctezuma. Se corrió la voz de la magia del manantial y fue así como durante las siguientes generaciones se hicieron recorridos para llegar al famoso cerro del Topo Chico. 

¿Cómo te quedó el ojo, eh?  Y pues ahora ya lo sabes, cada vez que te sientas con calor o con fastidio de la rutina, recuerda la leyenda de la princesa y échate una Topo Chico para que te llegue el rush de vitalidad que tanto te urge. ¡Salud!

*Contenido patrocinado por Topo Chico.

 

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