Por: Encarni Remolina

Hace poco se viralizó un video grabado por una chica desde dentro de la Torre Diana al momento en el que fuera se llevaba a cabo una balacera. Se escuchan las indicaciones de otro empleado pidiéndoles a los demás que se protejan detrás de los muros, se escuchan más disparos y finalmente la voz de la chica narra lo que está sucediendo.

No creo haber sido la única que notó un extraño sonido parecido a una risa nerviosa cuando dice que les dijeron que se tiraran al piso. Es obvio que la situación no le está causando gracia. Entonces ¿cómo es que la risa se cuela en los momentos de terror por los que pasamos? ¿Cuántas veces al ver una película de terror, se escuchan risitas entre los sonidos de espanto que la gente suelta en un cine? ¿o cuántas veces nos hemos reído al ver a alguien caerse?

De acuerdo a Gina Barreca, reconocida académica y autora de varios libros sobre el humor, la risa disminuye la ansiedad y puede reemplazar el miedo. “Es una muestra de valor, de coraje, o al menos una manifestación del deseo de ser valiente y el valor es más grande que el temor”.

Diversos científicos han tratado de entender la relación y la causa entre la risa y el miedo pero aún no hay una sola teoría clara ni un acuerdo entre ellos. Lo que sí se sabe es que la risa es por naturaleza social y con ella damos un mensaje a las personas que nos rodean. Es una emoción que utilizamos para generar y mantener lazos sociales. Es también una de las formas más primitivas de sonido, por eso se parece más a los llamados animales que al resto de nuestra comunicación. La risa va más allá del lenguaje, en cualquier sitio al que vayamos la risa se entiende y se transmite aunque se hable un idioma completamente distinto al nuestro.

Signe Preuschoft, un científico que se ha dedicado a estudiar la risa de los macacos, afirma en su estudio que la “risa miedosa” es una expresión de sumisión. En sus estudios, el primatólogo notó que a diferencia de los perros que muestran los dientes como un aviso previo a una agresión, los primates muestran los dientes como una forma de “sonreír al agresor para evitar una mayor confrontación”. Cuando dos monos se encuentran en un momento de tensión, es el más débil el que le enseñará los dientes a su oponente, después de esta “sonrisa silenciosa” como le llama el científico en el estudio, el oponente fuerte, se vuelve menos agresivo.

Foto: Especial

Preuschoft explica que no solo es en situaciones de riesgo o de temor en las que los primates utilizan la sonrisa si no también en actividades amistosas diarias, aunque en estos casos, el mostrar los dientes suele ir acompañado de algún sonido y es recíprocro. De acuerdo a este científico, es posible que los humanos hayamos tomado esa primitiva sonrisa y la hayamos adaptado y modificado para mostrar diferentes sentimientos.

Según este estudio, la sonrisa o risa miedosa mantiene mayor tensión en la mandíbula (como el emoji) y no abre la boca relajadamente como lo haríamos si estuviéramos riéndonos o pasando un buen rato con los amigos.

Foto: Javi_Indy

Otra teoría, la del neurocientífico V.S. Ramachandran, a quien se le ha llamado ‘el Marco Polo de la neurociencia‘, nos dice que reírnos ante una situación de riesgo es solo una negación del miedo. Es decir, tenemos miedo pero por medio de la risa queremos convencernos a nosotros mismos y a quienes nos rodean de que todo estará bien y que no hay nada que temer. También es una forma de reconocer que nos encontramos en una situación de peligro y de buscar comunicar al agresor, al igual que los monos, que no queremos que el peligro escale más.

En uno de sus libros sobre la conciencia humana, afirma que el sonido rítmico de la risa evolucionó para para informar a nuestros parientes que lo que parece una situación de riesgo es solo una falsa alarma.

En el infame experimento de Milgram que se llevó a cabo a principios de los sesentas, en el que querían entender a agentes nazis siguiendo ordenes, convocaron a varias personas a asistir en lo que creían era un estudio sobre la memoria. Una vez ahí, hacían que unos infligieran falsos toques eléctricos a otros que a su vez fingían sentir dolor o incluso muerte en algunos casos.

Durante el estudio sobre la tendencia a seguir ordenes y torturar a otras personas una de las cosas que notaron fue que los sujetos solían reírse al escuchar los gritos de dolor de los otros. Esto sucedía también por estar frente a una autoridad (el investigador o médico) y sentir que no podían hacer nada para detener lo que estaba pasando.

Algunos psicólogos clasifican al humor como una forma de “mecanismo maduro de defensa” a diferencia de los inmaduros como las reacciones neuróticas o el psicóticas. Como dice el Dr. Alex Lickerman, en Psychology Today, es posible que el hecho de reírnos ante eventos traumáticos más allá de ser una forma de ignorarlos, es un recurso que nos ayuda a lidiar más fácilmente con ellos.

Cuando una persona después de pasar por un momento traumático, logra reírse de ello, es considerado un signo de sanación psicológica, de la misma forma y tal vez como extensión a este proceso, el reírnos cuando algo que nos asusta o nos pone en riesgo es una forma de señalar a los demás y a nosotros mismos que sobreviviremos y que saldremos adelante.

De modo que ya sea como forma de admitir la presencia de miedo, o de convencernos a nosotros mismos de que todo estará bien, la risa es una de las más poderosas armas que tenemos en contra de la ansiedad y es por eso que cada que hay un nuevo riesgo, llámenlo coronavirus, ISIS en México o incluso un fuerte temblor, acudimos al humor por medio de memes o chistes que inconscientemente nos hacen sentir que las cosas estarán bien.

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