Este martes, Milenio buscó a la persona más importante del día y entrevistó a la mamá de uno de los detenidos por las agresiones de CU. En la publicación del diario capitalino, la señora García, madre de Marco Antonio Camargo —de 29 años, el angelito—, defiende a su bendición diciendo que a él lo usaron de “carne de cañón” y que en realidad no hizo todo lo que le imputan.

¿Ven que muchos de los detenidos tenían apodos? Pues a Marco Antonio Camargo García le dicen El Mamitis y queremos hacer hincapié.

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Ahora sí, de regreso a las declaraciones.

Presuntamente, El Mamitis era el líder de los porros que agredió a los manifestantes frente al edificio de Rectoria el pasado 3 de septiembre. Sin embargo, de acuerdo a la versión de su madre, el hijazo de su vidaza había ido a CU a un intercambio de banderines. Ahí, él nomás “respondió a la provocación”.

“Mi hijo me contó que cayó en el error de participar en la provocación, porque agarró piedras y las aventó y se echó a correr. Me dijo ‘ya estábamos embarrados en esta mierda, mamá; esto no tenía por qué haber pasado así, fuimos como carne de cañón, por lo menos así me siento'”, le decía la señora García a Milenio.

De acuerdo a la versión de doña Naborita la señora García, el verdadero culpable es Erik Linares, también conocido como El Lucas. Según esto, Erik —o Lucas, como le quieran decir— venía encubierto pues traía el jerko de El Carter y por eso la libró. Al final Erik Linares sí fue detenido pero lo liberaron por que no hubo flagrancia ni le imputaron cargos. 

Según esto, los iban guiando a la fuerza y “el pendejo que dijo que no participó (o sea, Erik) es el que organizó todo.

En la entrevista, la señora García cuenta —¡ecuánime!— que El Mamitis esquivó palomas que le explotaban cerca y que otros grupos le querían lanzar palos y piedras. “Ese es el error en el que cae mi hijo, en la provocación”, admite.

Al final, contó un poco más de la situación. A la señora García no le importa “que las autoridades se chinguen” a su muñeco de sololoy, pero sí le importa que salga a la luz la realidad y que los verdaderos líderes sean detenidos. Poco después, respondió con una joyita que dejamos intacta:

“Sí, mi hijo es muy confiado y muy pendejo, pero no se vale que lo agarren como cebo o carne de cañón, porque a los madrazos sí se avienta, pero no de esa manera”.

*Con información de Milenio

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