Lo que necesitas saber:
La heterificación es un término relativamente nuevo y está absorbiendo los espacios, símbolos y cultura LGBT+
Chance por ahí en redes sociales han visto hablar del término heterificación o lo han presenciado. En todo caso, por acá en Sopitas.com intentamos explicarles qué es.
Y por qué es importante saber lo que está pasando en CDMX y, en general, en México con los espacios para las comunidades LGBT+.

¿Qué es la heterificación?
En un bar LGBT+, de pronto, sobresalían textos grandotes en las pantallas de los celulares de un par de chavas preguntando: “¿Y dónde están las lesbianas y lxs gays?”, mientras que la mayoría del resto de las personas asistentes eran parejas cishetero.
Esto es sólo uno de los testimonios compartidos en las redes que, más allá de la anécdota, aborda una situación que ha estado sucediendo en los espacios frecuentados por personas de las comunidades LGBT+.
“Se ha utilizado en meses recientes para dar cuenta de cómo espacios LGBTQ+ (Lésbico, Gay, Bisexual, Trans, Queer y más) se han visto con la presencia de muchas personas hetero sobre todo antros y bares”, nos explicó vía telefónica César Torres Cruz, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM.

O sea que, la heterificación es un término relativamente nuevo y es usado para describir cómo —de alguna manera— los espacios creados para las comunidades LGBT+ son absorbidos por personas cishetero.
(Cishetero o las personas cuya identidad de género coincide con el sexo asignado al nacer y cuya orientación es la heterosexualidad).
Sus impactos
Y tal vez hay quienes piensen “¿qué tiene de malo que también haya apertura para que cualquier persona que no pertenezca a las comunidades LGBT+ visite estos espacios?”.
La verdad es que, en aras de la libertad y diversidad, nada. La cosa es observar cómo cambian las dinámicas y en entender por qué y para qué fueron creados esos espacios, tal como lo señaló César Torres:
“Creo que lo que no se ha puesto en el centro del debate es algo muy importante y tiene que ver con el contexto histórico donde surgen estos espacios y la necesidad que también tenemos las personas LGBTQ+ para tenerlos”.
“Se tuvieron que crear porque no existían espacios seguros”
“Esos espacios surgieron porque la vida social está cisheteronormada. Es decir, las prácticas, identidades y las personas hetero pueden expresar afecto, cortejar a otras personas en cualquier otro espacio y no serían mal vistas”, explicó el investigador del CIEG.
Sin embargo, esto no sucede con las personas de las comunidades LGBT+ o LGBTQ+ porque pese a los importantes avances en México —matrimonio igualitario, prohibición de los ECOSIG o cambio de identidad de género— la discriminación por razón de género y orientación persiste.
Entonces, nos recordó César Torres Cruz, esto espacios surgieron a partir de una ola del activismo LGBT+ que irrumpió en las décadas de los 60 y 70 del siglo XX.

Sólo para que las nuevas generaciones se den una idea, en aquella época “había muchísima represión”, a tal grado que la gente ni siquiera solía sentirse a gusto de hablar sobre su orientación o identidad.
“Lo que buscaban, entonces, eran espacios seguros y esos espacios se fueron construyendo” hasta que en la década de los 90 y la primera de los 2000 emergieron más lugares de esparcimiento LGBT+ en el Centro Histórico de CDMX.
¿Ejemplos? República de Cuba o hasta la Zona Rosa en la calle de Amberes. “Eran espacios donde la gente podía ligar, conocer a otras personas LGBTQ+”.
Y que por sí mismos surgieron como lugares para crear y fortalecer la comunidad, aceptar sin juicios y romper con el aislamiento o la discriminación establecida en una sociedad cishetero.
El cambio en las dinámicas
La escena de los celulares en un bar LGBT+ que les contamos ilustra un poco cómo cambian las dinámicas una vez que empieza la heterificación.
Mujeres, hombres, personas no binarias que pueden llegar a perder la oportunidad de conocer, ligar o pasar un rato con sus parejas.

O en la cuestión de espacios seguros —a las que incluso se han sumado mujeres aliadas— la ruptura llega cuando los hombres cisgénero heterosexuales buscan ligar o cortejarlas.
“No hay que esperar a que cambie el espacio”
¿Conclusión? Lo ideal es que las personas cishetero que se lanzan a bares y antros LGBT+ lo hagan con respeto y sin olvidar el sentido y origen de estos espacios porque es una manera de respetar a las mismas comunidades de la diversidad sexual.
“Hay que cuidar que ese espacio no se tiene que convertir en un espacio hetero”, agregó Torres Cruz.

Si a una persona, independientemente de su orientación e identidad, le gusta —por poner un ejemplo— el tipo de música reggaetón, pop o identitaria de las comunidades LGBT+ o los show drag, tendría que acudir con la idea de que el bar o antro que visita no va a cambiar sus dinámicas ni tampoco esa persona va a cambiarlas, enfatizó Torres.
Capitalismo y heterificación
Si bien el reconocimiento y la visibilización de los derechos de las personas LGBT+ ha sido producto de su propio activismo y de aliados, aliadas y aliades; la sombra del capitalismo también está presente.
Esto lo reconoció César Torres, al explicarnos que desde una visión más crítica “es verdad que el mercado rosa y el capitalismo, valga la redundancia, han capitalizado parte del activismo para hacer rentable parte de la vida LGBTQ”.
Y eso ha derivado, en parte, en la heterificación no sólo de los espacios LGBT+ también en su cultura y símbolos con dinámicas de consumo.
¿Ejemplos? Tenis, playeras, ropa y hasta comida o servicios que usan los símbolos y las banderas LGBT+ para vender pero, ¿qué hay realmente del compromiso para sumar en el reconocimiento y defensa de los derechos de las personas de la diversidad sexual?
Una verdadera inclusión
Para César Torres es momento de recordar que los espacios LGBT+ son espacios históricos ganados porque hay una razón política.

Y aunque el fenómeno de la heterificación ya está presente, lo cierto es que tanto personas cishetero como de las comunidades LGBT+ pueden impulsar espacios más incluyentes.
“Donde haya una inclusión de verdad, no una heterificación de los escenarios, sino más bien una apertura para todas las identidades“.

