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Aunque salieron diez minutos tarde, Massive Attack tuvo tiempo de tocar seis canciones antes de que su set fuera interrumpido a causa de una tormenta eléctrica. Una hora después de las medidas tomadas por OCESA, las actividades se empezaron a reanudar en otros escenarios, pero para nuestra mala fortuna, la banda de Daddy G y Robert Del Naja ya no regresó para otorgarnos la hora de música que le restaba.

A través de su cuenta de Facebook, la banda publicó el siguiente comunicado:

“Lo Sentimos. Una disculpa a todos en el Corona Capital de la Ciudad de México –la lluvia torrencial y la tormenta eléctrica hicieron que fuera imposible terminar el show. Después de consultar con todos en el festival, sería demasiado peligroso para que la banda y el equipo continuarán. Esperemos estar de vuelta en México pronto. Muchas gracias”.

Lástima.

Si sirve de alguna consolación, no creas que Massive Attack sólo vino al DF para estar media hora en el escenario antes Capital, ahora Doritos. La noche del viernes, la banda británica dio un concierto en El Plaza Condesa que ha sido descrito por sus asistentes como inolvidable y espectacular. Pero yo no estuve ahí. Y es probable que la gran mayoría de los fans que se empaparon la noche anterior en el Corona Capital tampoco. Así que en realidad ese dato no sirve de consolación. Al contrario, solo da más coraje.

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¿Pero a quién le puedes echar la culpa en estos casos? ¿Al clima? Podemos señalar con nuestro dedo al cielo y blasfemar todo lo que queramos, pero no sirve de nada. Ha sido un año bastante culero en el DF si no eres fan de la lluvia, con tormentas e inundaciones casi todos los días… pero ni modo. Ahora sí que aquí nos tocó vivir. ¿Entonces? ¿A los organizadores? Solo ellos y la gente de la banda saben de las discusiones que ocurren detrás de los escenarios. No sirve de mucho asumir cuáles fueron los pormenores de las decisiones que se tomaron a puertas cerradas. Hay que tomar en cuenta que todos los involucrados en este proceso desean que un concierto se lleve a cabo hasta el final. Nadie conspira en contra de los fans.

Si un show como este fue interrumpido es porque se siguió un protocolo. Se supone que en casos de tormenta eléctrica, cualquier evento al aire libre y en campo abierto debe ser detenido por motivos de seguridad. De hecho, el festival permitió que el show continuara por más tiempo del que debería, ya que el primer trueno cayó a mitad del tercer tema. Fue muy emocionante y “romántico” pero ya desde entonces nos corría por la mente la sospecha de que le iban a poner un alto a la música. Las lluvias del DF no suelen ser pequeños aguaceros de 10 minutos.

Lástima. En serio, lástima. Pudo haber sido un gran concierto. Con todo y Jack White, pudo haber sido la mejor presentación de la noche. Los visuales estaban increíbles. Martina Topley-Bird se escuchaba magnífica. El público hacía caso omiso del agua. Sin embargo, los músicos no se veían muy seguros en su presentación. Aunque la lluvia le da un toque emotivo a un concierto, desde el punto de vista del fan en la audiencia, por experiencia los músicos saben que con un clima en estas condición les puede llegar el aviso del manager de que tienen que parar el show, y eso siempre es irritante.

La ironía de que nos dejaron una simpatía a medias se escribe por si sola.

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FOTOS: Montserrat Castro
RESEÑA: @ShyTurista

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Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

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