La carrera deportiva de Alejandra Orozco nació en la cima. El 31 de julio de 2012, la clavadista tapatía se colgó la medalla de plata en los sincronizados de 10 metros, al lado de Paola Espinosa. Orozco se convirtió aquel día en la atleta mexicana más joven en ganar una medalla olímpica con 15 años y 102 días de edad.

“Una medalla olímpica es como el final o lo máximo para un atleta, y para mí fue lo primero, mi historia fue al revés”, mencionó la tapatía, quien en Tokio 2020 disputa sus terceros Juegos Olímpicos después de librar una batalla que le ha permitido vivir el momento mas alto y más complicado en Río de Janeiro 2016, edición a la que llegó con 19 años, edad para la cual lidió con presión y los cambios físicos de la edad. “He aprendido que es difícil llegar, pero también es muy difícil mantenerse”.

El camino hacia la gloria de Londres 2012

Alejandra Orozco se saltó muchos pasos en el proceso de aprendizaje y competencia, como Juegos Centroamericanos, Panamericanos y Mundiales. Con 15 años recién cumplidos ya entrenaba con Espinosa y se había mudado a la Ciudad de México para trabajar de tiempo completo con Espinosa.

“Era una niña de 15 años y estaba shock, no dimensionaba dónde estaba, sólo vivía el momento y veía a los demás atletas como con estrellitas. Paola fue una gran guía, me decía que me concentrara en los clavados y que no me fijara en más”.

Alejandra Orozco entrevista Sopitas
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Horas antes de la medalla de plata

Ale Orozco recuerda que una noche antes de la competencia se fue a dormir imaginando cómo serían las ejecuciones de su clavados. “Antes de dormir pensaba en mis clavados y lo repetía una y otra vez. Yo soy mucho de contar en mis clavados y las vueltas que tengo que hacer, por ejemplo: uno, dos, tres, abre. Es repetir en mi cabeza los movimientos para que mi cuerpo se los aprenda y que el nervio no me gane. Cuando desperté, lo único que pensé fue: estamos listas”.

Aquel día, era cumpleaños de Paola Espinosa y recuerda que algo se alineó previo a la final. “Habíamos platicado que por el orden de salida debíamos ver un dos o un tres después de nuestro último clavado para estar peleando la medalla y sentí que hicimos un muy buen clavado, salimos, vimos la pantalla y era un dos… ya habíamos asegurado la medalla y sólo era esperar si era plata o bronce”, narra mientras se le dibuja una enorme sonrisa.

“A partir de ese momento no me acuerdo de nada, solo recuerdo que estaba buscando en las gradas a mis papás, eran gradas enormes y estaban llenas… nunca los encontré”, comparte emocionada. “Fue el inicio de otra etapa de Ale Orozco, pero no lo cambio por nada”.

Alejandra Orozco después de la medalla de Londres 2012

Una vez alcanzada la cima olímpica, Alejandra se armó de valor y decidió continuar con su camino. Disputó sus primeros Centroamericanos y Panamericanos y en esa etapa de cambios físicos y mentales se dio cuenta que de alguna manera estaba sola. Llegó como máxima favorita para ganar el oro en otras competencias y al no conseguirlo siempre, la presión interna y externa incrementó.

“En ocasiones preguntaba y me decían: ‘es que a mí no me tocó eso, a tu edad apenas estaba haciendo esto o no llegué a unos Panamericanos siendo medallista olímpica’. No había alguien a quien pudiera acercarme a preguntarle o pedir un consejo. Todos te dicen cómo llegar, pero no encontré esa guía en la segunda parte después de la medalla porque mi historia había sido distinta”, indicó.

En Río 2016, Orozco y Espinosa finalizaron en el sexto lugar de ocho parejas en competencia y Ale pasó de loa gloria de Londres 2012 a una experiencia lejana a las expectativas.

“Una medalla es como el final o lo máximo para un atleta, y para mí fue lo primero, mi historia fue al revés. He aprendido que es difícil llegar, pero también es muy difícil mantenerse. A mí me llegó toda esa etapa de la madurez en plena adolescencia, los cambios físicos, mentales y así llegué a mis segundos Juegos Olímpicos, pero fue un camino agridulce porque no lo disfruté, sentí mucha presión… fueron muchos altibajos”, mencionó.

Alejandra Orozco entrevista Sopitas.com
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Orozco se reinventó para Tokio 2020

Después de Río 2016, comenzó una nueva historia por competo para Orozco, pues Paola Espinosa dejó de tirar desde los 10 metros. Gaby Agúndez se convirtió en su nueva compañera en la plataforma y han construido a la dupla más estable de la delegación mexicana en clavados. En ese ciclo rumbo a Tokio 2020, Alejandra no tuvo otra más que reinventarse con base a la experiencia obtenida en Londres y Río y encontrar un equilibrio.

“Más allá de si eres medallista, si eres la favorita o no, debes fabricar tus propias herramientas. En una competencia eres una hoja en blanco, aquí no puedo cargar con lo que hice hace ocho años, es hacer una nueva historia y eso lo aprendí en el camino.

“En Juegos Olímpicos todo puede pasar y hasta el mejor puede tener una situación a la hora de la hora y quedarse fuera; hay competencias que se ganan con la cabeza y por eso es importante tener todo alineado o estable”.

Entrevista Alejandra Orozco Sopitas.com
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Sabías qué… Alejandra Orozco

1-  Ale Orozco suela lanzarse desde la orilla de la plataforma debido a que en sus primeros clavados con Paola Espinosa, chocaba al momento de estirar los brazos. “No soy alta, pero tengo piernas y brazos muy largos, y al principio chocábamos”.

2- Previo a la competencia de Londres 2012, cuando logró la medalla de plata, Orozco escuchaba dos canciones, “Survival”, de Muse, y “Don’t Stop Believin”. Me gustaba mucho esa canción porque ataba viendo la serie de Glee

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Sergio Ramírez es periodista egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con más de 10 años de experiencia en medios de comunicación. Ha trabajado en Diario Estadio, La Razón de...

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