El 14 de febrero de 2013, hace más de 5 años, Miguel Andrés Ávila Camacho, inició un misión titánica, recobrar lo que un día fue uno de los máximos orgullos de México; el Pebetero del Estadio Olímpico Universitario, símbolo de los Juegos Olímpicos de 1968 en México.

La primera mujer en prender la llama olímpica

Foto: Twitter

“Cuando entré al estadio donde se inauguraron las Olimpiadas de México en 1968, sólo quería llegar pronto al pebetero y encender el fuego olímpico para aplacar mis nervios”: Queta Basilio.

Cuando la llama se alzó a varios metros y volteó hacia el estadio que le aplaudía y vitoreaba, la joven comprendió.  Por primera vez en la historia una mujer había encendido el fuego de unas olimpiadas, las primeras que se realizaron en América Latina.

 

La tragedia del pebetero del Estadio Olímpico Universitario

Pumas y América despertaron un interés inusitado al llegar a la final (26 de mayo de 1985) de la campaña 84-85. Luego de un empate a un gol en el Estadio Azteca, el duelo de vuelta se celebró en el Estadio Olímpico Universitario.

El sobrecupo, la falsificación de boletos, así como la incapacidad de las autoridades dieron como resultado 11 personas muertas y 59 heridas, entre ellos menores de edad. El drama ocurrió en el túnel 29, cuando alguien cerró una reja y la gente se empezó a aplastar los unos contra otros.

Pebetero Estadio Olímpico Universitario
Foto: Pumas

Ese fatídico día las multitudes escalaron sobre el pebetero, se subieron un gran numero de personas, y debido al gran peso de los cuerpos, se dobló hasta tocar la plataforma en dirección de Insurgentes.

“En aquella época hubo muchas desgracias en partidos de futbol en el mundo y con la cercanía de Mexico 86 el incidente de ese día fue muy sonado en Mexico, mas no en el exterior. De hecho,  se puede decir que nació “un pebetero diferente” y como han pasado 33 años de eso, las nuevas generaciones piensan que el que esta ahí, es el original, pero no tienen idea del daño o de la deformación que sufrió”, dice a Sopitas.comMiguel Andrés Avila Camacho.

Una restauración al vapor

Antes del Mundial de México 86, el Pebetero del Estadio Olímpico Universitario fue reparado al ‘vapor’; en palabras de Miguel Andrés Avila Camacho: “Fue ‘reparado al vapor’ por así decirlo y al hacerlo perdió parte de su masa original, altura e inclinación al ser soldado, porque al año siguiente se llevaría a cabo el Mundial de Mexico 86”.

Pebetero del Estadio Olímpico Universitario
Foto: Miguel Andres Avila

Al Pebetero se le instalaron nuevos quemadores sin el nicho protector resistente al calor, lo cual quiere decir que el acero inoxidable del que está hecho en su interior está expuesto a las llamas y para que no volviese a suceder lo del 1985, se quitó el piso falso del podium. Esto para evitar que se treparan los aficionados.

 

De promesas incumplidas

Miguel Andrés Ávila contactó al Licenciado Juan José Ugalde García,  Administrador del Estadio Olímpico Universitario para exponerle el caso del Pebetero: “En un principio, durante las conversaciones se mostró sumamente interesado, siempre se ha esforzado por preservar los elementos originales del estadio. De hecho se había mandado restaurar el mural de Diego Rivera sobre la fachada del estadio porque ya se le habían desprendido piedras clave debido a la cantidad de hierbas que había crecido entre ellas”.

El Administrador del Estadio, procedió a decirle que era un hecho la reparación del pebetero, que seria cuestión de presentarle el proyecto a sus superiores y que tardaría tiempo debido a la burocracia de la UNAM, esto fue hace casi dos años. Hace unas semanas lo contactó  sin embargo la respuesta fue negativa

Pebetero del Estadio Olímpico Universitario
Foto:Pumas

“Les presento el caso a sus superiores pero dudaban que estuviera deformado, y de su perdida de altura e inclinación. Procedió a decirme que se le daría una buena pulida al pebetero para el Maratón CDMX 2018 y la conmemoración del 50 aniversario de la Olimpiada México 68 y que ahí quedaba el asunto”, dice  Miguel.

Estadio Olímpico Universitario Patrimonio de la UNESCO

El 2 de julio de 2007, el Estadio Olímpico Universitario apareció en la lista del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). 

Lo que significa que nadie, puede modificar ni el Estadio ni CU, sin el aval de la Unesco. De acuerdo al procedimiento, cualquier proyecto de modificación debe presentarse antes del 1º de febrero de cada año. La UNESCO, decidirá por medio de un Comité si es una modificación de “escasa importancia de los límites” o “modificaciones importantes de los límites”.

*En cualquiera de los dos casos, el proceso llevará alrededor de año y medio para su aprobación, más lo que tarde en hacerse la modificación.

Pebetero del Estadio Olímpico Universitario
Foto: Miguel Andres Avila

De acuerdo a Lucía Iglesias Kuntz, redactora en español de la UNESCO: “El manejo de los sitios del patrimonio mundial… en general, se pueden hacer intervenciones en los sitios siempre y cuando éstos no afecten a su ‘valor universal excepcional’”.

Es decir, si Pumas decidiera modificar algo en  el Estadio Olímpico, podría hacerlo a través de la UNAM, que debe solicitar a la Secretaría de Cultura que presente una propuesta a la UNESCO y esperar al menos año y medio para tener el visto bueno.

*Para la realización de esta nota intentamos contactar a Juan José Ugalde, administrador del Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria pero no hubo respuesta.

 

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