Bicho Blanco es una narración de una persona que experimenta la naturaleza. Es un ser urbano añorando la naturaleza”.

-Bernardo / Bicho Blanco

La escena musical de la Ciudad de México es como una red que se teje gracias a las relaciones entre proyectos, una actividad que hace más rica la oferta de música en la capital y, al mismo tiempo, fomenta un trabajo y esfuerzo en común de diversos artistas que ayuda al crecimiento de todos a la par.

Dentro de esa comunidad de artistas se encuentran Bernardo Pérez y Ferdinand González, a quienes algunos conocerán por ser parte del grupo de hip hop (entre otros muchos géneros), The Guadaloops, pero que desde el año pasado se encuentran dándole forma a uno de los proyectos más frescos de la actualidad: Bicho Blanco.

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Foto vía Facebook

Quizá es mera subjetividad aplaudir desde estas líneas el trabajo de Bicho Blanco, sin embargo -y porque podemos- nos daremos el lujo y atrevimiento de afirmar lo que muchos dentro de esta comunidad pregonan, que Bicho Blanco es un proyecto que llegó a romper paredes entre sintes y loops que atrapan, engullen y escupen en una nueva dimensión sonora plagada de pegajosos ritmos que nos recuerdan a la naturaleza.

Si bien el viaje de los dos comenzó en Monterrey, Nuevo León, hace ocho años, cuando se conocieron estudiando música, fue su llegada a la CDMX lo que poco a poco fue materializando su proyecto.

“Más allá de los proyectos de la escuela, nos juntábamos a jammear para ver cómo fluía, luego los dimos cuenta que teníamos química, nunca hicimos nada pero ya se estaba cocinando algo. Nos mudamos y en 2015, cuando nos fuimos a Oaxaca para grabar Alma Nueva, material de 2016 de The Guadaloops, fue el momento en que comenzamos a darle forma a Bicho Blanco“, comenta Bernardo a SopitasFM.

Más allá de lo que formar parte de una comunidad tan vasta de proyectos e ideas, en The Guadaloops crearon un nuevo núcleo, sin embargo, esta agrupación no es el Sol alrededor del cual giran artistas como Noa Sainz o Bicho Blanco, pero sí ha logrado crear lazos que les permiten crecer a la par, cada quien con su propio sello.

“Bicho Blanco tiene muy acentuado la parte del live act y la parte electrónica. En nuestros shows nos gusta dejar una parte para la improvisación. No sé si nos has visto pero en nuestra mesa siempre tenemos muchos aparatos, un chingo y nos gusta jugar con ellos, conocerlos“.

A diferencia de “los raros del hip hop”, como algunos describen a The Guadaloops, Bernardo y Ferdinand han tenido que acoplarse como dupla, dejando el trabajo de una banda en solo dos pares de manos.

Somos dos mentes y la toma de decisiones entre nosotros es distinta. Resultan ser menos influencias. Tenemos que hacer que suene grande, lleno, que suene bien. Tenemos que pensar en todo”.

Y entre estos dos han conseguido pulir un sonido único que se genera a partir de varias influencias como Aphex Twin, Moderat, Bobobo… pero que encaja su esencia en los referentes que, en este momento, son punta de lanza dentro de la música electrónica sudamericana como Nicola Cruz, Dengue Dengue Dengue y Búho.

Además, envuelven sus melodías con letras que, si bien se alejan unas de otras por cuestión de ritmos y velocidad, se asemejan en un discurso que trata de unir a los apegados a la ciudad con la vibra de la naturaleza y sus propias historias.

Las letras tienen  muchos elementos de la narración de una persona experimentando la naturaleza. Es quizá lo principal que encontramos… o lo que he escrito. Colibrí, por ejemplo, que fue nuestro primer sencillo,  habla de una anécdota de cuando me encontré un colibrí moribundo al que intenté rescatar y al final no se pudo. Es un ser urbano añorando la naturaleza“.

Pensando en que la ciudad se baña en este momento bajo la lluvia y no hay manera de escapar, te proponemos un viaje interno a través de la música de Bicho Blanco:

 

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