El pasado 24 de febrero, durante la madrugada, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció el inicio de una “operación militar” al este de Ucrania. Y aunque el mandatario afirmó que la invasión no era la idea, la realidad se ha visto un poco distinta.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), unas 116 mil personas han huido de Ucrania, cifra a la que se suman 160 mil desplazados internos que no han logrado abandonar el territorio.
En este contexto, la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) trabaja para establecer actividades de respuesta a la emergencia desplegando equipos en Polonia, Moldovia, Hungría, Rumania y Eslovaquia.

Médicos Sin Fronteras en Ucrania
Mientras el conflicto continúa, Médicos Sin Fronteras está enviando equipos de atención a los países que están en la frontera con Ucrania para evaluar las necesidades de las personas desplazadas y así poder responder a las necesidades humanitarias de la mejor manera.
Pero no solo en Ucrania, los equipos de la organización también están presentes en Bielorrusia y Rusia para brindar asistencia humanitaria si fuera necesario.

Por ejemplo, en Ucrania han distribuido kits para atender a las personas que resultaron heridas de guerra en Mariupol, así como formaciones en telemedicina para atender traumatismos a 30 cirujanos al este de Ucrania.
El objetivo por ahora es llevar personal y suministros a Ucrania, para poder responder a la emergencia en ambos lado de la frontera. Sin embargo, por los combates en curso esto ha sido un desafío.
“Nuestros equipos en los puestos de control fronterizos entre Ucrania y Polonia ven a personas cruzar a pie, en automóviles y en autobuses, muchas cansadas y exhaustas, y algunas con niñas y niños de hasta 25 días de nacidos“, explica la organización.
Huir en medio de bombardeos: Las imágenes de miles de ucranianos escapando de la guerra