Sin duda alguna, el material con el que estamos más familiarizados es nuestra propia piel. Estamos tan apegados a ella (metafórica y literalmente) que nos cuesta trabajo imaginar otros objetos con la apariencia de la piel humana, pero eso no quiere decir que esos objetos no puedan existir.
La artista Jessica Harrison presentó una exposición en la que manipuló fotografías para construir esculturas hechas de piel humana. No se trata de simples objetos revestidos de un tipo de piel, sino que ellos muestras las imperfecciones, los vellos y los plieges de nuestra piel.
¿Qué te parecen? ¿Reveladores o perturbadores?